Frenar el cambio climático requerirá transformación completa del sistema energético
Para enfrentar la emergencia climática, dice la Organización Mundial Meterológica, se necesitará duplicar las energías renovables para 2030 y triplicar la inversión en energías renovables.
El año 2030 es un referente claro cuando se habla de la crisis climática. Para ese año, por ejemplo, se deben reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) a la mitad y se deben lograr varios de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), entre los que están conseguir energía asequible y no contaminante y garantizar acciones por el clima.
La transformación del sistema energético, que es el responsable de tres cuartas partes de las emisiones GEI a nivel mundial, está en “el corazón de todos los cambios que se deben completar para 2030, en un esfuerzo por enfrentar la crisis climática”, resalta un nuevo informe de la Organización Metereológica Mundial (OMM), llamado “El estado de los servicios del clima 2022″. (También puede leer: La mitad de los arrecifes de coral estarían en condiciones ‘inadecuadas’ para 2035)
En este documento, la organización resalta que, para frenar los cambios que se están presenciando con relación al clima, se debe realizar una “transformación completa del sistema energético mundial”, dijo Petteri Taalas, secretario general de la OMM. Esta implicará duplicar el suministro de energías renovables (hidráulica, solar, eólica, etc) y triplicar las actuales inversiones mundiales en este tipo de fuentes.
“Necesitamos responder urgentemente al creciente impacto del cambio climático en los sistemas energéticos si queremos mantener la seguridad energética mientras aceleramos la transición a cero neto”, dijo Fatih Birol, director ejecutivo de la Agencia Internacional de Energía (IEA por sus siglas en inglés)
La transformación del sistema, concluyó el reporte, requerirá un " aumento significativo” de la inversión anual en energía de un más de US$ 2 billones a nivel mundial a casi US$ 5 billones para 2030. Una de las regiones clave para este cambio es África, que tiene un potencial “enorme” para el despliegue de energías renovables, en particular la solar, pero también eólica e hidróeléctrica. “Aunque solo tiene el 1% de la capacidad fotovoltaica (PV) instalada, alberga el 60% de los mejores recursos solares del mundo”, resalta el documento. (Le puede interesar: El Parque Nacional Natural Tayrona estará cerrado temporalmente, ¿por qué?)
Los países africanos pueden ser unos jugadores importantes en este escenario, pero se requerirá una inversión de unos US$ 25 mil millones por año, lo que es alrededor del 1% de la inversión mundial en energía hoy.
Los cambios en el clima están y podrían continuar afectando la seguridad energética, pues perjudican “el suministro de combustible, la producción de energía y la resiliencia física de la infraestructura energética actual y futura. Las olas de calor y las sequías ya están poniendo bajo presión la generación de energía existente, lo que hace que sea aún más importante reducir las emisiones de combustibles fósiles”, indica el informe.
Por esta razón, la acción climática debe priorizar la adaptación en el sector energético, ya que actualmente solo el 40% de estos planes tienen como prioridad esta adaptación. Estos planes también ayudarán a “aliviar el creciente estrés hídrico mundial porque la cantidad de agua utilizada para generar electricidad mediante energía solar y eólica es mucho menor que la de las plantas de energía más tradicionales, ya sea a base de combustibles fósiles o nucleares”, puntualiza el documento.
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El año 2030 es un referente claro cuando se habla de la crisis climática. Para ese año, por ejemplo, se deben reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) a la mitad y se deben lograr varios de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), entre los que están conseguir energía asequible y no contaminante y garantizar acciones por el clima.
La transformación del sistema energético, que es el responsable de tres cuartas partes de las emisiones GEI a nivel mundial, está en “el corazón de todos los cambios que se deben completar para 2030, en un esfuerzo por enfrentar la crisis climática”, resalta un nuevo informe de la Organización Metereológica Mundial (OMM), llamado “El estado de los servicios del clima 2022″. (También puede leer: La mitad de los arrecifes de coral estarían en condiciones ‘inadecuadas’ para 2035)
En este documento, la organización resalta que, para frenar los cambios que se están presenciando con relación al clima, se debe realizar una “transformación completa del sistema energético mundial”, dijo Petteri Taalas, secretario general de la OMM. Esta implicará duplicar el suministro de energías renovables (hidráulica, solar, eólica, etc) y triplicar las actuales inversiones mundiales en este tipo de fuentes.
“Necesitamos responder urgentemente al creciente impacto del cambio climático en los sistemas energéticos si queremos mantener la seguridad energética mientras aceleramos la transición a cero neto”, dijo Fatih Birol, director ejecutivo de la Agencia Internacional de Energía (IEA por sus siglas en inglés)
La transformación del sistema, concluyó el reporte, requerirá un " aumento significativo” de la inversión anual en energía de un más de US$ 2 billones a nivel mundial a casi US$ 5 billones para 2030. Una de las regiones clave para este cambio es África, que tiene un potencial “enorme” para el despliegue de energías renovables, en particular la solar, pero también eólica e hidróeléctrica. “Aunque solo tiene el 1% de la capacidad fotovoltaica (PV) instalada, alberga el 60% de los mejores recursos solares del mundo”, resalta el documento. (Le puede interesar: El Parque Nacional Natural Tayrona estará cerrado temporalmente, ¿por qué?)
Los países africanos pueden ser unos jugadores importantes en este escenario, pero se requerirá una inversión de unos US$ 25 mil millones por año, lo que es alrededor del 1% de la inversión mundial en energía hoy.
Los cambios en el clima están y podrían continuar afectando la seguridad energética, pues perjudican “el suministro de combustible, la producción de energía y la resiliencia física de la infraestructura energética actual y futura. Las olas de calor y las sequías ya están poniendo bajo presión la generación de energía existente, lo que hace que sea aún más importante reducir las emisiones de combustibles fósiles”, indica el informe.
Por esta razón, la acción climática debe priorizar la adaptación en el sector energético, ya que actualmente solo el 40% de estos planes tienen como prioridad esta adaptación. Estos planes también ayudarán a “aliviar el creciente estrés hídrico mundial porque la cantidad de agua utilizada para generar electricidad mediante energía solar y eólica es mucho menor que la de las plantas de energía más tradicionales, ya sea a base de combustibles fósiles o nucleares”, puntualiza el documento.
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