Un posible “súper Fenómeno de El Niño” se presentaría antes del final del año
Algunos de los siete grandes modelos climáticos internacionales pronostican que, hacia octubre de 2023, se podrían presentar aumentos de temperatura de más de 2 °C en el Océano Pacífico ecuatorial. Los científicos advierten, sin embargo, que las predicciones para ese momento del año pueden ser menos precisas.
Hace unas semanas, el Ideam anunció que hay una alta probabilidad, de más del 70 %, de que el fenómeno de El Niño inicie a finales de junio de este año, después de tres años de La Niña. Ahora, según un nuevo boletín de la Oficina de Meteorología de Australia, el fenómeno podría estar caracterizado por temperaturas muy elevadas en una región central del Pacífico en torno al ecuador.
Es decir, se podría producir un “súper El Niño”, una versión extrema del fenómeno, hacia finales del año. Desde que se tienen registros, a medida que el planeta se ha calentado, los años más cálidos han sido años de El Niño. De hecho, el que tuvo mayores temperaturas fue 2016. Por eso, se ha asociado con sequías y aumentos de temperatura. (También puede leer: Denuncian incumplimientos de la licencia ambiental de la hidroeléctrica El Quimbo)
La Oficina de Meteorología de Australia informó que todos los siete modelos del clima internacionales que existen-incluyendo los de las agencias meteorológicas del Reino Unido, Japón y Estados Unidos- muestran que la temperatura de las superficies del mar pasarán el umbral de El Niño para agosto.
Es importante recordar que El Niño, que puede darse entre cada dos a siete años, es el aumento de la temperatura del Océano Pacífico ecuatorial hasta 3 °C más de lo habitual, algo que genera una serie de condiciones que alteran los patrones climáticos en todo el mundo. Generalmente, El Niño va seguido de La Niña (que es la disminución, por debajo de lo habitual, de la temperatura del Pacífico) y viceversa.
La mayoría de modelos (seis) indican que los umbrales de El Niño se alcanzarán o superarán en julio. Un fenómeno de este tipo extremo implica un aumento de las temperaturas de más de 2 °C. Algunos de estos modelos pronostican que para octubre de este año, se podría presentar un incremento de este tipo. (Le puede interesar: “La transición energética es una oportunidad única para reducir las desigualdades”)
De hecho, el modelo de la Oficina de Meteorología de Australia pronostica que desde julio se podrían presentar aumentos por encima de ese umbral; en promedio, al analizar los siete modelos climáticos, para septiembre, la temperatura del Océano Pacífico ecuatorial aumentaría un poco más de 1.6 °C.
Los científicos, sin embargo, advierten que estas predicciones deberían tomarse con cautela, pues las previsiones “que se extienden más allá del otoño suelen tener una precisión de previsión menor que las realizadas en otras épocas del año”.
Catherine Ganter, climatóloga de la Oficina, indicó a The Guardian que: “Es una época del año difícil de pronosticar, pero observamos coherencia entre los modelos climáticos internacionales de calentamiento hacia niveles de El Niño”.
En general, la organización australiana indicó que hay un 50 % de probabilidad de que se forme el fenómeno de El Niño antes de que acabe el 2023. (Puede leer: Hipopótamo causa otro accidente en Puerto Triunfo, Antioquia)
Aunque, como indicaron los expertos de Australia, es difícil saber en este momento la intensidad del fenómeno, si se presenta, ya hay algunas pistas de las consecuencias que podría traer. Por ejemplo, según se detalló en este artículo, el fenómeno de El Niño en Colombia traería una disminución de lluvias y un aumento de temperaturas, dos factores que incluso se han relacionado con brotes de enfermedades que transmiten insectos, como el dengue y la malaria, pues en las altas temperaturas aumenta su reproducción.
En la Amazonia traería sequías, algo que alerta a los científicos, pues se ralentizaría el crecimiento de la vegetación, por lo que se absorbería menos CO₂ de la atmósfera.
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Hace unas semanas, el Ideam anunció que hay una alta probabilidad, de más del 70 %, de que el fenómeno de El Niño inicie a finales de junio de este año, después de tres años de La Niña. Ahora, según un nuevo boletín de la Oficina de Meteorología de Australia, el fenómeno podría estar caracterizado por temperaturas muy elevadas en una región central del Pacífico en torno al ecuador.
Es decir, se podría producir un “súper El Niño”, una versión extrema del fenómeno, hacia finales del año. Desde que se tienen registros, a medida que el planeta se ha calentado, los años más cálidos han sido años de El Niño. De hecho, el que tuvo mayores temperaturas fue 2016. Por eso, se ha asociado con sequías y aumentos de temperatura. (También puede leer: Denuncian incumplimientos de la licencia ambiental de la hidroeléctrica El Quimbo)
La Oficina de Meteorología de Australia informó que todos los siete modelos del clima internacionales que existen-incluyendo los de las agencias meteorológicas del Reino Unido, Japón y Estados Unidos- muestran que la temperatura de las superficies del mar pasarán el umbral de El Niño para agosto.
Es importante recordar que El Niño, que puede darse entre cada dos a siete años, es el aumento de la temperatura del Océano Pacífico ecuatorial hasta 3 °C más de lo habitual, algo que genera una serie de condiciones que alteran los patrones climáticos en todo el mundo. Generalmente, El Niño va seguido de La Niña (que es la disminución, por debajo de lo habitual, de la temperatura del Pacífico) y viceversa.
La mayoría de modelos (seis) indican que los umbrales de El Niño se alcanzarán o superarán en julio. Un fenómeno de este tipo extremo implica un aumento de las temperaturas de más de 2 °C. Algunos de estos modelos pronostican que para octubre de este año, se podría presentar un incremento de este tipo. (Le puede interesar: “La transición energética es una oportunidad única para reducir las desigualdades”)
De hecho, el modelo de la Oficina de Meteorología de Australia pronostica que desde julio se podrían presentar aumentos por encima de ese umbral; en promedio, al analizar los siete modelos climáticos, para septiembre, la temperatura del Océano Pacífico ecuatorial aumentaría un poco más de 1.6 °C.
Los científicos, sin embargo, advierten que estas predicciones deberían tomarse con cautela, pues las previsiones “que se extienden más allá del otoño suelen tener una precisión de previsión menor que las realizadas en otras épocas del año”.
Catherine Ganter, climatóloga de la Oficina, indicó a The Guardian que: “Es una época del año difícil de pronosticar, pero observamos coherencia entre los modelos climáticos internacionales de calentamiento hacia niveles de El Niño”.
En general, la organización australiana indicó que hay un 50 % de probabilidad de que se forme el fenómeno de El Niño antes de que acabe el 2023. (Puede leer: Hipopótamo causa otro accidente en Puerto Triunfo, Antioquia)
Aunque, como indicaron los expertos de Australia, es difícil saber en este momento la intensidad del fenómeno, si se presenta, ya hay algunas pistas de las consecuencias que podría traer. Por ejemplo, según se detalló en este artículo, el fenómeno de El Niño en Colombia traería una disminución de lluvias y un aumento de temperaturas, dos factores que incluso se han relacionado con brotes de enfermedades que transmiten insectos, como el dengue y la malaria, pues en las altas temperaturas aumenta su reproducción.
En la Amazonia traería sequías, algo que alerta a los científicos, pues se ralentizaría el crecimiento de la vegetación, por lo que se absorbería menos CO₂ de la atmósfera.
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