Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Varias organizaciones, entre ellas la Organización Mundial de la Salud y el Banco Mundial, publicaron este martes 6 de junio un informe según el cual 675 millones de personas en todo el mundo viven sin electricidad, la gran mayoría en África subsahariana (Lea también: El piloto de taxis eléctricos que impulsó Petro como alcalde se acaba pronto. ¿Funcionó?).
El documento sostiene que el mundo no está en vías de alcanzar el objetivo de desarrollo sostenible adoptado por los países miembros de la ONU en 2015 para garantizar una energía limpia y asequible para 2030 (Le podría interesar: Países más ricos deben 170 billones de dólares por el exceso de emisiones de CO2).
El planeta enfrenta una “reciente desaceleración del ritmo mundial de electrificación”, dijo Guangzhe Chen, vicepresidente del Banco Mundial, en un comunicado. Y aunque el número de personas que viven sin electricidad se redujo casi a la mitad en la última década, 675 millones de personas seguían sin electricidad en 2021.
Alrededor del 80% de ellas viven en el África subsahariana, donde la falta de acceso a la electricidad sigue en los niveles de 2010.
“A medida que la transición hacia una energía limpia avanza más rápidamente de lo que muchos creen, aún queda mucho por hacer para proporcionar acceso sostenible, seguro y asequible a los servicios energéticos modernos” a millones de personas, destacó el director ejecutivo de la Agencia Internacional de la Energía, Fatih Birol, en el comunicado conjunto.
Se han hecho progresos en algunos aspectos, como el aumento de la tasa de utilización de energías renovables en el sector de la electricidad, pero son insuficientes para alcanzar los objetivos de la ONU.
Citando datos de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), el informe también muestra que las corrientes financieras públicas internacionales para la energía limpia en los países de ingresos bajos y medianos han disminuido desde el período anterior a la pandemia de covid-19.
Según el informe, el aumento de la deuda y el aumento de los precios de la energía están ensombreciendo las perspectivas de lograr el acceso universal a sistemas de cocción de alimentos no contaminantes y a la electricidad.
Las proyecciones actuales señalan que en 2030 alrededor de 1.900 millones de personas carecerán de sistemas de cocción limpios y 660 millones no tendrán electricidad.
Según la OMS, 3,2 millones de personas mueren cada año de enfermedades causadas por el uso de combustibles y tecnologías contaminantes.