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                                                                                                                                SOS por el bosque seco tropical

                                                                                                                                Por su clima favorable, buena parte de la población colombiana se asentó en él y esa fue su condena. Ya no queda ni la décima parte de lo que originalmente fue.

                                                                                                                                Jaime Flórez Suárez

                                                                                                                                De las 7.500 hectáreas que componen la hacienda El Triunfo, 4.633 se establecieron como zonas de conservación. / Cristian Garavito
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Pero al adentrarse en él, la visión es otra. El bosque seco está vivo. El caminante lo notará sin esfuerzo. Escuchará la orquesta primigenia: el canto incesante de los pájaros, y se dará cuenta de que la masa verdosa o amarillenta que veía a lo lejos ofrece todos los colores y matices. Ante sus ojos el despliegue majestuoso de los grandes árboles. Samanes de ramas anchas que resguardan bajo su sombra remanentes verdes entre la hierba seca. Ceibas de troncos gruesos y antiguos. Palmas que con su altura desafían las montañas, en cuyas copas se posa el gavilán, como centinela, instantes antes de lanzarse al vuelo libre.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                Pero el bosque resiste, pocos biomas se regeneran como éste. Por esta época del año, de tiempo seco, parece moribundo. Los incendios arrasan la montaña y la tierra se quiebra por su aridez. Pero vendrán las lluvias y en un par de semanas regresará su vigor natural. Por los lechos rocosos de las quebradas volverá a correr agua, que llevará vida a todo el bosque. Los ocres serán verdes, lilas y rojos en las flores. La tierra amarilla recuperará sus tonos oscuros, fértiles.

                                                                                                                                El bosque seco tropical es uno de los ecosistemas más amenazados del mundo y de Colombia, en donde aún quedan remanentes en el Caribe, en los valles de los ríos Cauca y Magdalena, en los Santanderes, en el valle del río Patía y en los Llanos Orientales. Con su desproporcionada disminución se ha puesto en riesgo, entre otras, a las 2.600 especies de plantas, 230 de aves y al menos 60 de mamíferos que lo habitan, varias de las cuales son endémicas de este ecosistema o están bajo amenaza de extinción.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                La apuesta por la conservación

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Jones se estableció en Honda y allí creció su descendencia. Hoy, la quinta generación de familiares del galés hace parte de un grupo de particulares que se la han jugado por la conservación del bosque seco tropical a partir de sus propios esfuerzos , estableciendo en la hacienda El Triunfo, a las afueras del municipio, una importante reserva natural, a la que el Instituto Humboldt ha catalogado como “un motor de impulso invaluable en manutención, conservación y recuperación de la biodiversidad”.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                De ahí que uno de los objetivos de los investigadores del Humboldt, en procura de conservar este bosque, es encontrar incentivos para su conservación por parte de estos propietarios. Más allá de las estrategias que puedan desplegarse, los dueños de la tierra tienen la decisión en sus manos. El bosque es resistente, se adapta impetuoso a la sequía y a la lluvia. Pero, pese a su fuerza natural, necesita de la voluntad del caminante, del hombre, para que su anunciada desaparición no se concrete.

                                                                                                                                De las 7.500 hectáreas que componen la hacienda El Triunfo, 4.633 se establecieron como zonas de conservación. / Cristian Garavito
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Pero al adentrarse en él, la visión es otra. El bosque seco está vivo. El caminante lo notará sin esfuerzo. Escuchará la orquesta primigenia: el canto incesante de los pájaros, y se dará cuenta de que la masa verdosa o amarillenta que veía a lo lejos ofrece todos los colores y matices. Ante sus ojos el despliegue majestuoso de los grandes árboles. Samanes de ramas anchas que resguardan bajo su sombra remanentes verdes entre la hierba seca. Ceibas de troncos gruesos y antiguos. Palmas que con su altura desafían las montañas, en cuyas copas se posa el gavilán, como centinela, instantes antes de lanzarse al vuelo libre.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                Pero el bosque resiste, pocos biomas se regeneran como éste. Por esta época del año, de tiempo seco, parece moribundo. Los incendios arrasan la montaña y la tierra se quiebra por su aridez. Pero vendrán las lluvias y en un par de semanas regresará su vigor natural. Por los lechos rocosos de las quebradas volverá a correr agua, que llevará vida a todo el bosque. Los ocres serán verdes, lilas y rojos en las flores. La tierra amarilla recuperará sus tonos oscuros, fértiles.

                                                                                                                                El bosque seco tropical es uno de los ecosistemas más amenazados del mundo y de Colombia, en donde aún quedan remanentes en el Caribe, en los valles de los ríos Cauca y Magdalena, en los Santanderes, en el valle del río Patía y en los Llanos Orientales. Con su desproporcionada disminución se ha puesto en riesgo, entre otras, a las 2.600 especies de plantas, 230 de aves y al menos 60 de mamíferos que lo habitan, varias de las cuales son endémicas de este ecosistema o están bajo amenaza de extinción.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                La apuesta por la conservación

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Jones se estableció en Honda y allí creció su descendencia. Hoy, la quinta generación de familiares del galés hace parte de un grupo de particulares que se la han jugado por la conservación del bosque seco tropical a partir de sus propios esfuerzos , estableciendo en la hacienda El Triunfo, a las afueras del municipio, una importante reserva natural, a la que el Instituto Humboldt ha catalogado como “un motor de impulso invaluable en manutención, conservación y recuperación de la biodiversidad”.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Por medio de la Resolución 7111 de octubre de 2014, y a partir de la iniciativa genuina de sus propietarios, El Triunfo fue declarado Reserva Natural de la Sociedad Civil. De las 7.500 hectáreas que componen la hacienda, 4.633 se establecieron como zonas de conservación. Lo que implica que el bosque de ese territorio no se tala, por el contrario, se le protege con acciones como su cerramiento, que impide que el ganado lo destruya, y que no solo han conservado el bosque, sino que permiten su recuperación, que renazca lo que había muerto.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                “Es una mutación social, un cambio de mentalidad”, asegura García, quien parte de una comprensión distinta del medio, en la que se concibe como un espacio valioso, vital, incluso propicio para el disfrute personal de quien conserva. En términos prácticos, la figura de reserva de la sociedad civil se puede convertir en el salvavidas de distintos ecosistemas, pero en especial del bosque seco tropical, pues se calcula que el 95% del bioma está alojado en áreas privadas y solo el 5% está incluido en el sistema de zonas protegidas.

                                                                                                                                De ahí que uno de los objetivos de los investigadores del Humboldt, en procura de conservar este bosque, es encontrar incentivos para su conservación por parte de estos propietarios. Más allá de las estrategias que puedan desplegarse, los dueños de la tierra tienen la decisión en sus manos. El bosque es resistente, se adapta impetuoso a la sequía y a la lluvia. Pero, pese a su fuerza natural, necesita de la voluntad del caminante, del hombre, para que su anunciada desaparición no se concrete.

                                                                                                                                Por Jaime Flórez Suárez

                                                                                                                                Ver todas las noticias
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