Una línea del tiempo para entender el Acuerdo de Escazú que entró en vigor
A pesar de que Colombia es uno de los 24 países que firmó el tratado, aún no lo ha ratificado. El presidente Duque lo radicó en Congreso el 20 de julio de 2020 con mensaje de urgencia, pero varias trabas en los debates han dejado al país por fuera de acceder a ciertos beneficios.
María Mónica Monsalve S. / @mariamonic91
Este 22 de abril de 2021, también Día de la Tierra, entró en vigor el Acuerdo de Escazú. Se trata de un tratado firmado entre 24 países de Latinoamérica y el Caribe que, en pocas palabras, busca que los proyectos de desarrollo sean más equilibrados social y ambientalmente. Para lograrlo tiene tres pilares: acceso a la información ambiental, a la participación ambiental y a la justicia ambiental. Además, y este es uno de los puntos más icónico, plantea buscar herramientas más fuertes para la protección de defensoras y defensores del medio ambiente. Un aspecto que no es pequeño si se tiene en cuenta que se trata de una de las regiones más peligrosas del mundo para proteger los ecosistemas. Por ejemplo, solo en Colombia, en 2019, fueron asesinados 64 líderes ambientales según Global Witness.
Acá una guía de cómo se fue creando este Acuerdo, el rol que cumplió Colombia en este proceso y por qué es importante que lo ratifique prontamente. (Le sugerimos: Entra en vigor el Acuerdo de Escazú, una esperanza en medio del caos)
Momento uno: empiezan las negociaciones
1992: El Acuerdo de Escazú, a pesar de entrar en vigor hasta hoy 22 de abril de 2021, se desprende de la Declaración de Río de Janeiro de 1992. El principio 10 de esta declaración habla del derecho a un ambiente sano y sostenible, tanto para las generaciones presentes como las futuras.
2012: Este año 20 países de América Latina y el Caribe, incluido Colombia, firmaron la “Declaración sobre la aplicación del Principio 10 de la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo”. En otras palabras, los países se comprometieron a realizar un plan, para 2014 y con el apoyo de la CEPAL como secretaría técnica, para crear un instrumento que acogiera tres pilares fundamentales: acceso a la información ambiental, a la participación ambiental y a la justicia ambiental.
2014: Los países aprobaron la Decisión de Santiago de 2014 con el fin de buscar la aplicación de la Declaración mencionada anteriormente.
2015: Se iniciaron las negociaciones.
2018: El 4 de marzo de 2018 en Escazú (Costa Rica) se adoptó el Acuerdo de Escazú. Meses más tarde, el 27 de septiembre del mismo año, se abrió el espacio para firmar el Acuerdo en la Sede de las Naciones Unidas en Nueva York.
2019: El 11 de diciembre de 2019 Colombia se unió a los países firmantes del Acuerdo de Escazú. Los otros países que han firmado el Acuerdo, al día de hoy, son Antigua y Barbuda, Argentina, Belice, Bolivia, Brasil, Costa Rica, Dominica, Ecuador, Granada, Guatemala, Guyana, Haití, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, San Vicente y las Granadinas, Saint Kitts y Nevis, Santa Lucia y Uruguay. En total, suman 24 países.
Sobre el rol de Colombia durante la negociación: Natalia Gómez, oficial de incidencia para América Latina de la ONG internacional Civicus, acompañó el proceso de negociación de Escazú desde el 2014, como representante alterna del público. En ese entonces ella trabajaba en Colombia como investigadora de la Asociación Ambiente y Sociedad (AAS), por lo que tuvo acceso al “tras bambalinas” de la negociación.
De este proceso destaca dos cosas. El primero es el rol relativamente paradójico que Colombia tuvo durante la negociación. “A pesar de que Colombia, dentro de la región, es uno de los países con mayor cantidad de leyes de protección para la participación ambiental y el acceso a la información, muchas veces, durante las negociaciones, buscó disminuir los estándares del Acuerdo y fue algo que le criticamos mucho”, señala. Es decir, Colombia hizo parte de las negociaciones, las lideró, pero de alguna manera buscando que el Acuerdo no tuviera muchos dientes.
Otro de los puntos importantes, y esta vez positivo, fue el rol que tuvo el público y la ciudadanía en estas negociaciones. De hecho, se eligieron cuatro representes del público, siendo ella uno de esos cuatro, a los que se le dio una silla en las negociaciones para que presentaran propuestas. Cuenta que, de hecho, fue por esta vía que se incluyó el artículo que habla de protección a defensores y defensoras ambientales, uno de los puntos más mediáticos y reconocidos del Acuerdo de Escazú hoy en día. “En las negociaciones, en el público, había muchos líderes ambientales que elevaron esta solicitud. Con el apoyo de la delegación de Costa Rica y durante las últimas rondas se incluyó el artículo 9, sobre un régimen de protección para defensores y defensoras del medio ambiente. Un tema muy importante teniendo en cuenta que es una de las regiones más peligrosas del mundo en este tema”.
Momento dos: Escazú aterriza en el Congreso colombiano, pero no despega
20 de julio de 2020: El presidente Iván Duque radicó directamente el proyecto de ley para que Colombia ratifique el Acuerdo de Escazú con mensaje de urgencia en el Congreso.
El 22 de septiembre de 2020: En esta fecha el senador Ernesto Macías envió una carta a Alicia Arango, en ese entonces ministra de Interior, solicitando que se suspendiera el trámite de Escazú en Congreso hasta que no se realizará una consulta previa presencial con las comunidades indígenas y afrocolombianas. Lo curioso es que la solicitud la hizo Macías y no las mismas comunidades, por lo que la Mesa Permanente de Concertación con los Pueblos y organizaciones indígenas (MPC) respondieron en otra carta que se trataba de una instrumentalización de la consulta previa por parte de Macías.
Suman cuatro las veces que el debate es aplazado en Congreso: Para el 28 de octubre de 2020, ya eran cuatro las veces que el debate sobre la ratificación sobre el Acuerdo de Escazú fue aplazado en Congreso. Se han usado distintas excusas para no discutirlo como el Paro Nacional, que se cruzaba con otras plenarias del Senado o que, para discutirlo, se necesitaba realizar una consulta previa con las comunidades étnicas.
Sobre el retraso del Congreso en ratificar el Acuerdo: La investigadora María Alejandra Aguilar, coordinadora del área de justicia climática de AAS, cree que el Gobierno no ha sido coherente con sus decisiones frente a Escazú. Lo primero, señala, es que a pesar de que fue Duque quien presentó el proyecto de ley ante el Congreso, además con mensaje de urgencia, sea su mismo partido, el Centro Democrático, el que ha puesto más oposición.
Por otra parte, al no ratificar Escazú con urgencia el Congreso parece ignorar una clara realidad: Colombia es uno de los países con más conflictos socioambientales y uno de los más peligrosos para los defensores del medio ambiente. “Vemos que todos los días, o casi todos los días, se asesina a un defensor o defensora del medio ambiente en Colombia”, comenta. “Como el país anunció un compromiso climático más ambicioso, no podremos lograrlo sin líderes ambientales, porque ellos son los que están en territorio y avanzan en la acción climática”. (Le puede interesar: ¿Quién le teme al Acuerdo de Escazú?)
Momento tres: el Acuerdo de Escazú entra en vigor, pero Colombia nada que lo ratifica
Enero de 2021: México y Argentina se convirtieron en los países número 11 y 12 en ratificar el Acuerdo de Escazú. Teniendo en cuenta que se necesitaba que 11 países lo ratificaran para que entrará en vigor, el Acuerdo se le dio el último impulso. Tres meses después de la ratificación del país número 11 el Acuerdo debía entrar oficialmente en vigor.
22 de abril de 2021: Entra en vigor el Acuerdo de Escazú. Los países que ya lo ratificaron son: Antigua y Barbuda, Argentina, Bolivia, Ecuador, Guyana, México, Nicaragua, Panamá, San Vicente y las Granadinas, Saint Kiss y Nevis, Santa Lucía y Uruguay.
¿Qué pierde Colombia por no ratificar prontamente el Acuerdo de Escazú? El Acuerdo de Escazú no solo es importante por lo que se propone, sino por que busca que, de alguna manera, los países que lo ratifiquen se ayuden entre años a lograr los objetivos del Acuerdo. Gómez, por ejemplo, señala que los artículos 10 y 11 hablan de la cooperación y fortalecer las capacidades entre países, así como de un intercambio de experiencias de y de saberes. Sin ratificar, Colombia pierde este espacio.
Además, el artículo 14, habla de un Fondo Voluntario de Contribuciones que recibirá recursos voluntarios no solo de los países que hacen parte del Acuerdo, sino de cooperación internacional de otras regiones, así como fundaciones. Sin ratificar, el país no podrá acceder a estos recursos.
Por otro lado, que Escazú entre en vigor, así Colombia no lo haya ratificado no deja de ser una buena noticia. Por ejemplo, Margarita Flórez, directora de AAS, explica que se trata “de un paso adelante en la protección de los territorios y de sus defensores”. “El Acuerdo de Escazú estableció objetivos fundamentales, uno de ellos fue involucrar en las negociaciones a la sociedad civil de manera activa. El Acuerdo nos amplió el escenario para que la sociedad pudiera hacer llegar su voz y todas sus demandas ante los gobiernos. Otro objetivo fundamental que nos presenta el Acuerdo de Escazú es la protección a nuestros defensores del medio ambiente, ya que se deben dar garantías frente a todas las amenazas a las que están expuestos”. (Lea también: Mitos sobre el Acuerdo de Escazú)
*Este artículo hace parte de una alianza entre El Espectador y la Asociación Ambiente y Sociedad.
Este 22 de abril de 2021, también Día de la Tierra, entró en vigor el Acuerdo de Escazú. Se trata de un tratado firmado entre 24 países de Latinoamérica y el Caribe que, en pocas palabras, busca que los proyectos de desarrollo sean más equilibrados social y ambientalmente. Para lograrlo tiene tres pilares: acceso a la información ambiental, a la participación ambiental y a la justicia ambiental. Además, y este es uno de los puntos más icónico, plantea buscar herramientas más fuertes para la protección de defensoras y defensores del medio ambiente. Un aspecto que no es pequeño si se tiene en cuenta que se trata de una de las regiones más peligrosas del mundo para proteger los ecosistemas. Por ejemplo, solo en Colombia, en 2019, fueron asesinados 64 líderes ambientales según Global Witness.
Acá una guía de cómo se fue creando este Acuerdo, el rol que cumplió Colombia en este proceso y por qué es importante que lo ratifique prontamente. (Le sugerimos: Entra en vigor el Acuerdo de Escazú, una esperanza en medio del caos)
Momento uno: empiezan las negociaciones
1992: El Acuerdo de Escazú, a pesar de entrar en vigor hasta hoy 22 de abril de 2021, se desprende de la Declaración de Río de Janeiro de 1992. El principio 10 de esta declaración habla del derecho a un ambiente sano y sostenible, tanto para las generaciones presentes como las futuras.
2012: Este año 20 países de América Latina y el Caribe, incluido Colombia, firmaron la “Declaración sobre la aplicación del Principio 10 de la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo”. En otras palabras, los países se comprometieron a realizar un plan, para 2014 y con el apoyo de la CEPAL como secretaría técnica, para crear un instrumento que acogiera tres pilares fundamentales: acceso a la información ambiental, a la participación ambiental y a la justicia ambiental.
2014: Los países aprobaron la Decisión de Santiago de 2014 con el fin de buscar la aplicación de la Declaración mencionada anteriormente.
2015: Se iniciaron las negociaciones.
2018: El 4 de marzo de 2018 en Escazú (Costa Rica) se adoptó el Acuerdo de Escazú. Meses más tarde, el 27 de septiembre del mismo año, se abrió el espacio para firmar el Acuerdo en la Sede de las Naciones Unidas en Nueva York.
2019: El 11 de diciembre de 2019 Colombia se unió a los países firmantes del Acuerdo de Escazú. Los otros países que han firmado el Acuerdo, al día de hoy, son Antigua y Barbuda, Argentina, Belice, Bolivia, Brasil, Costa Rica, Dominica, Ecuador, Granada, Guatemala, Guyana, Haití, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, San Vicente y las Granadinas, Saint Kitts y Nevis, Santa Lucia y Uruguay. En total, suman 24 países.
Sobre el rol de Colombia durante la negociación: Natalia Gómez, oficial de incidencia para América Latina de la ONG internacional Civicus, acompañó el proceso de negociación de Escazú desde el 2014, como representante alterna del público. En ese entonces ella trabajaba en Colombia como investigadora de la Asociación Ambiente y Sociedad (AAS), por lo que tuvo acceso al “tras bambalinas” de la negociación.
De este proceso destaca dos cosas. El primero es el rol relativamente paradójico que Colombia tuvo durante la negociación. “A pesar de que Colombia, dentro de la región, es uno de los países con mayor cantidad de leyes de protección para la participación ambiental y el acceso a la información, muchas veces, durante las negociaciones, buscó disminuir los estándares del Acuerdo y fue algo que le criticamos mucho”, señala. Es decir, Colombia hizo parte de las negociaciones, las lideró, pero de alguna manera buscando que el Acuerdo no tuviera muchos dientes.
Otro de los puntos importantes, y esta vez positivo, fue el rol que tuvo el público y la ciudadanía en estas negociaciones. De hecho, se eligieron cuatro representes del público, siendo ella uno de esos cuatro, a los que se le dio una silla en las negociaciones para que presentaran propuestas. Cuenta que, de hecho, fue por esta vía que se incluyó el artículo que habla de protección a defensores y defensoras ambientales, uno de los puntos más mediáticos y reconocidos del Acuerdo de Escazú hoy en día. “En las negociaciones, en el público, había muchos líderes ambientales que elevaron esta solicitud. Con el apoyo de la delegación de Costa Rica y durante las últimas rondas se incluyó el artículo 9, sobre un régimen de protección para defensores y defensoras del medio ambiente. Un tema muy importante teniendo en cuenta que es una de las regiones más peligrosas del mundo en este tema”.
Momento dos: Escazú aterriza en el Congreso colombiano, pero no despega
20 de julio de 2020: El presidente Iván Duque radicó directamente el proyecto de ley para que Colombia ratifique el Acuerdo de Escazú con mensaje de urgencia en el Congreso.
El 22 de septiembre de 2020: En esta fecha el senador Ernesto Macías envió una carta a Alicia Arango, en ese entonces ministra de Interior, solicitando que se suspendiera el trámite de Escazú en Congreso hasta que no se realizará una consulta previa presencial con las comunidades indígenas y afrocolombianas. Lo curioso es que la solicitud la hizo Macías y no las mismas comunidades, por lo que la Mesa Permanente de Concertación con los Pueblos y organizaciones indígenas (MPC) respondieron en otra carta que se trataba de una instrumentalización de la consulta previa por parte de Macías.
Suman cuatro las veces que el debate es aplazado en Congreso: Para el 28 de octubre de 2020, ya eran cuatro las veces que el debate sobre la ratificación sobre el Acuerdo de Escazú fue aplazado en Congreso. Se han usado distintas excusas para no discutirlo como el Paro Nacional, que se cruzaba con otras plenarias del Senado o que, para discutirlo, se necesitaba realizar una consulta previa con las comunidades étnicas.
Sobre el retraso del Congreso en ratificar el Acuerdo: La investigadora María Alejandra Aguilar, coordinadora del área de justicia climática de AAS, cree que el Gobierno no ha sido coherente con sus decisiones frente a Escazú. Lo primero, señala, es que a pesar de que fue Duque quien presentó el proyecto de ley ante el Congreso, además con mensaje de urgencia, sea su mismo partido, el Centro Democrático, el que ha puesto más oposición.
Por otra parte, al no ratificar Escazú con urgencia el Congreso parece ignorar una clara realidad: Colombia es uno de los países con más conflictos socioambientales y uno de los más peligrosos para los defensores del medio ambiente. “Vemos que todos los días, o casi todos los días, se asesina a un defensor o defensora del medio ambiente en Colombia”, comenta. “Como el país anunció un compromiso climático más ambicioso, no podremos lograrlo sin líderes ambientales, porque ellos son los que están en territorio y avanzan en la acción climática”. (Le puede interesar: ¿Quién le teme al Acuerdo de Escazú?)
Momento tres: el Acuerdo de Escazú entra en vigor, pero Colombia nada que lo ratifica
Enero de 2021: México y Argentina se convirtieron en los países número 11 y 12 en ratificar el Acuerdo de Escazú. Teniendo en cuenta que se necesitaba que 11 países lo ratificaran para que entrará en vigor, el Acuerdo se le dio el último impulso. Tres meses después de la ratificación del país número 11 el Acuerdo debía entrar oficialmente en vigor.
22 de abril de 2021: Entra en vigor el Acuerdo de Escazú. Los países que ya lo ratificaron son: Antigua y Barbuda, Argentina, Bolivia, Ecuador, Guyana, México, Nicaragua, Panamá, San Vicente y las Granadinas, Saint Kiss y Nevis, Santa Lucía y Uruguay.
¿Qué pierde Colombia por no ratificar prontamente el Acuerdo de Escazú? El Acuerdo de Escazú no solo es importante por lo que se propone, sino por que busca que, de alguna manera, los países que lo ratifiquen se ayuden entre años a lograr los objetivos del Acuerdo. Gómez, por ejemplo, señala que los artículos 10 y 11 hablan de la cooperación y fortalecer las capacidades entre países, así como de un intercambio de experiencias de y de saberes. Sin ratificar, Colombia pierde este espacio.
Además, el artículo 14, habla de un Fondo Voluntario de Contribuciones que recibirá recursos voluntarios no solo de los países que hacen parte del Acuerdo, sino de cooperación internacional de otras regiones, así como fundaciones. Sin ratificar, el país no podrá acceder a estos recursos.
Por otro lado, que Escazú entre en vigor, así Colombia no lo haya ratificado no deja de ser una buena noticia. Por ejemplo, Margarita Flórez, directora de AAS, explica que se trata “de un paso adelante en la protección de los territorios y de sus defensores”. “El Acuerdo de Escazú estableció objetivos fundamentales, uno de ellos fue involucrar en las negociaciones a la sociedad civil de manera activa. El Acuerdo nos amplió el escenario para que la sociedad pudiera hacer llegar su voz y todas sus demandas ante los gobiernos. Otro objetivo fundamental que nos presenta el Acuerdo de Escazú es la protección a nuestros defensores del medio ambiente, ya que se deben dar garantías frente a todas las amenazas a las que están expuestos”. (Lea también: Mitos sobre el Acuerdo de Escazú)
*Este artículo hace parte de una alianza entre El Espectador y la Asociación Ambiente y Sociedad.