¿Un tratado global para el manejo de plásticos? esto buscarán 193 países
Negociadores de 193 países se reunirán la próxima semana en Nairobi, Kenia, con el fin de lograr un tratado internacional sobre el manejo del plástico. Se estima que anualmente cerca de 11 millones de toneladas de plástico terminan en los océanos.
Redacción ambiente con información de agencias*
Los océanos se han convertido en inmensos sumideros de desechos plásticos. Se estima que anualmente cerca de 11 millones de toneladas de plástico terminan allí. Su presencia, cada vez más común, es un síntoma de otros problemas más amplios: el diseño de productos no sostenibles, el consumo acelerado y el manejo ineficiente de las basuras. Una posible salida requiere soluciones globales coordinadas. (Le puede interesar: Todo lo que debe saber de la nueva reglamentación para reusar aguas residuales en Colombia)
“Es urgente la discusión de un nuevo tratado internacional sobre contaminación plástica que abarque todo el globo, porque la dinámica del problema es global y, por lo tanto, las soluciones tienen que ser globales y coordinadas a diferentes niveles”, señala a EFE Alberto Quesada, coordinador regional de contaminación marina de la fundación latinoamericana MarViva.
Por eso, negociadores de 193 países se reunirán en Nairobi, Kenia, la próxima semana, durante la quinta sesión de la Asamblea Medioambiental de la ONU (UNEA 5), con el fin de lograr un tratado internacional sobre el manejo del plástico. Su objetivo es establecer un comité de negociación que pueda, en dos años, crear un nuevo tratado internacional para enfrentar la contaminación por plásticos. (Le puede interesar: Una ballena puede llegar a ingerir más de 3 millones de microplásticos diarios)
El comisario europeo de Medio Ambiente, Océanos y Pesquerías, Virginijus Sinkevicius, aseguró semanas atrás que ya hay 140 países a favor de la regulación mundial del tratamiento de los desechos plásticos, la mitad de ellos dispuestos a apoyar medidas vinculantes.
Las expectativas de los ambientalistas están claras. “Esperamos que en la UNEA 5 los países emitan una resolución amparada en la propuesta de Perú y Ruanda de formación de un Comité Intergubernamental de Negociación que tenga como mandato negociar en dos años un nuevo tratado internacional sobre contaminación plástica (...) si va a ser vinculante o no, eso está en discusión”, recalca el portavoz de MarViva.
La ONG ha contribuido en la coordinación del Plan de Acción sobre Basura Marina para el Pacífico Nordeste, que abarca Panamá, Costa Rica, Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Colombia y México. (Puede leer: Así hemos afectado la migración de las ballenas)
¿Qué se buscaría con el tratado?
En una propuesta publicada, el tratado pediría a las naciones adoptar planes de acción, ponerse metas de reducción de residuos y establecer sistemas de monitoreo. El nuevo tratado también podría ayudar a establecer medidas estandarizadas y métodos de contabilidad.
En el encuentro los negociadores también discutirán una pregunta clave: ¿cuánto plástico es demasiado plástico? “Está claro que las bolsas plásticas, las redes de pesca abandonadas y los microplásticos pueden acabar con la vida marina, pero los científicos hasta ahora estamos empezando a resolver cómo calcular ese riesgo. Este tratado podría ayudar a catalizar esos esfuerzos” aseguró Chelsea Rochman, ecologista de la Universidad de Toronto a la revista Science.
Según datos recientes, en los espacios marinos hay unos 200 millones toneladas de desechos plásticos, una cifra que se triplicará en 2040 si no hay “un cambio importante de paradigma”, advierte Quesada.
El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) ha alertado en un reciente informe que la contaminación por plásticos ha llegado “a todos los rincones de los océanos” y su masa es tal que, aunque cesara el vertido, el volumen de micro y nanoplásticos se duplicaría para el 2050.
De hecho, el 88 % de las especies marinas están afectadas por la contaminación plástica y muchas de ellas -incluidas las de consumo humano- tienen estos materiales en el organismo, indica WWF.
El plástico, además, impide que el fondo marino actúe como sumidero de gases de efecto invernadero, una tarea similar a la que realizan los árboles. “La función de balance del clima, de regulación de la temperatura de la Tierra gracias al océano es tremenda. Parte de la lucha contra el cambio climático tiene que ver con recuperar su salud”, sostiene Quesada.
Más allá de lo ambiental, el impacto de los residuos plásticos “afecta seriamente a la economía de las comunidades pesqueras”, advierte el informe de WWF, que recalca que la irreversible contaminación de los océanos exige una respuesta global y coordinada.
Esta situación exige perseverar en la consecución de “un tratado para la reducción de la producción de plásticos innecesarios y plásticos no reciclables”, enfatiza el miembro de MarViva.
“Un acuerdo marco establecería la obligación de reducir las producciones nacionales de plásticos específicos. El tiempo y el modo en que cada país avance es algo que cada uno definiría y esa es una buena solución”, señala la organización ambientalista latinoamericana, que reclama un modelo similar al de las contribuciones nacionales para la disminución de gases de efecto invernadero.
Hasta ahora, la mayoría de las iniciativas para combatir la contaminación por plástico han sido voluntarias, y han tenido como principal estrategia la recuperación y el reciclaje. Pero parecen haber fracasado.
“Reciclar los plásticos no es técnicamente sencillo, es bastante costoso y muchos ni siquiera son reciclables”, afirma este activista, quien asevera que “las iniciativas voluntarias impulsadas por las empresas no han sido efectivas ni eficientes”.
Un estudio publicado en 2017 indicó que solo el 9 % del plástico fabricado alguna vez se ha reciclado, cerca del 12 % se ha quemado, y el resto se ha arrojado a basureros.
“El reciclaje es importante, pero no suficiente. Se requiere una visión integral, reducir la producción no necesaria y no reciclable. Se necesitan grandes inversiones para la innovación y el diseño de nuevos productos y materiales. Tenemos la oportunidad de sustituir hasta un 27 % de lo que hoy se produce”, enfatiza Quesada.
*Con información de EFE
Los océanos se han convertido en inmensos sumideros de desechos plásticos. Se estima que anualmente cerca de 11 millones de toneladas de plástico terminan allí. Su presencia, cada vez más común, es un síntoma de otros problemas más amplios: el diseño de productos no sostenibles, el consumo acelerado y el manejo ineficiente de las basuras. Una posible salida requiere soluciones globales coordinadas. (Le puede interesar: Todo lo que debe saber de la nueva reglamentación para reusar aguas residuales en Colombia)
“Es urgente la discusión de un nuevo tratado internacional sobre contaminación plástica que abarque todo el globo, porque la dinámica del problema es global y, por lo tanto, las soluciones tienen que ser globales y coordinadas a diferentes niveles”, señala a EFE Alberto Quesada, coordinador regional de contaminación marina de la fundación latinoamericana MarViva.
Por eso, negociadores de 193 países se reunirán en Nairobi, Kenia, la próxima semana, durante la quinta sesión de la Asamblea Medioambiental de la ONU (UNEA 5), con el fin de lograr un tratado internacional sobre el manejo del plástico. Su objetivo es establecer un comité de negociación que pueda, en dos años, crear un nuevo tratado internacional para enfrentar la contaminación por plásticos. (Le puede interesar: Una ballena puede llegar a ingerir más de 3 millones de microplásticos diarios)
El comisario europeo de Medio Ambiente, Océanos y Pesquerías, Virginijus Sinkevicius, aseguró semanas atrás que ya hay 140 países a favor de la regulación mundial del tratamiento de los desechos plásticos, la mitad de ellos dispuestos a apoyar medidas vinculantes.
Las expectativas de los ambientalistas están claras. “Esperamos que en la UNEA 5 los países emitan una resolución amparada en la propuesta de Perú y Ruanda de formación de un Comité Intergubernamental de Negociación que tenga como mandato negociar en dos años un nuevo tratado internacional sobre contaminación plástica (...) si va a ser vinculante o no, eso está en discusión”, recalca el portavoz de MarViva.
La ONG ha contribuido en la coordinación del Plan de Acción sobre Basura Marina para el Pacífico Nordeste, que abarca Panamá, Costa Rica, Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Colombia y México. (Puede leer: Así hemos afectado la migración de las ballenas)
¿Qué se buscaría con el tratado?
En una propuesta publicada, el tratado pediría a las naciones adoptar planes de acción, ponerse metas de reducción de residuos y establecer sistemas de monitoreo. El nuevo tratado también podría ayudar a establecer medidas estandarizadas y métodos de contabilidad.
En el encuentro los negociadores también discutirán una pregunta clave: ¿cuánto plástico es demasiado plástico? “Está claro que las bolsas plásticas, las redes de pesca abandonadas y los microplásticos pueden acabar con la vida marina, pero los científicos hasta ahora estamos empezando a resolver cómo calcular ese riesgo. Este tratado podría ayudar a catalizar esos esfuerzos” aseguró Chelsea Rochman, ecologista de la Universidad de Toronto a la revista Science.
Según datos recientes, en los espacios marinos hay unos 200 millones toneladas de desechos plásticos, una cifra que se triplicará en 2040 si no hay “un cambio importante de paradigma”, advierte Quesada.
El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) ha alertado en un reciente informe que la contaminación por plásticos ha llegado “a todos los rincones de los océanos” y su masa es tal que, aunque cesara el vertido, el volumen de micro y nanoplásticos se duplicaría para el 2050.
De hecho, el 88 % de las especies marinas están afectadas por la contaminación plástica y muchas de ellas -incluidas las de consumo humano- tienen estos materiales en el organismo, indica WWF.
El plástico, además, impide que el fondo marino actúe como sumidero de gases de efecto invernadero, una tarea similar a la que realizan los árboles. “La función de balance del clima, de regulación de la temperatura de la Tierra gracias al océano es tremenda. Parte de la lucha contra el cambio climático tiene que ver con recuperar su salud”, sostiene Quesada.
Más allá de lo ambiental, el impacto de los residuos plásticos “afecta seriamente a la economía de las comunidades pesqueras”, advierte el informe de WWF, que recalca que la irreversible contaminación de los océanos exige una respuesta global y coordinada.
Esta situación exige perseverar en la consecución de “un tratado para la reducción de la producción de plásticos innecesarios y plásticos no reciclables”, enfatiza el miembro de MarViva.
“Un acuerdo marco establecería la obligación de reducir las producciones nacionales de plásticos específicos. El tiempo y el modo en que cada país avance es algo que cada uno definiría y esa es una buena solución”, señala la organización ambientalista latinoamericana, que reclama un modelo similar al de las contribuciones nacionales para la disminución de gases de efecto invernadero.
Hasta ahora, la mayoría de las iniciativas para combatir la contaminación por plástico han sido voluntarias, y han tenido como principal estrategia la recuperación y el reciclaje. Pero parecen haber fracasado.
“Reciclar los plásticos no es técnicamente sencillo, es bastante costoso y muchos ni siquiera son reciclables”, afirma este activista, quien asevera que “las iniciativas voluntarias impulsadas por las empresas no han sido efectivas ni eficientes”.
Un estudio publicado en 2017 indicó que solo el 9 % del plástico fabricado alguna vez se ha reciclado, cerca del 12 % se ha quemado, y el resto se ha arrojado a basureros.
“El reciclaje es importante, pero no suficiente. Se requiere una visión integral, reducir la producción no necesaria y no reciclable. Se necesitan grandes inversiones para la innovación y el diseño de nuevos productos y materiales. Tenemos la oportunidad de sustituir hasta un 27 % de lo que hoy se produce”, enfatiza Quesada.
*Con información de EFE