Suspenden temporalmente el relleno de humedales en la Ciénaga Grande de Santa Marta
El Ministerio de Medio Ambiente determinó que el relleno impedía la circulación de agua en este complejo cenagoso que hace parte declarado como humedal Ramsar
- Redacción Vivir
El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible le impuso una medida preventiva a la sociedad Trupillos S.A.S por el relleno y nivelación de humedales para el establecimiento de cultivos en la Ciénaga Grande de Santa Marta..
La medida consiste en la suspensión de las obras y/o actividades desarrolladas en el predio San Antonio, ubicado en la zona rural del municipio de Sitio Nuevo, en el departamento del Magdalena. “La medida es adoptada luego de la visita técnica que realizó el equipo del Ministerio de Ambiente a la zona el pasado 5 de abril, en la cual se evidenció una serie de intervenciones en un área considerable del complejo lagunar”, de acuerdo con el informe generado por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible. (Lea también: Las nuevas amenazas sobre la Ciénaga Grande)
En el reporte suministrado por el equipo técnico se constató que el desarrollo de actividades en la zona, como compactación y relleno de las áreas para el establecimiento de cultivos, impide la normal circulación de agua entre el complejo de ciénagas que hacen parte del humedal Ramsar, pues al compactar el suelo se afecta su porosidad y la del subsuelo, que permite el intercambio hídrico de la zona, impidiendo los flujos verticales y horizontales, así mismo, se afecta la prestación de los servicios ecosistémicos como la captura de CO2 y se incrementa la salinización del suelo.
Adicionalmente, al eliminar las coberturas naturales se impide el ciclo de nutrientes típicos de estos ecosistemas; se pierde el aporte de nutrientes de la vegetación; se modifican las condiciones de humedad del suelo; se elimina el hábitat para el desarrollo de especies de fauna y de su alimento, como son caracoles, ostras, insectos, anélidos, que participan en la dinámica del suelo y la capacidad de porosidad y nutrientes de este y que son muy importantes en la regulación hídrica y climática.
Aunque en agosto de 2016 una comisión de expertos de la Convención Ramsar le recomendó al Gobierno colombiano tomar medidas urgentes para conservar ese complejo acuático, estos nuevos proyectos son una buena evidencia de lo difícil que ha sido contener las amenazas. En palabras de Sandra Vilardy, una de las personas que más han estudiado en detalle este ecosistema estratégico, el país continúa teniendo una gran dificultad para lograr una visión colectiva de la ciénaga y protegerla. “Es lamentable”, dice.
Los dueños de Trupillo S.A.S son los huilenses Aníbal Roa y Hernando Solano. Le contaron a El Espectador que compraron su predio hace un año y entonces era una finca ganadera. “Acá nunca ha habido ciénaga. Es pura ignorancia. Hace siete meses la Corporación Autónoma Regional del Río Grande de la Magdalena (Cormagdalena) nos dio la autorización para usar las aguas del río para el cultivo de arroz. Todo está completamente legalizado y queremos montar una empresa con desarrollo tecnológico que le sirva de espejo a toda la zona”, dice Solano. Además, ante las suspicacias que han surgido en la región, aclara: “Somos huilenses, pero nada tenemos que ver con la empresa Florhuila”.
El área intervenida se encuentra ubicada en una zona sensible, determinada como Zona de Uso Restringido (ZUR) en la propuesta de Plan de Manejo del Sitio Ramsar Sistema Delta Estuarino del río Magdalena, Ciénaga Grande de Santa Marta, estas son zonas de uso muy restringido por su alta fragilidad e importancia ecosistémica.
La medida se mantendrá hasta que la sociedad Trupillo S.A.S. demuestre que ha desaparecido las causas que dieron lugar a la imposición de la medida.
El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible le impuso una medida preventiva a la sociedad Trupillos S.A.S por el relleno y nivelación de humedales para el establecimiento de cultivos en la Ciénaga Grande de Santa Marta..
La medida consiste en la suspensión de las obras y/o actividades desarrolladas en el predio San Antonio, ubicado en la zona rural del municipio de Sitio Nuevo, en el departamento del Magdalena. “La medida es adoptada luego de la visita técnica que realizó el equipo del Ministerio de Ambiente a la zona el pasado 5 de abril, en la cual se evidenció una serie de intervenciones en un área considerable del complejo lagunar”, de acuerdo con el informe generado por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible. (Lea también: Las nuevas amenazas sobre la Ciénaga Grande)
En el reporte suministrado por el equipo técnico se constató que el desarrollo de actividades en la zona, como compactación y relleno de las áreas para el establecimiento de cultivos, impide la normal circulación de agua entre el complejo de ciénagas que hacen parte del humedal Ramsar, pues al compactar el suelo se afecta su porosidad y la del subsuelo, que permite el intercambio hídrico de la zona, impidiendo los flujos verticales y horizontales, así mismo, se afecta la prestación de los servicios ecosistémicos como la captura de CO2 y se incrementa la salinización del suelo.
Adicionalmente, al eliminar las coberturas naturales se impide el ciclo de nutrientes típicos de estos ecosistemas; se pierde el aporte de nutrientes de la vegetación; se modifican las condiciones de humedad del suelo; se elimina el hábitat para el desarrollo de especies de fauna y de su alimento, como son caracoles, ostras, insectos, anélidos, que participan en la dinámica del suelo y la capacidad de porosidad y nutrientes de este y que son muy importantes en la regulación hídrica y climática.
Aunque en agosto de 2016 una comisión de expertos de la Convención Ramsar le recomendó al Gobierno colombiano tomar medidas urgentes para conservar ese complejo acuático, estos nuevos proyectos son una buena evidencia de lo difícil que ha sido contener las amenazas. En palabras de Sandra Vilardy, una de las personas que más han estudiado en detalle este ecosistema estratégico, el país continúa teniendo una gran dificultad para lograr una visión colectiva de la ciénaga y protegerla. “Es lamentable”, dice.
Los dueños de Trupillo S.A.S son los huilenses Aníbal Roa y Hernando Solano. Le contaron a El Espectador que compraron su predio hace un año y entonces era una finca ganadera. “Acá nunca ha habido ciénaga. Es pura ignorancia. Hace siete meses la Corporación Autónoma Regional del Río Grande de la Magdalena (Cormagdalena) nos dio la autorización para usar las aguas del río para el cultivo de arroz. Todo está completamente legalizado y queremos montar una empresa con desarrollo tecnológico que le sirva de espejo a toda la zona”, dice Solano. Además, ante las suspicacias que han surgido en la región, aclara: “Somos huilenses, pero nada tenemos que ver con la empresa Florhuila”.
El área intervenida se encuentra ubicada en una zona sensible, determinada como Zona de Uso Restringido (ZUR) en la propuesta de Plan de Manejo del Sitio Ramsar Sistema Delta Estuarino del río Magdalena, Ciénaga Grande de Santa Marta, estas son zonas de uso muy restringido por su alta fragilidad e importancia ecosistémica.
La medida se mantendrá hasta que la sociedad Trupillo S.A.S. demuestre que ha desaparecido las causas que dieron lugar a la imposición de la medida.