‘Una transición justa debe tener al sector público y al privado alineados’
Liliana Pozzo conoce de cerca los desafíos que tienen las economías para reducir sus emisiones de CO2 y para lograr una transición hacia la llamada descarbonización. Desde la gerencia del programa de Servicios de Asesoramiento en Finanzas Sostenibles de la Corporación Financiera Internacional (IFC) del Banco Mundial, ha analizado esos retos de América Latina. Conversó con El Espectador.
María Paula Lizarazo
La última conferencia de cambio climático del Banco Mundial, Innovate4Climate, celebrada en Bilbao, puso sus focos en las prioridades actuales para una transición justa hacia una economía descarbonizada. Aunque esto es algo que se viene hablando desde hace varios años y que sigue la ruta del Acuerdo de París para lograr la “neutralidad climática” en 2050, en algunos espacios de la reciente Innovate4Climate se discutió sobre el panorama en países como Colombia y el resto de la región de América Latina, en donde la transición debe tener en cuenta otras necesidades, además de las climáticas, como inequidad social, seguridad alimentaria, entre otros. (Lea Una poderosa familia de EE.UU., tras una mina de cobre en la Amazonia colombiana)
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La última conferencia de cambio climático del Banco Mundial, Innovate4Climate, celebrada en Bilbao, puso sus focos en las prioridades actuales para una transición justa hacia una economía descarbonizada. Aunque esto es algo que se viene hablando desde hace varios años y que sigue la ruta del Acuerdo de París para lograr la “neutralidad climática” en 2050, en algunos espacios de la reciente Innovate4Climate se discutió sobre el panorama en países como Colombia y el resto de la región de América Latina, en donde la transición debe tener en cuenta otras necesidades, además de las climáticas, como inequidad social, seguridad alimentaria, entre otros. (Lea Una poderosa familia de EE.UU., tras una mina de cobre en la Amazonia colombiana)
Una de las invitadas para hablar de estos temas fue Liliana Pozzo, gerente del programa de Servicios de Asesoramiento en Finanzas Sostenibles para América Latina y Europa de la Corporación Financiera Internacional (IFC), una de las principales instituciones de desarrollo dedicadas al sector privado en países en desarrollo, perteneciente al Banco Mundial. En entrevista con El Espectador, Pozzo habla de los retos y avances de América Latina frente al Acuerdo de París, y de la necesidad de pensar la transición de manera regional. (Lea Extinción de la megafauna comenzó mucho antes de que los humanos habitaran la Tierra)
¿Cuáles considera que son los retos que aún tiene América Latina por delante para lograr esa “transición justa”?
Tener al sector privado y al sector público muy alineados. Si no vamos hacia la sostenibilidad y todo lo que tiene que ver con cumplir las metas de net zero y descarbonización, si no hacemos algo al respecto, incluso por razones económicas, los efectos del cambio climático van a ser muy grandes. En el caso de Colombia, por ejemplo, que es uno de los países con más biodiversidad en el mundo, es una responsabilidad que tiene el sector público-privado definir una taxonomía verde para el sector financiero, unos estándares y un mecanismo para ayudar a un sector a medirse en cuáles son los activos verdes, azules o de biodiversidad.
Un ejemplo es la inversión sostenible. En Colombia el 27% de los edificios nuevos ahora son sostenibles, por lo que estás haciendo un cambio importante en esa transformación del sector, entonces creo que al final del día es una responsabilidad conjunta.
Pero hay muchos otros problemas en América Latina, como problemas de inequidad, problemas sociales, problemas de evaluación económicos; entonces, tomando todo esto en cuenta, no podemos transformar esa economía solo con el sector financiero; el sector financiero es el que va a financiar esa transición, pero los gobiernos juegan un rol importante en liderar ese cambio.
¿Cómo se deberían definir los estándares para medir un activo “verde” o sostenible?
Por ejemplo, los Green Bond Principles. Que haya una clara delineación para decir: esto sí es un activo verde por estas razones que están bien delineadas dentro de esta taxonomía. Por eso insisto en que hay que trabajar con el sector privado para movilizar e invertir en iniciativas, ya sea a través de mercados de capitales o a través de banca privada, pero para que todos vayan remando en esa dirección norte de net zero.
¿Qué tan importante es que esa alineación entre el sector público y el sector privado sea también regional?
Es clave y por eso tenemos la Alianza del Pacífico, Mercosur… Ya hay bloques económicos, pero tenemos que empezar a pensar más como una región. Un ejemplo es el caso del Amazonas, que son ocho países. El problema de la deforestación en el Amazonas no es un problema de Brasil o de Colombia, es un problema del mundo en realidad, y la responsabilidad de tratar de cambiar eso es regional, es decir, esa presión no solo puede estar en los hombros de solo un país, porque hay una responsabilidad compartida de mantener la biodiversidad regional.
Aunque mencionaba que hay varios retos por delante, ¿cree que se ha avanzado en Colombia y América Latina sobre lo pactado en el Acuerdo de París?
Yo creo que se ha avanzado. En el caso de Colombia definitivamente siento que se ha avanzado y no solo en temas de cambio climático, porque cuando estamos hablando de sostenibilidad también se está hablando de lo social: inclusión financiera, por ejemplo, o que el gobierno colombiano está tomando en serio los temas de equidad de género, de la cultura afrodescendiente, entonces yo sí creo que hay un movimiento regional, no solo son los temas verdes de cambio climático.
Aunque hay una brecha grande en todo lo que es bancarización a nivel regional, inequidad de ingresos. Además, de que el covid-19 ha tenido un efecto negativo, que nos ha retrocedido por razones obvias, creo que no se ha perdido esa mira de hacia donde se quiere llegar tomando en cuenta la complejidad de nuestros países.
Ahora hablaba de la importancia de la alineación entre el sector público y privado. ¿Cuál es el papel, durante esta transición, de entidades como el Banco Mundial?
Nuestro rol como Grupo Banco Mundial es apoyar a los gobiernos en definir sus estrategias y en definir su regulación, que apunte hacia net zero, este es el norte a donde queremos llegar, es lo que se definió en París. Entonces, ir trabajando uno a uno con los diferentes gobiernos para que estos tengan sus planes nacionales, sus estrategias, sus métricas, sus iniciativas, dirigidas hacia esa meta. Por ejemplo, trabajar con el ecosistema, bolsas de valores, empresas del sector real, entidades financieras… En el caso de Colombia hemos trabajado con desarrolladores para que tengan la certificación EDGE, que es nuestra certificación de construcción sostenible para tener algo que se pueda medir, para así ayudar a bancos a introducir hipotecas verdes para el mercado. Así es como empiezas a mover todo el sector hacia esa meta de net zero.
Actualmente, estamos trabajando en 10 países América Latina para definir las taxonomías verdes nacionales. También hemos creado una guía regional para ayudar a los diferentes países a tener estándares que sean interoperables en la región, para que no sea, por ejemplo, una taxonomía en Panamá y otra taxonomía en Colombia, que no sea que no tengan la misma visión y tener una taxonomía regional. No solo es ver hacia el norte, sino que puedes ir integrando nuestras economías.
Trabaja como asesora sostenible para América Latina, pero también para Europa. ¿Qué análisis hace de las acciones que ha adelantado ese continente hacia una economía descarbonizada?
Europa está liderando en todos los temas de definir los estándares y la regulación al sector bancario en los temas de sostenibilidad. Algunos bancos europeos dicen que, quizás, van muy rápido con esa regulación, que no le está dando tiempo al sector para cumplir. Y es muy dramático el cambio, hay que medir y tener un marco de trabajo para lo que es el riesgo climático, que de hecho es un concepto muy nuevo. Hay que entender cuál es la huella de las empresas a las que les estás prestando para poder entonces informar sobre tus emisiones como entidad.
Europa definitivamente está liderando el tema a nivel regulatorio. Pudiéramos (en América Latina) estar trabajando mucho más de la mano, pero creo que hay la apertura de hacerlo y en muchos casos ya se está haciendo.
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