Salvar al manatí, una idea que unió a empresarios, campesinos, científicos y Estado
Diferentes organizaciones se juntaron para sumar esfuerzos y proteger a estos mamíferos que suelen quedar atrapados en redes o chocar con embarcaciones en el Magdalena Medio. Se trata de una especie en riesgo crucial para los ecosistemas.
En las cuencas de los ríos Atrato, Sinú, Magdalena y Orinoco se encuentra una de las especies más emblemáticas de Colombia: el manatí del Caribe (Trinchechus manatus), un mamífero acuático que puede llegar a medir hasta tres metros y pesar entre 400 y 500 kg.
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En las cuencas de los ríos Atrato, Sinú, Magdalena y Orinoco se encuentra una de las especies más emblemáticas de Colombia: el manatí del Caribe (Trinchechus manatus), un mamífero acuático que puede llegar a medir hasta tres metros y pesar entre 400 y 500 kg.
Además de los ríos, es común verlos en ciénagas y caños asociados a esas cuencas. “Ellos necesitan esos cuerpos de agua. En la ciénaga están más tranquilos, descansan y comen. Los caños y los ríos les sirven como autopistas y carreteras para comunicarse de un lugar a otro”, dice la bióloga, experta en manatíes, Katerin Arévalo González. (Lea: El pingüino emperador estaría en riesgo de extinción por el deshielo antártico)
Este animal es importante en esos ecosistemas porque, entre otras cosas, ayuda a controlar la sedimentación, un proceso en el que materiales como arena y lodo se depositan en el fondo de los cuerpos de agua, algo que se debe evitar para mantener la profundidad de los ríos, ciénagas y caños. Los pescadores que conviven con la especie tienen un viejo refrán: donde hay manatíes, el agua no se seca.
Pese a su importancia, este mamífero es parte de las especies que se encuentran en peligro, según el Minambiente y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Las razones son varias, pero las más comunes son la pérdida y deterioro de su hábitat, la caza para alimentación y que quedan atrapados en mallas de pesca. (Lea: Hallan altas concentraciones de microplásticos en agua y sedimentos de las cuevas)
Por eso, Wildlife Conservation Society (WCS) lanzó a principios de septiembre un mecanismo que busca proteger a esta importante especie. La Red de Varamientos de Manatíes del Magdalena Medio (RVM), como la llamaron, busca atender las emergencias en las que se vean involucrados los individuos de la especie que habitan en esa zona.
“Decidimos crear este proyecto con el manatí porque es una especie que necesita mucho tiempo para recuperarse. Se demoran en crecer, en alcanzar una edad reproductiva madura, con un tiempo de gestación de 13 meses. Cualquier individuo que podamos salvaguardar tiene un valor enorme para mantener las poblaciones”, explica Carlos Saavedra, coordinador del Proyecto de Vida Silvestre de WCS.
La red cuenta con el apoyo de diferentes actores como Ecopetrol, organizaciones dedicadas a la conservación como Fundación Cabildo Verde, alcaldías y Corporaciones Autónomas Regionales (CAR) de Santander, Antioquia y Cesar, y las comunidades. (Lea también: Las ballenas se divierten usando las algas como sombrero y exfoliante)
Un SOS para salvar al manatí
Cuando hay un caso de un manatí atrapado en una red o estancado en un caño, por ejemplo, las comunidades lo reportan a través de una línea de Whatsapp que fue creada para recibir los casos de emergencia. Una persona de WCS es la encargada de recibir los reportes y pedir más información, como la ubicación exacta, fotos o videos, para poder evaluar si es una emergencia. Una vez identificada, la red se pone en contacto con las autoridades del municipio y con algún colectivo, asociación de pescadores o junta de acción comunal que esté involucrado en el proyecto.
Para atender el caso, la red puso a disposición ocho kits de atención de emergencias, que tiene amarras y camillas para poder movilizar el individuo e implementos médicos que son manipulados por los veterinarios, dependiendo del caso. Estos están en Yondó, Barrancabermeja, Puerto Wilches, Cimitarra, Ciénaga de Paredes, Puerto Parra y Aguachica. “Son lugares claves donde teníamos más pico de reportes”, dice la bióloga, quien además es la coordinadora científica de la red.
Aunque la muerte de un ejemplar simboliza una tragedia, estos individuos han servido al equipo de científicos para entender mejor a los manatíes de Colombia. “A nivel de conservación, esas muertes nos pueden estar dando indicios de qué necesitamos trabajar para mejorar”, recalca la bióloga. (Le puede interesar: Las impresionantes fotos ganadoras del concurso de fotografía en el océano)
Un trabajo entre comunidades e instituciones
La red que lanzaron este mes es, en realidad, el resultado de un trabajo conjunto entre las diferentes organizaciones que empezó hace varios años. Arévalo recuerda que, desde 2019, vieron un incremento en los casos de manatíes muertos. “Aunque las muertes pueden llegar a ser normales, lo extraño es que ese número ha ido aumentando paulatinamente”, dice.
Desde enero del 2010 y hasta julio de 2023 se han registrado 40 varamientos en el Magdalena Medio, donde 31 manatíes murieron. Sin embargo, este número puede ser mayor.
Santander es el departamento donde más casos se han presentado (el 52,5 %). Estos han ocurrido especialmente en la Ciénaga de Paredes (situada entre Puerto Wilches y Sabana de Torres), así como en Barrancabermeja, Cimitarra y Puerto Parra. En Antioquia se han registrado el 17,5 % de los accidentes, especialmente en Yondó. Le sigue Bolívar, (concentrado en Simití) con el mismo porcentaje, y Cesar, con el 12 %, sobre todo en Aguachica y San Martín.
Antes de que se formalizara la red, WCS y las organizaciones que apoyan el proyecto, venían realizando capacitaciones, talleres y ejercicios prácticos con los funcionarios de las instituciones de los municipios y las comunidades, que también se han involucrado en el monitoreo de la especie.
“Para nosotros es muy importante saber que existe en términos de biodiversidad, pero también saber si las acciones que se desarrollan están generando impactos”, indica Saavedra, de WCS.
En todo ese proceso se dieron cuenta de la necesidad de articular a las comunidades con las instituciones, pues en algunos casos notaron que las personas no reportaban los varamientos por miedo o porque no sabían la importancia del manatí.
“Las comunidades son las primeras en detectar los casos, por eso vimos la importancia de capacitarlos también a ellos para que sepan qué hacer y que no hacer. Aunque debemos reconocer que la gente del campo sabe mucho y era fundamental complementar ese conocimiento, con el que tenemos gracias a la ciencia”, sostiene Arévalo.
La red hace parte del Proyecto de Vida Silvestre de WCS, que desarrolla más proyectos relacionados con la conservación no solo del manatí, sino también de otras especies del Magdalena Medio como el paujil de pico azul o el bagre. A través de este, han hecho actividades de restauración de ecosistemas, educación ambiental, implementación de sistemas productivos más sostenibles y monitoreo de especies.