Última zona helada del Ártico registró una drástica pérdida de hielo marino
Un estudio, publicado en Nature, demostró que el verano pasado se formaron grandes zonas con agua debido a las condiciones atmosféricas. Además, señaló que el 14 de agosto se registró la menor concentración de hielo marino en este territorio: solo un 52% de lo calculado habitualmente desde 1979.
En el Ártico, algunos investigadores habían señalado una zona a la que bautizaron “la última zona helada” porque, debido a sus condiciones, consideraban que iba a ser un territorio que iba a resistir al cambio climático. Pero, un reciente estudio publicado en la revista Nature Communications Earth & Environment mostró que este lugar, al igual que la mayoría de especies y ecosistemas del mundo, ya estaba empezando a afrontar las consecuencias de este fenómeno. (Lea: El hielo del Ártico se está derritiendo el doble de rápido de lo que se estimaba)
El estudio demostró que en esta zona, ubicada en el mar de Wandel, al norte de Groenlandia, la capa más superficial del hielo se derritió y provocó que se vieran grandes extensiones de agua. Además, reportó que el 14 de agosto se presentó la menor concentración de hielo marino en este territorio: solo un 52% de lo calculado habitualmente desde 1979.
La zona, explicaron los investigadores, se caracteriza por estar cubierta de capas de hielo que es compacto y bastante grueso. Y que, por sus condiciones, se mantiene de un año a otro incluso ante el incremento de las temperaturas que se presentan en el verano. Por esta razón, varios científicos señalaron que iba a resistir a las consecuencias del cambio climático.
Para comprobar el derretimiento del hielo marino durante el verano del año pasado, un grupo de investigadores de la Universidad de Washington utilizó imágenes satelitales y recreaciones del hielo marino. Con estos datos el equipo estudió las cifras del contexto histórico de derretimiento. Y, después, se centraron en analizar “la última zona helada” y encontraron una importante acumulación de hielo, principalmente en febrero de 2020. (Puede leer: El Ártico se calienta tres veces más rápido que el planeta)
Esta zona es el hábitat de los osos polares, las moras, focas anilladas y focas barbudas.
Esta zona es el hábitat de los osos polares, las moras, focas anilladas y focas barbudas.
La concentración de hielo generó que al 1º de junio el grosor del hielo estuviera en los niveles habituales de lo registrado entre 1979 y 2020. Y aunque el tamaño del grosor presentó buenos resultados, para los investigadores “2020 ha sido el peor año catalogado desde que se cuenta con imágenes por satélite”. Este resultado lo determinaron luego de analizar simulaciones por ordenador y luego de aplicar las condiciones de la atmósfera de 2020 a las condiciones del mar de cada año desde 1979 a 2020.
Además recrearon las condiciones marítimas de 2020 con las atmosféricas de cada año en este mismo intervalo de tiempo. Tras recopilar todos los datos, Axel Schweiger, director del estudio, y su equipo de trabajo determinaron que “con las condiciones atmosféricas del 2020, la mayor parte de los años anteriores habrían tenido mucho menos hielo de lo que tuvieron. De hecho, 2018 y 2019 habrían producido menos concentraciones de hielo que 2020 si el clima hubiera sido como en 2020”, explicaron. (Le puede interesar: Científicos advierten que los depósitos de metano del Ártico comenzaron a liberarse)
Según los investigadores, lo que los datos mostraron es que las condiciones atmosféricas de temperatura y viento fueron la principal causa de los cambios que se presentaron en esta zona durante el verano del año pasado. “Si bien no hay enormes diferencias entre las temperaturas de este año y los anteriores, la reducción progresiva de las capas de hielo más finas ha dejado esta zona más desprotegida y vulnerable a las condiciones climáticas. La primavera de 2020, que desplazó algunos fragmentos de hielo marino y permitió que el océano acumulase más radiación solar, condicionó la capa de hielo de cara al verano”, añadió.
En el Ártico, algunos investigadores habían señalado una zona a la que bautizaron “la última zona helada” porque, debido a sus condiciones, consideraban que iba a ser un territorio que iba a resistir al cambio climático. Pero, un reciente estudio publicado en la revista Nature Communications Earth & Environment mostró que este lugar, al igual que la mayoría de especies y ecosistemas del mundo, ya estaba empezando a afrontar las consecuencias de este fenómeno. (Lea: El hielo del Ártico se está derritiendo el doble de rápido de lo que se estimaba)
El estudio demostró que en esta zona, ubicada en el mar de Wandel, al norte de Groenlandia, la capa más superficial del hielo se derritió y provocó que se vieran grandes extensiones de agua. Además, reportó que el 14 de agosto se presentó la menor concentración de hielo marino en este territorio: solo un 52% de lo calculado habitualmente desde 1979.
La zona, explicaron los investigadores, se caracteriza por estar cubierta de capas de hielo que es compacto y bastante grueso. Y que, por sus condiciones, se mantiene de un año a otro incluso ante el incremento de las temperaturas que se presentan en el verano. Por esta razón, varios científicos señalaron que iba a resistir a las consecuencias del cambio climático.
Para comprobar el derretimiento del hielo marino durante el verano del año pasado, un grupo de investigadores de la Universidad de Washington utilizó imágenes satelitales y recreaciones del hielo marino. Con estos datos el equipo estudió las cifras del contexto histórico de derretimiento. Y, después, se centraron en analizar “la última zona helada” y encontraron una importante acumulación de hielo, principalmente en febrero de 2020. (Puede leer: El Ártico se calienta tres veces más rápido que el planeta)
Esta zona es el hábitat de los osos polares, las moras, focas anilladas y focas barbudas.
Esta zona es el hábitat de los osos polares, las moras, focas anilladas y focas barbudas.
La concentración de hielo generó que al 1º de junio el grosor del hielo estuviera en los niveles habituales de lo registrado entre 1979 y 2020. Y aunque el tamaño del grosor presentó buenos resultados, para los investigadores “2020 ha sido el peor año catalogado desde que se cuenta con imágenes por satélite”. Este resultado lo determinaron luego de analizar simulaciones por ordenador y luego de aplicar las condiciones de la atmósfera de 2020 a las condiciones del mar de cada año desde 1979 a 2020.
Además recrearon las condiciones marítimas de 2020 con las atmosféricas de cada año en este mismo intervalo de tiempo. Tras recopilar todos los datos, Axel Schweiger, director del estudio, y su equipo de trabajo determinaron que “con las condiciones atmosféricas del 2020, la mayor parte de los años anteriores habrían tenido mucho menos hielo de lo que tuvieron. De hecho, 2018 y 2019 habrían producido menos concentraciones de hielo que 2020 si el clima hubiera sido como en 2020”, explicaron. (Le puede interesar: Científicos advierten que los depósitos de metano del Ártico comenzaron a liberarse)
Según los investigadores, lo que los datos mostraron es que las condiciones atmosféricas de temperatura y viento fueron la principal causa de los cambios que se presentaron en esta zona durante el verano del año pasado. “Si bien no hay enormes diferencias entre las temperaturas de este año y los anteriores, la reducción progresiva de las capas de hielo más finas ha dejado esta zona más desprotegida y vulnerable a las condiciones climáticas. La primavera de 2020, que desplazó algunos fragmentos de hielo marino y permitió que el océano acumulase más radiación solar, condicionó la capa de hielo de cara al verano”, añadió.