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Este martes se realizó la apertura del segmento de alto nivel en la COP16, el segmento más político de las negociaciones sobre biodiversidad, donde jefes de Estado y ministros hacen parte de las discusiones en un esfuerzo por acelerar las decisiones.
En el discurso de apertura, el Presidente Gustavo Petro hizo un llamado a la falta de acción que se está presentando en el mundo alrededor de lo que, en su opinión, llamó el principal problema de la humanidad. “Estamos comenzando el tiempo de la extinción humana. No es una visión apocalíptica, aunque lo que estamos viviendo es peor que el apocalipsis”, aseguró.
También afirmó que hacer la COP16 en Cali no fue un acto de generosidad o coincidencia, sino una acción deliberada, porque ahí está la “capital de biodiversidad del mundo” y porque es importante que el mundo conozca esa ciudad y la diversidad de sus pueblos.
“Cuando nos reunimos de COP en COP, lo hacemos en lugares donde no llega un alma, porque parece que quisiéramos hacer la toma de decisiones lejos de la humanidad. Nos preocupa que la humanidad proteste y que quiera tomar decisiones. Esas COP en medio del desierto, la nieve, el mar; sin gente, sin pueblos... no son más sino antidemocráticas”, aseguró, haciendo guiño a uno de los temas en los que más ha insistido él y su ministra de Ambiente, Susana Muhamad: la participación en “la COP de la gente”.
“Aquí está el pueblo de la fiesta, de la salsa, de la alegría y de la cultura, rodeándonos. Hay generosidad y manos tendidas, porque esperan que esa misma generosidad sea tendida con una mano por ustedes a la humanidad entera”, les dijo a los negociadores. “Nos rodea la alegría y el calor humano. Quisimos que fuera así, que el pueblo se tomara la COP, porque los pueblos del mundo deben tomar las decisiones”, enfatizó.
También insistió en que esta COP16 es un esfuerzo para que el país se reconcilie con la naturaleza, ya que “aún vive de rodillas detrás del carbón y el petróleo”. Y se refirió al sistema económico y a su relación con la crisis climática. “Cualquier ejemplo nos serviría para saber que la crisis climática no se resuelve a través de la rentabilidad o de la tasa de interés. Nos estamos equivocando cuando se nos agota el tiempo”, insistió.
En su discurso mencionó temas que han sido parte de la gran apuesta de Colombia durante su Gobierno y para la negociación: la transición energética, la participación de los pueblos indígenas y afrodescendientes, la transformación del sistema financiero y la repartición justa de los beneficios de la naturaleza. “Estos sitios de la COP, que empiezan a construirse en territorios de biodiversidad, deben ser definitivos. Deben ser puntos de inflexión para que no sigamos haciendo lo mismo”, afirmó.
Retomó una de las propuestas en las que ha insistido desde la COP28 de cambio climático en Dubái: el canje de deuda por conservación de la naturaleza. “Los fondos de capital no le prestan a nuestros países, y nosotros vivimos endeudados con esos precios de interés y esas primas de riesgo. Nos ordeñan, nos explotan en una economía que está estancada y en crisis”, aseguró, refiriéndose a los países desarrollados.
“Si el petróleo genera dólares que van a los fondos de capital, y los fondos le prestan a los países en desarrollo con intereses y prima, el dinero que se produce termina endeudando a toda la humanidad”, dijo. Y preguntó: “¿No sería mejor un esquema financiero más sostenible y eficaz? Donde podamos salvar la vida de la humanidad cuidando la selva amazónica, los ríos, el Congo... Pero discutir eso pareciera estar prohibido”.
Como en su discurso de apertura de la COP16, el lunes de la semana pasada, el mandatario también se refirió a otros temas, como las guerras, y a Elon Musk (sin nombrarlo). “Los megarricos, los dueños de Twitter… son ellos los que nos están matando. A los que no les importan los niños de Gaza, ni los pueblos de África ni los de Latinoamérica. Después de que han secado nuestros ríos, han dejado las tierras infértiles y las han chupado a través de sus enormes emisiones de CO2 a la atmósfera”, manifestó.
Una solución, propuso, es que países como los nuestros utilicen su potencial de biodiversidad y de energías renovables. “Este país puede ser muchísimo más rico pensando en la vida, que pensando en la muerte que nos ha rodeado”, concluyó.
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