Se creía extinto, pero reapareció el jaguar en el río Cravo Sur, Casanare
Investigadores de la Corporación Panthera la habían considerado extinta luego de una búsqueda de varios años. En la Reserva Palmarito se habían instalado cámaras trampa desde 2007 y acaban de lograr el primer registro.
Andrés Mauricio Díaz Páez
La cuenca del río Cravo Sur, en Orocué, Casanare, no había visto al jaguar (Panthera onca) por lo menos durante los últimos 17 años. Su supervivencia en la región ha estado amenazada por la pérdida de hábitat, la expansión de monocultivos, la cacería y la falta de presas. Hoy se conoce por primera vez una imagen de este animal en la región. (Le puede interesar: 150 hectáreas de bosque en Carepa, Antioquia fueron declaradas como área protegida)
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La cuenca del río Cravo Sur, en Orocué, Casanare, no había visto al jaguar (Panthera onca) por lo menos durante los últimos 17 años. Su supervivencia en la región ha estado amenazada por la pérdida de hábitat, la expansión de monocultivos, la cacería y la falta de presas. Hoy se conoce por primera vez una imagen de este animal en la región. (Le puede interesar: 150 hectáreas de bosque en Carepa, Antioquia fueron declaradas como área protegida)
Su búsqueda inició en 2007, cuenta Alejandro Olaya, director de la Fundación Palmarito, cuando empezaron a instalar cámaras trampa en un predio de 2600 hectáreas a la orilla del río. “Encontramos una diversidad magnífica de fauna, animales que nunca nos habríamos imaginado. Incluso, había imágenes de dos cazadores con una escopeta grandota que se habían metido a la reserva, pero nada del jaguar”, recuerda.
Orocué está ubicado al sur del departamento, y hace parte de las llanuras de la Orinoquía, hábitat natural de cuatro especies de felinos: el puma, el ocelote o cunaguaro, el yaguarundí y el jaguar. Este último es el tercer felino más grande del mundo y es uno de los depredadores más importantes en Colombia.
La ilusión por encontrarlo en la cuenca del río Cravo Sur creció cuando en La Aurora, una reserva natural al norte de Casanare, también instalaron cámaras trampa en 2007. Desde entonces se han registrado 66 individuos, asegura Laura Miranda, ecóloga de la Universidad Javeriana y directora de la Fundación Cunaguaro.
“Los jaguares tienen un patrón de manchas único y que se mantiene a lo largo de los años. Con las fotos, se crean formas para poder diferenciarlos y tener certeza de que se registra un nuevo individuo”, explica Miranda. En La Aurora tienen un libro para identificarlos de acuerdo con la figura que formen sus manchas: Faculto, Marota, Cayenita, Cubiro, y así con los 66.
En 2022, Matthew Hyde y Esteban Payán, investigadores de la Corporación Panthera, publicaron un estudio en el que revisaron la evidencia científica recopilada desde 2006 sobre felinos en el Cravo Sur. Allí encontraron que el puma, el ocelote y el yaguarundí estarían sobreviviendo a pesar de las amenazas que presentan.
Sin embargo, ante la ausencia de registros confirmados en los últimos 17 años, sobre el jaguar dijeron que “está extinto localmente en gran parte de la cuenca del Cravo Sur”. En 2016 se publicó una investigación luego de recopilar 6.653 cámaras trampa, y en ninguna se ubicó al felino. La evidencia de que alguna vez estuvo en la región solo residía en las historias de llaneros que lo vieron. (También puede leer: Unión Europea brinda ayuda a la población afectada por el volcán nevado del Ruiz)
El pasado 6 de febrero, como parte de una expedición científica sobre el oso palmero, una especie catalogada como vulnerable, investigadores australianos instalaron una cámara trampa en la Reserva Palmarito. Al día siguiente, cuando ya se habían ido, se tomó la foto. Casi tres meses más tarde, los trabajadores de la reserva recogieron las memorias de las cámaras, como hacen periódicamente.
El 26 de abril, Alejandro Olaya y Laura Miranda despertaron con la noticia de que habían registrado por primera vez desde 2006 a un jaguar en la cuenca del río Cravo Sur. La primera imagen que llegó a sus celulares, tomada a las 3:28 a.m. del 7 de febrero, es borrosa y de mala calidad. Pero no cabía duda: es un jaguar. Siguieron buscando en el material de las cámaras trampa y encontraron una más tomada a la 1:57 p.m. del 21 de abril. Esta vez, con la luz de la tarde y el jaguar en una buena posición, la toma fue clara.
Este felino habita en los bosques de galería, que son aquellos que se forman a las orillas de los ríos. En las llanuras, donde predomina el ecosistema de sabana inundable, estos bosques son las únicas formaciones de vegetación tupida y con una altura considerable. Por eso los jaguares se mueven a través de estos y no por fuera.
Miranda no descarta que pueda tratarse de uno de los jaguares que ya se ha identificado en La Aurora, pues la cuenca del Cravo Sur se une con la del río Meta, en el que desembocan varios ríos del norte del Casanare. Además, estos animales suelen recorrer largas distancias durante su vida.
Lo que viene, explica la ecóloga, es poner más cámaras trampa en Palmarito. Así, podrán tener imágenes más claras del jaguar para saber si se trata de uno de los que ya se conocían en La Aurora o si es un nuevo individuo. De cualquier forma, tenerlo en el Cravo Sur es una gran noticia, pero implica grandes retos para garantizar su conservación. (Le recomendamos: En Colombia hubo olas de extinción animal, así lo reveló excremento prehistórico)
Las amenazas del jaguar
Esta zona de la Orinoquía tiene seis meses de verano, entre noviembre y abril, y seis meses de invierno, entre mayo y octubre. Como el terreno es llano, cuando llueve se forman esteros, que son grandes pantanos que permanecen durante casi todo el invierno. Esto se conoce como drenaje imperfecto y hace parte del ecosistema natural de la sabana inundable.
Los cultivos extensivos, para garantizar la productividad por hectárea, fuerzan cambios en el ecosistema, como su drenaje. Esto ha ocurrido con el arroz y la palma de aceite, que se han posicionado como alternativas económicas a la ganadería en la región.
En 2022, de acuerdo con cifras de la Federación Nacional de Arroceros, en Orocué se sembraron cerca de 8.200 hectáreas (ha) de arroz, cinco veces más que en 2014. Una tendencia similar se presenta en toda la región de los Llanos Orientales, en donde el año pasado se sembraron 279.000 ha, más del 50 % de los cultivos de arroz a nivel nacional. También, Casanare concentra el 12,7 % de la producción de aceite de palma en Colombia, según Fedepalma.
El deterioro de los bosques de galería, por los cambios en las cantidades de agua que requiere su mantenimiento, ha disminuido el hábitat del jaguar, así como de otras especies que son presas del felino. Por esto, conservar los ecosistemas de la cuenca del río Cravo Sur es una tarea fundamental, aseguran Miranda y Olaya.