Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Con cada vez más noticias sobre escenarios donde la Tierra alcanza temperaturas cada vez más altas, y donde los países del mundo no logran cumplir con sus metas climáticas, hay muchas discusiones sobre nuevas propuestas o soluciones que podemos implementar para evitar los peores efectos del cambio climático.
Una de ellas es la geoingeniería climática, que hace referencia a una serie de técnicas para alterar, artificialmente, la temperatura global. La más conocida es la geoingeniería solar, que busca reflejar parte de la luz solar que entra al planeta y “regresarla” al espacio, por medio de diversos métodos.
Pero un grupo de científicos acaba de hacer un llamado para que los gobiernos del mundo realicen una moratoria global de la geoingeniería pues, dicen, todavía no se entienden bien los efectos que podría tener alterar el clima artificialmente.
El llamado está dentro de un informe publicado por la Comisión sobre el Sobregiro Climático, en el que también se pide a los gobiernos la eliminación progresiva de los combustibles fósiles y destinar más recursos a la adaptación al cambio climático. (También puede leer: Evaluaron por primera vez los nueve “límites planetarios” y hay malas noticias)
Hace un año, unos investigadores de la Universidad de Cornell contemplaron la posibilidad de la geoingeniería solar, en un contexto donde las medidas para enfrentar el cambio climático se están quedando cortas. “La reducción de emisiones, incluso combinada con la eliminación de dióxido de carbono (CDR) a gran escala, puede no ser suficiente para evitar impactos climáticos severos”, afirmaron en un estudio publicado en la revista The Proceedings of the National Academy of Sciences.
El nuevo reporte de la Comisión sobre el Sobregiro Climático establece que la geoingeniería no se debería descartar del todo, sino que, más bien, se debería permitir a académicos investigar las posibilidades reales de la alternativa, principalmente a través de la gestión de la radiación solar.
Algunas opciones para intentar reducir la cantidad de luz que impacta la superficie de la Tierra es, por ejemplo, blanquear las nubes para que reflejen más luz o incluso instalando espejos en el espacio. Lo que pasa con todas estas ideas, dijo Pascal Lamy, quien fue director de la Comisión, a The Guardian, es que pueden tener “consecuencias imprevistas y transfronterizas”. La ciencia no puede establecer todavía, por ejemplo, que la gestión de la radiación solar sea segura, por lo que debe aplicarse el principio de precaución, agregó. (Le puede interesar: En memoria: los 60 líderes y lideresas asesinados en Colombia durante 2022)
La geoingeniería solar es, probablemente, una de las técnicas más controversiales que se han propuesto. En enero del año pasado, otro grupo de científicos ya había hecho un llamado para prohibirla. Además de los riesgos imprevistos, también resaltaron que es posible que los supuestos logros que alcance la geoingeniería solar se conviertan en argumento para las industrias y gobiernos retrasen las políticas de descarbonización que requiere el planeta.
La geoingeniería también incluye ideas como inyectar aerosoles de azufre a la estratosfera, para tratar de imitar lo que sucede, en dimensiones distintas, con las grandes erupciones de volcanes. En 1991, por ejemplo, el volcán Pinatubo, en Filipinas, lanzó millones de toneladas de dióxido de azufre a la estratosfera, lo que enfrió la Tierra alrededor de medio grado centígrado en los meses siguientes.
🌳 📄 ¿Quieres conocer las últimas noticias sobre el ambiente? Te invitamos a verlas en El Espectador. 🐝🦜