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Tras 8 años de discusiones, la COP16 logró un gran paso para proteger los océanos

En la cumbre de biodiversidad que hoy culmina en Cali, se cerró un proceso de negociación que empezó hace ocho años y que está relacionado con unas áreas marinas que son claves en los océanos. La decisión, una de las primeras que se adopta en esta COP, fue calificada como “histórica” por varios expertos. Acá le explicamos en qué consiste.

01 de noviembre de 2024 - 03:00 p. m.
(Foto de referencia). Las EBSA son zonas especiales del océano que, “de un modo u otro, cumplen funciones importantes para el buen funcionamiento de los océanos y los numerosos servicios que prestan”.
(Foto de referencia). Las EBSA son zonas especiales del océano que, “de un modo u otro, cumplen funciones importantes para el buen funcionamiento de los océanos y los numerosos servicios que prestan”.
Foto: Mauricio Alvarado Lozada
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Aunque todavía resta el último día de negociaciones (que se prevé se extienda hasta las primeras horas del sábado), en el que se abordarán los temas más engorrosos, como el financiamiento o la repartición de los beneficios que se obtienen de los recursos genéticos digitales (DSI, por sus siglas en inglés), en la plenaria de la COP16 ya hubo aplausos y ovaciones por una de las primeras decisiones que se logró adoptar.

La decisión está relacionada con las ‘áreas marinas ecológicamente o biológicamente significativas’ (EBSA, por sus siglas en inglés). Si bien esto puede sonar técnico, como reconoció Andreas Hansen, director de Política Oceánica Global de la ONG The Nature Conservancy (TNC), “es vital para implementar el Marco Global de Biodiversidad para el océano”.

Otros expertos, como Kristian Teleki, director general de Fauna & Flora, no dudaron en calificar la decisión como “un paso histórico hacia la consecución del objetivo de protección del 30 % para 2030″. La emoción también radica en el hecho de que las negociaciones para llegar a un acuerdo tardaron cerca de ocho años. Pero, ¿qué son las EBSA? ¿Qué fue lo que se acordó? Y, ¿por qué es importante?

En palabras sencillas, el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) describe las EBSA como zonas especiales del océano que, “de un modo u otro, cumplen funciones importantes para el buen funcionamiento de los océanos y los numerosos servicios que prestan”. En la COP de biodiversidad de 2008, se puso en marcha un proceso para identificarlas, teniendo como base siete criterios científicos, como su singularidad o rareza y su diversidad biológica.

La designación de una EBSA no significa el establecimiento de alguna medida de gestión o restricción de actividades. Lo que el CDB busca con este reconocimiento, es que los países o las regiones tengan argumentos para gestionar porciones del océano, ya sea con zonas marinas protegidas o evaluaciones de impacto ambiental.

Sin embargo, desde la COP13 de 2016, los 196 países que hacen parte del Convenio empezaron a discutir cómo hacer para actualizar el proceso de evaluación para reconocer una EBSA, así como para modificar las descripciones o describir nuevas áreas. El problema, como explicó WWF, es que desde entonces, las negociaciones enfrentaron desafíos políticos, técnicos y legales.

En la noche de este miércoles, y tras ocho años de negociación, las delegaciones llegaron a un acuerdo que fue adoptado como decisión en la plenaria. El documento, de ocho páginas y 21 puntos, establece “un marco para identificar y actualizar las zonas marinas cruciales para la salud de los océanos, basándose en criterios científicos”, señaló Pepe Clarke, director de Prácticas Oceánicas de WWF Internacional.

Ahora, agregó Clarke, la cartografía de las más de 300 EBSA identificadas hasta ahora, y las que se podrán describir en adelante, “servirá de base científica a las medidas de conservación, restauración y gestión de los ecosistemas marinos”.

Mientras tanto, Hansen, de TNC, apuntó que “ahora habrá una base de datos actualizada que podrá ayudar a los responsables a decidir dónde desplegar áreas protegidas y medidas de uso sostenible para detener e invertir la pérdida de biodiversidad”. Para Teleki, de Fauna & Flora, la decisión era urgente y esencial, dado que casi el 10 % de las especies marinas están en peligro de extinción por el cambio climático, la contaminación y la sobrepesca.

Los tres expertos coinciden en que el acuerdo constituye un hito esencial en el camino hacia la protección del 30 % de los océanos para 2030, como una de las metas que se acordó hace dos años bajo el Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal.

De acuerdo con varios informes presentados en el marco de la COP16, el mundo no va por buen camino frente a la protección que prometió. Por ejemplo, un documento elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), reveló que solo el 8,4 % de las zonas marinas y costeras se encuentran bajo alguna figura de protección.

El principal reto, decían los autores del informe, es que a falta de seis años para que se cumpla el plazo de las 23 metas, hace falta proteger un 21,6 % más de los océanos. Dicho de otra manera, unos 78,3 millones de kilómetros cuadrados. Acá es donde los expertos de WWF, TNC y Fauna & Flora esperan que el acuerdo alcanzado pueda ayudar a acelerar la protección necesaria.

Pero este no es el único avance que traería el documento. Como resaltó Hansen, de TNC, dado que la base de datos incluirá información sobre zonas biodiversas en aguas nacionales e internacionales, “también existen claras sinergias con el Tratado de Alta Mar, así como con los esfuerzos para establecer Áreas Marinas Protegidas (AMP) en alta mar”.

Este tratado, firmado hasta el momento por más de 100 países, entre los que se incluye Colombia, es un acuerdo jurídicamente vinculante que busca crear un enfoque de conservación en aguas fuera de las jurisdicciones nacionales que representan, aproximadamente, dos tercios de los océanos del planeta. Hasta ahora, solo 14 países lo han ratificado, por lo que se necesita que otros 46 lo hagan para que entre en vigor.

La cuestión, como reveló un estudio presentado por el Marine Conservation Institute también en el marco de la COP16, es que solo el 1,4 % de la alta mar estaba bajo algún tipo de protección y tan solo el 0,8 % está efectivamente protegido.

Por esta razón, Rebecca Hubbard, directora de High Seas Alliance, una ONG que impulsa la ratificación del Tratado de Alta Mar, calificó la decisión como una “excelente noticia”. “Con la esperada entrada en vigor en breve del Tratado de Alta Mar, este proceso será increíblemente valioso para contribuir a la base científica de las futuras áreas marinas protegidas de Alta Mar, esenciales para alcanzar el objetivo 30x30, así como los datos necesarios para las evaluaciones de impacto ambiental con el fin de evaluar las amenazas potenciales”, concluyó Hubbard.

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