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En 1942, un barco patrullero nazi se hundió en el Mar del Norte luego de un combate en el marco de la Segunda Guerra Mundial. El V-1302 John Mahn quedó sepultado a 35 metros de profundidad. Recientemente, una nueva investigación encontró que en la actualidad, 80 años después de este suceso, esta nave sigue vertiendo sustancias químicas al agua. (Lea: El sistema que utiliza inteligencia artificial para evitar atropellos de ballenas)
Los investigadores encontraron que entre los contaminantes que se están vertiendo al mar están los hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP), que hacen parte del combustible, metales pesados y rastros de explosivos.
De acuerdo con los resultados, publicados en la revista Frontiers in Marine Science, estos químicos están afectando la microbiología y la geoquímica de la zona marina en donde se hundió la embarcación. “Los metales pesados pueden provenir de varias fuentes: la estructura metálica dentro del naufragio, así como el combustible (carbón), la pintura y los lubricantes”, aseguró Maarten De Rijcke, autor principal del estudio e investigador del Instituto Marino de Flandes en Bélgica.
Sin embargo, advierte De Rijcke, también se pudo evidenciar que parte de la vida marina que está en la zona se ha ido adaptando a los restos del barco, desarrollando, por ejemplo, bacterias que al parecer se estarían comiendo los restos de la embarcación.
“Vemos un aumento de bacterias que degradan PAH cerca del búnker de carbón, lo que indica que algunas de ellas se están beneficiando de la disponibilidad de este químico como recurso”, añadió. En los restos de la embarcación, varias especies de peces, por ejemplo, los han empleado como pequeños arrecifes. (Puede leer: Encuentran en un río un barco que podría ser una “cápsula de tiempo”)
Para determinar si estos naufragios habían afectado o no la vida marina en la zona, los investigadores analizaron muestras tomadas directamente de su casco de acero y el lecho marino circundante. Las pruebas fueron recolectadas en julio de 2020, y, desde entonces, se mantuvieron congeladas.
Los investigadores encontraron que si bien el barco todavía vierte sustancias químicas al mar y muchas de ellas son peligrosas, los niveles tóxicos estaban por debajo. “En estas concentraciones, todos son inofensivos”, añadió el científico.
Las concentraciones más altas de hidrocarburos aromáticos policíclicos se encontraron en las muestras tomadas más cerca del barco. También hallaron que los metales que presentaban más alto nivel eran el níquel y el cobre. (Le puede interesar: Pensaban que este gusano solo estaba en el mar, pero lo encontraron en un río colombiano)
El objetivo de estos estudios, explicaron los investigadores en el documento, es “evaluar los riesgos ambientales de los naufragios hundidos, lo que permitirá a los gobiernos priorizar los más peligrosos para una inspección más cercana”.
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