Ya hay en el mercado cuero a base de peces invasores. ¿Usaría una correa de pez león?
Como resultado de un error humano, a fines de la década de 1980 un puñado de peces león llegó a las aguas del Océano Atlántico frente a la costa de Florida. De allí se han expandido. En Colombia representan un inquietante problema.
Una de las preguntas que más trasnocha a los biólogos es qué hacer con las especies invasoras, aquellos animales que por alguna u otra razón (la mayoría de veces por conductas irresponsables de seres humanos), están presentes en ecosistemas donde no deberían estar y donde tienen un efecto negativo. El océano es uno de los ecosistemas más afectados por estas especies. En Colombia, por ejemplo, el pez león es una de las especies invasoras más conocidas. Pues bien, una iniciativa privada acaba de ser reconocida por una idea para darle trámite a este problema: convertir al pez león en un nuevo producto, en cuero de pescado.
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
Una de las preguntas que más trasnocha a los biólogos es qué hacer con las especies invasoras, aquellos animales que por alguna u otra razón (la mayoría de veces por conductas irresponsables de seres humanos), están presentes en ecosistemas donde no deberían estar y donde tienen un efecto negativo. El océano es uno de los ecosistemas más afectados por estas especies. En Colombia, por ejemplo, el pez león es una de las especies invasoras más conocidas. Pues bien, una iniciativa privada acaba de ser reconocida por una idea para darle trámite a este problema: convertir al pez león en un nuevo producto, en cuero de pescado.
Se trata de Inversa, una organización norteamericana con sede en Florida que fabrica el primer cuero regenerativo del mundo y que acaba de ser una de las nueve finalistas en el Global Ocean Resilience Innovation Challenge (Oric), un programa financiado por el gobierno del Reino Unido que reconoce y financia proyectos centrados en desarrollar la resiliencia en las comunidades costeras vulnerables al cambio climático y reducir el riesgo oceánico a través de la innovación. “Nuestras pieles elaboradas a partir de especies invasoras están ayudando a solucionar una crisis medioambiental y protegiendo la biodiversidad. Por primera vez, los productos pueden ser algo más que “menos malos”, dice Inversa.
Puede ver: Más allá de hipopótamos: las más de 20 especies exóticas invasoras que hay en Colombia
En promedio, un solo pez león puede comer hasta 70.000 peces de arrecife nativos, destruyendo cadenas alimenticias completas. Como resultado de un error humano, este animal llegó a las aguas del Atlántico frente a la costa de Florida en la década de 1980. Desde allí se ha expandido por todo el Océano Atlántico. Como una solución, Inversa paga por la captura de este pez, lo procesa en EE. UU. y fabrica con su piel un tipo de cuero con el que vende productos en ese país Actualmente la compañía se abastece de pez león de toda la costa de Florida y de la costa de México. Venden pieles a un costo $35 dolares por piel.
Inversa fabrica productos como carteras, cinturones, bolsos y correas. Según explica el medio británico The Guardian, la piel de pescado es delgada, pero debido a que la estructura de la fibra se extiende transversalmente, es más fuerte que muchos otros tipos de cuero. La compañía señala en su página web que diseña y prueba sus productos para resistir pruebas de grado automotriz: “Nos asociamos con el laboratorio líder en innovación de cuero para hacerlo”.
Puede ver: Pez basa: el otro “hipopótamo” en Colombia del que nadie quiere hablar
Para ser finalista, Inversa propuso “construir cooperativas pesqueras bien equipadas en Quintana Roo, México, a través de la suscripción del riesgo de los pescadores con una garantía del 100% de captura a efectivo, financiando los gastos iniciales de reacondicionamiento para los pescadores para cazar y capturar peces león y ofrecer incentivos premium y plazos de pago puntuales”. Es decir, en el proceso la compañía se compromete a incluir a las comunidades locales de México que podrían tener un ingreso económico a partir de la caza de un pez que afecta los ecosistemas. Ganan las comunidades y gana el ambiente.
“Realmente estamos empoderando al consumidor y a la moda al hacer algo por el planeta; luego, empoderamos a las comunidades de buceo en las cooperativas pesqueras de todo el Caribe para que hagan algo por sí mismas”, le dijo a The Guardian Aarav Chavda, una de las creadoras de Inversa. Los jueces del Global Ocean Resilience Innovation Challenge (Oric) quedaron gratamente sorprendidos por esta iniciativa y las restantes ocho que fueron reconocidas. El programa planea impulsar una inversión de USD 500 millones en soluciones basadas en la naturaleza oceánica, presentar al menos 50 productos financieros novedosos y mejorar la resiliencia de 250 millones de personas en las zonas costeras de todo el mundo.