Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Un equipo de investigadores japoneses alojó a 17 ranas arbóreas con 17 avispas alfareras (eumeninos) para observar la función que tendrían sus genitales a la hora de defenderse. Aunque todas las ranas atacaron a las avispas, algo más de un tercio acabó rechazando a los insectos, pues utilizaron las afiladas espinas de sus genitales para evitar ser engullidas.
Le puede interesar: Los ríos de de Alaska se están tiñendo de naranja, ¿por qué?
“Se observó con frecuencia que las avispas macho perforaban la boca u otras partes de las ranas con sus genitales mientras eran atacadas”, señalaron los autores del estudio, publicado en la revista Current Biology.
Male mason wasps have evolved spine-covered genitals to sting their foes. As a result, a tree frog loses its lunch.@KobeU_Global Shinji Sugiura & Misaki Tsujii
— Cell Press (@CellPressNews) December 19, 2022
Read more in @CurrentBiology: https://t.co/3Uru2GEF7J pic.twitter.com/ZwuLWPI7DH
Sin embargo, cuando a las ranas se les introdujeron avispas macho a las que se les habían extirpado los genitales, todos los anfibios se comieron los insectos, a pesar de sufrir picaduras. “Por lo tanto, las espinas genitales de los machos parecen desempeñar un papel a la hora de impedir que las ranas arbóreas se traguen a las avispas macho”.
A pesar de esto, no todos los depredadores fueron disuadidos: ambos sexos fueron consumidos por ranas de estanque, que tenían una mayor tolerancia a las picaduras de avispa.
También puede leer: Nueva York prohíbe la venta de perros, gatos y conejos en las tiendas de mascotas
De acuerdo con los investigadores, este estudio pone de relieve la importancia de los genitales masculinos para la defensa contra los depredadores, teniendo en cuenta la escasez de estudios que demostraran tal función. “Los machos de varias especies de esfíngidos producen ultrasonidos con sus genitales para defenderse”, explicaron.
La profesora Seirian Sumner, de la University College de Londres y autora de Endless Forms: the Secret World of Wasps (Formas infinitas: el mundo secreto de las avispas), afirma que, aunque las avispas macho no pican, pueden utilizar sus genitales para “simular” picaduras. Por lo general, añade, esto se siente como un “cosquilleo vigorizante”, pero puede ser lo suficientemente punzante como para hacer que la avispa se libere.
Le puede interesar: Los varamientos masivos de delfines podrían estar asociados a signos de Alzheimer
“Los machos no tienen saco venenoso, por lo que no hay mucho margen para la evolución”, explica. “Pero si un macho puede hacerse pasar por una hembra que provoca dolor -al menos en la primera mordedura de un depredador- y esto reduce su probabilidad de ser devorado, es posible que se seleccione esta opción”.
🌳 📄 ¿Quieres conocer las últimas noticias sobre el ambiente? Te invitamos a verlas en El Espectador. 🐝🦜