Vamos camino a tener más de 500 desastres ambientales por año, según informe
Según el Informe de Evaluación Global, publicado por la Oficina de Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres, hacia 2030 habría 560 desastres anuales.
Según el Informe de Evaluación Global, publicado por la Oficina de Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres, en las últimas dos décadas ha habido alrededor de 350 y 500 desastres ambientales de mediana o gran escala por año. Algo que ha aumentado considerablemente, pues entre 1970 y el año 2000 había entre 90 y 100 desastres anuales de estas mismas escalas.
Según el informe, si en el mundo continúan las tendencias actuales del cambio climático, “la cantidad de desastres por año a nivel mundial puede aumentar de alrededor de 400 en 2015 a 560 por año para 2030″. En el caso específico de sequías, desde el año 2000 y hasta 2030 habría un aumento de más del 30%: de alrededor de 16 periodos de sequía por año entre 2001 y 2010, a 21 eventos de sequía para 2030. Del mismo modo, el aumento de temperaturas, que impacta en la biodiversidad de fauna y flora, se triplicará para 2030 en comparación con 2001.
El informe encontró que en los ‘países en desarrollo’, estos desastres inciden en que se pierda un promedio del 1% de su PIB cada año; en las regiones de Asia y el Pacífico la cifra del PIB alcanza a disminuir hasta un 1.6 %. Mientras que en los ‘países desarrollados’, el porcentaje es apenas de un 0.1 a 0.3%. En los últimos cinco años, además, el número de personas que mueren en desastres ha aumentado proporcionalmente con el incremento de la gravedad de los desastres. (Lea: El activista climático que se prendió fuego en protesta y murió en Estados Unidos)
Otras cifras que arroja el informe es que mientras en 1990 los desastres le costaban al mundo alrededor de $70 mil millones de dólares por año, en la última década, la cifra aumentó a $170 mil millones de dólares. El número más alto fue en 2011 y 2017, cuando los desastres alcanzaron costos que superaron los $300 mil millones de dólares.
Para Mami Mizutori, jefa de la Oficina de Reducción del Riesgo de Desastres de la ONU, es necesario replantear la asignación de fondos para desastres: el 90% de los fondos se destinan a ayudas de emergencia y apenas un 4% se destina a la prevención. En una entrevista para Europa Press, Mizutori afirmó que “los desastres se pueden prevenir, pero solo si los países invierten el tiempo y los recursos para comprender y reducir sus riesgos. Al ignorar deliberadamente el riesgo y no integrarlo en la toma de decisiones, el mundo está financiando efectivamente su propia destrucción. Los sectores críticos, desde el gobierno hasta el desarrollo y los servicios financieros, deben repensar urgentemente cómo perciben y abordan el riesgo de desastres”.
El informe de Naciones Unidas dice que el riesgo sistémico de desastres no se puede eliminar por completo, pero se puede reducir y abordar más eficazmente, lo que requiere “aprovechar los conocimientos existentes sobre reducción de riesgos y también desarrollar enfoques mejorados para abordar las características del riesgo sistémico, como sus efectos en cascada y la complejidad e incertidumbre inherentes”. (Lea: La enfermedad causada por un hongo que el cambio climático estaría ayudando a expandir)
Mizutori añade que “la buena noticia es que las decisiones humanas son las que más contribuyen al riesgo de desastres, así que tenemos el poder de reducir sustancialmente las amenazas que se presentan a la humanidad, y especialmente a los más vulnerables entre nosotros”.
Por su parte, Amina J. Mohammed, Vicesecretaria General de Naciones Unidas, enfatizó en la presentación del informe que “el mundo necesita hacer más para incorporar el riesgo de desastres en la forma en que vivimos, construimos e invertimos, lo que está poniendo a la humanidad en una espiral de autodestrucción”. (Lea: Centrales de carbón en construcción no ayudarían a cumplir objetivos climáticos)
Según el Informe de Evaluación Global, publicado por la Oficina de Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres, en las últimas dos décadas ha habido alrededor de 350 y 500 desastres ambientales de mediana o gran escala por año. Algo que ha aumentado considerablemente, pues entre 1970 y el año 2000 había entre 90 y 100 desastres anuales de estas mismas escalas.
Según el informe, si en el mundo continúan las tendencias actuales del cambio climático, “la cantidad de desastres por año a nivel mundial puede aumentar de alrededor de 400 en 2015 a 560 por año para 2030″. En el caso específico de sequías, desde el año 2000 y hasta 2030 habría un aumento de más del 30%: de alrededor de 16 periodos de sequía por año entre 2001 y 2010, a 21 eventos de sequía para 2030. Del mismo modo, el aumento de temperaturas, que impacta en la biodiversidad de fauna y flora, se triplicará para 2030 en comparación con 2001.
El informe encontró que en los ‘países en desarrollo’, estos desastres inciden en que se pierda un promedio del 1% de su PIB cada año; en las regiones de Asia y el Pacífico la cifra del PIB alcanza a disminuir hasta un 1.6 %. Mientras que en los ‘países desarrollados’, el porcentaje es apenas de un 0.1 a 0.3%. En los últimos cinco años, además, el número de personas que mueren en desastres ha aumentado proporcionalmente con el incremento de la gravedad de los desastres. (Lea: El activista climático que se prendió fuego en protesta y murió en Estados Unidos)
Otras cifras que arroja el informe es que mientras en 1990 los desastres le costaban al mundo alrededor de $70 mil millones de dólares por año, en la última década, la cifra aumentó a $170 mil millones de dólares. El número más alto fue en 2011 y 2017, cuando los desastres alcanzaron costos que superaron los $300 mil millones de dólares.
Para Mami Mizutori, jefa de la Oficina de Reducción del Riesgo de Desastres de la ONU, es necesario replantear la asignación de fondos para desastres: el 90% de los fondos se destinan a ayudas de emergencia y apenas un 4% se destina a la prevención. En una entrevista para Europa Press, Mizutori afirmó que “los desastres se pueden prevenir, pero solo si los países invierten el tiempo y los recursos para comprender y reducir sus riesgos. Al ignorar deliberadamente el riesgo y no integrarlo en la toma de decisiones, el mundo está financiando efectivamente su propia destrucción. Los sectores críticos, desde el gobierno hasta el desarrollo y los servicios financieros, deben repensar urgentemente cómo perciben y abordan el riesgo de desastres”.
El informe de Naciones Unidas dice que el riesgo sistémico de desastres no se puede eliminar por completo, pero se puede reducir y abordar más eficazmente, lo que requiere “aprovechar los conocimientos existentes sobre reducción de riesgos y también desarrollar enfoques mejorados para abordar las características del riesgo sistémico, como sus efectos en cascada y la complejidad e incertidumbre inherentes”. (Lea: La enfermedad causada por un hongo que el cambio climático estaría ayudando a expandir)
Mizutori añade que “la buena noticia es que las decisiones humanas son las que más contribuyen al riesgo de desastres, así que tenemos el poder de reducir sustancialmente las amenazas que se presentan a la humanidad, y especialmente a los más vulnerables entre nosotros”.
Por su parte, Amina J. Mohammed, Vicesecretaria General de Naciones Unidas, enfatizó en la presentación del informe que “el mundo necesita hacer más para incorporar el riesgo de desastres en la forma en que vivimos, construimos e invertimos, lo que está poniendo a la humanidad en una espiral de autodestrucción”. (Lea: Centrales de carbón en construcción no ayudarían a cumplir objetivos climáticos)