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Al hablar sobre los efectos más graves de fenómenos como la deforestación, es común que nos muestren imágenes del antes y después de un área degradada. En otras ocasiones (menos frecuentes), vemos imágenes de paisajes que pasan de tener poco verde a contener, nuevamente, árboles. Esto es un ejemplo de un proceso conocido como restauración, uno de los conceptos centrales en la discusión que se está dando por estos días en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Biodiversidad (COP15), en Montreal, Canadá.
Más de 10.000 representantes de 196 países están reunidos para acordar el nuevo conjunto de acciones para proteger la biodiversidad mundial. La segunda meta, que está siendo negociada, plantea la necesidad de restaurar un cierto número de hectáreas de ecosistemas terrestres y marinos degradados.
Poder medir el progreso que hacen los países con indicadores como este será una parte crucial del nuevo acuerdo. Este 12 de diciembre, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) publicó el primer reporte del Barómetro de la Restauración, una herramienta para monitorear el progreso de 18 países para restaurar ecosistemas terrestres y marinos. (También puede leer: Los 144.510 km2 de biodiversidad marina colombiana que acaban de ser reconocidos)
El gran resultado que reportó la UICN es que, actualmente, se están llevando a cabo actividades de restauración en 14 millones de hectáreas en todo el mundo, una cifra equivalente al tamaño de Grecia. La inversión de más de 26.000 millones de dólares—de fuentes públicas y privadas—hizo posible que se adelantaran estas acciones, indicó la Unión.
“El informe proporciona información fundamental que será decisiva para aumentar la transparencia y la rendición de cuentas. Y va más allá de las hectáreas para mostrar el impacto de la restauración en las personas y el clima, una parte clave de la agenda global de restauración”, dijo Anita Diederichsen, responsable de Restauración del Paisaje Forestal de WWF, sobre los resultados del reporte.
¿Cómo funciona la herramienta? A muy grandes rasgos, los países registran sus políticas de restauración, modos de planificación, sistemas de seguimiento y estructuras de financiación. Cada nación luego registra sus datos de ecosistemas en proceso de restauración, de acuerdo con ciertos indicadores (de acción y de impacto). Los indicadores de acción se refieren, por ejemplo, a los sistemas de monitoreo o la financiación, mientras que los de impacto hacen alusión al número de hectáreas o beneficios a la biodiversidad que ha traído el proceso de restauración.
Colombia fue uno de los países que aportó información para la construcción del reporte, junto a México, Perú, Guatemala, El Salvador, Costa Rica, Bangladesh, Sri Lanka, Camerún, Ghana, Kenia, Mozambique, Ruanda, Uganda, Malaui, Kazajstán, Kirguistán y Tayikistán. Otros cuatro países—Ecuador, India, Pakistán y Uzbekistán—también dieron datos para el documento, pero aún están siendo procesados. (Le puede interesar: Los indígenas de la Amazonia se toman la cumbre de biodiversidad en Canadá)
El país que tiene más hectáreas reportadas bajo restauración es México, con más de cinco millones de hectáreas en este proceso. Le sigue Kenia, con más de dos millones de hectáreas, Malaui, con 1.700.000, Ghana, con 628.000 y Ruanda con 597.000. Colombia tiene más de 559.000 hectáreas bajo restauración, aunque el reporte no indica en dónde.
A pesar de que los procesos de restauración se suelen relacionar con los bosques, se pueden dar en cualquier tipo de ecosistema. Por eso, el reporte incluye el tipo de ecosistema que está en camino a recuperarse. Más de la mitad de hectáreas en restauración en el mundo (algo más de ocho millones) corresponden a ecosistemas de bosque. En zonas agrícolas y de uso mixto, se están restaurando 2.638.314 ha; en desiertos, 1.554.132 ha; 793,693 hectáreas en pastizales, matorrales y sabanas; 189,525 en zonas urbanas; en ríos, arroyos y lagos (humedales), 128,903 ha; y en costas y manglares, 98,373 hectáreas.
Además de impactar positivamente al ecosistema en donde se lleva a cabo, la restauración también puede beneficiar a especies de animales y plantas que se encuentren en zonas cercanas, así como a poblaciones humanas aledañas. Como ejemplo, el informe resalta que hay casi 600.000 hectáreas en restauración que se espera contribuyan “significativamente” a la conservación de especies en algún tipo de riesgo.
Por otra parte, hacer una restauración genera, en muchos casos, empleos. Este informe encontró que, para este año, se crearon más de 12 millones de empleos en todo el mundo, asociados a los esfuerzos de restauración. África fue la región donde más se generaron trabajos: se registraron 10.620.148 puestos vinculados a la restauración. (Le recomendamos: El rol de Colombia en la reunión de biodiversidad más importante de la década)
¿Cómo se hace un proceso de restauración? Hay varias formas de hacerlo, pero no hay una fórmula única. Este reporte encontró que la mayoría (15 %) de países utilizó regeneración artificial, el 11 % utilizó regeneración natural, el 10 % hizo uso de sistemas agroforestales, así como de protección de tierra o de agua.
“Los paisajes no pueden restaurarse por completo de la noche a la mañana. La restauración es un proceso a largo plazo que requiere pasos meditados antes de poder empezar a de resultados sostenibles”, indica el informe. Cada uno de los pasos depende del contexto nacional. Por ejemplo, el documento menciona el Plan Nacional de Restauración: Restauración Ecológica, Rehabilitación y Recuperación de Áreas Disturbadas (PNR), implementado después de 2015 en Colombia.
Las estrategias específicas en ese plan incluyen el establecimiento de zonas protegidas forestales, la plantación de especies de árboles nativos o la gestión de especies invasoras. Antes de que iniciara la COP15, tanto Sandra Vilardy, viceministra de Políticas y Normalización Ambiental del Ministerio de Ambiente, como Laura Bermúdez, también del Ministerio y una de las negociadoras de la delegación, resaltaron la restauración como una de las prioridades para Colombia durante esta conferencia.
“Necesitamos acelerar y aumentar la visión de restauración, para aumentar el capital natural”, dijo Vilardy al respecto del tema, mientras que Bermúdez enfatizó particularmente la pregunta de: ¿qué áreas serán costo-efectivas para restaurar? La financiación, señala el reporte de la UICN, fue fundamental para garantizar los procesos de restauración y sumó más de 26.000 millones de dólares. Colombia fue uno de los tres países incluidos en este reporte que no entregó datos sobre la financiación para adelantar procesos de restauración. Los otros dos países fueron Perú y Sri Lanka.
El Barómetro de la Restauración ya se había lanzado por primera vez en 2016 como el Barómetro del Desafío de Bonn. En esa ocasión, se hizo una prueba en paisajes forestales en incluidos Brasil, Ruanda, El Salvador, México y Estados México y Estados Unidos. Esta implementación se hizo como una especie de piloto, para comprender, entre otras cosas, “los obstáculos que dificultan la restauración y la cuantificación de los beneficios de la restauración”, explica la UICN.
Para Carole Saint-Laurent, jefa del Equipo de Bosques y Pastizales de la UICN, tras ese desafío, esta nueva herramienta permite a los países “construir una imagen completa de sus progresos, ayudándoles a identificar qué está funcionando, dónde y cómo, lo que conduce a una acción más impactante y a inversiones mejor orientadas. Esto significa que los esfuerzos de restauración no sólo pueden maximizarse, sino también sostenerse plenamente durante esta década crítica para salvar nuestro mundo natural”.
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