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Desde Ciudad Perdida, y en compañía del Príncipe Alberto II de Mónaco, el presidente Juan Manuel Santos declaró como “zona de protección y desarrollo de los recursos naturales renovables y del medio ambiente”, un área cercana a las 500.000 hectáreas donde habitan las cuatro comunidades indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta.
La medida es de carácter temporal pero servirá según el gobierno para proteger el lugar mientras se adelanta la declaratoria formal de nuevas áreas protegidas en inmediaciones del Parque Nacional Natural Sierra Nevada de Santa Marta y la creación de categorías de manejo asociadas a uso sostenible en las zonas de traslape de estos territorios étnicos con zonas de ocupación campesina. La declaratoria, además, ordena a la Agencia Nacional de Minería la inclusión de estas áreas en el Catastro Minero Nacional, de manera que sobre las áreas declaradas y delimitadas no podrán otorgarse nuevas concesiones mineras.
“La declaratoria, que estará vigente por un año, permite proteger el territorio ancestral de los pueblos Kággaba, Arhuaco, Wiwa y Kankwamo, como sustento del modelo de ordenamiento territorial ancestral y la perviviencia de la cultura”, señaló el ministerio de Ambiente en un comunicado.
Esta protección temporal permite, bajo el principio de precaución, resguardar este territorio mientras Parques Nacionales Naturales concluye la ruta para la declaratoria de nuevas áreas en la que trabajan en conjunto con expertos de los pueblos Kogui y Arhuaco.
“Además, esta decisión permite conservar los biomas representativos del complejo biogeográfico Sierra Nevada de Santa Marta por su importancia en el mantenimiento de la biodiversidad asociada y proteger las cuencas hidrográficas que prestan importantes servicios ecosistémicos, especialmente abastecimiento, regulación hídrica y climática para el beneficio de la región”, explicó el ministro de Ambiente, Luis Gilberto Murillo.
Con estos equipos técnicos se llevó a cabo el análisis de diferentes criterios biológicos como la representatividad, la riqueza de especies y la conectividad, entre otros. Dentro de los criterios socioeconómicos se tuvo en cuenta el uso, ocupación y tenencia; y criterios culturales como los territoriales étnicos y las zonas histórico-culturales.
El Ministro Murillo destacó la importancia de esta medida y añadió que dentro de las prioridades integrales de conservación figuran espacios sagrados de los pueblos indígenas de la Sierra y zonas de uso y manejo ancestral de estos.
Además, figuran biomas en los que viven especies con algún grado de amenaza o presión como páramos, bosque húmedo alto andino, bosque húmedo subandino y el glaciar. En la Sierra existen otro tipo de biomas como selva húmeda ecuatorial colombiana, playas, manglares, bosques de galería, acantilados rocosos, lagunas costeras, e incluso zonas de producción y recarga hídrica de cuencas hidrográficas como Guatapuri, Aracataca, Palomino, Buritaca, Frio, Don Diego y Tucurinca e innumerables lagunas y nacederos.
La Sierra Nevada de Santa Marta ha sido catalogada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) como una de las zonas irremplazables en el mundo, al contener un sin número de especies que están amenazadas globalmente, el mantenimiento de sus funciones biológicas a través de la ampliación del área protegida contribuirá positivamente como estrategia de reducción de pérdida de biodiversidad a nivel mundial.