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Cualquier vehículo está expuesto a sufrir un golpe. En ocasiones, la levedad del impacto o rozadura con algún objeto pasa por alto sobre la superficie del vehículo; sin embargo, cuando deja un rastro menor —al que algunos llaman rayón, rasguño o arañazo— que no deforma ni traspasa la lata, hay soluciones tan simples como pulir el área afectada.
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Ahora bien, a pesar de la simpleza del procedimiento, algunos hábitos o comportamientos durante la eliminación —por lo menos de forma visible— del rayón pueden generar problemas más graves o hacer inútil el proceso.
El equipo de El Mecánico Recomienda, de El Espectador, habló con Kristhian Salazar, experto en detailing —actividad para potenciar la belleza de cualquier vehículo— y CEO de Duster Detailing, quien enumeró los errores más comunes al quitar un rayón.
No hacer la prueba de la uña
Para Salazar, identificar la gravedad del rayón es, por supuesto, primordial antes de buscar soluciones. Para este caso, recomienda desarrollar un método al que se refiere como “la prueba de la uña”, el cual consiste en rozar la superficie afectada con la uña: si esta no queda atorada en el rayón es, quizá, la mejor noticia que pueda recibir el propietario, pues significa que es solucionable en casa, o en su garaje, usando algún producto tipo compound —compuesto para pulir— o, como se conoce de forma popular, Rubbing, Ruby o Copao.
Aplicar ceras porque sí
Cuando la uña se detiene sobre la imperfección que conocemos como rayón, el trabajo amateur, en casa o casi empírico es inútil. No vale la pena perder el tiempo aplicando las cremas especializadas y usando hasta los pomos más delicados cuando la imperfección es profunda. Ignorar la prueba de la uña puede, entre otras cosas, generar manchas e incluso desnivelar visual y físicamente la superficie.
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“Si la uña se tranca en alguna parte no hay mucho por hacer; tendría que pintar la pieza, si amerita, cuando es muy largo y profundo. En caso de ser corto, se puede hacer un touch up, que básicamente es llenar el rayón con la pintura del auto previamente preparada o mandada a hacer, durante un procedimiento que evita que se vea”, cuenta el especialista.
Subestimar el trabajo de pulido
Aunque para muchas personas puede parecer un trabajo sencillo, aplicar las ceras especializadas en el pulido para eliminar rayones —que nivelan las superficies— exigen cierta experiencia y conocimiento del caso.
“Cabe aclarar que si se hace de forma manual, tendrá que haber desayunado muy bien, porque es un trabajo de tiempo y dedicación. Tenga en cuenta que, como se va a nivelar la superficie, la pintura en el área afectada perderá un poco de grosor. Por eso, solo un profesional en el tema podrá elegir el sistema correcto y mantener el mayor grosor posible, solucionando el problema”, afirma el especialista.
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Creer que a mayor fuerza, mayores resultados
En caso de que haya tomado la decisión de retirar el rayón usted mismo, debe tener claro que la presión ejercida en la zona afectada, mientras aplica el compound, no va a acelerar el proceso de nivelación o eliminación. No sobra mencionar que la pieza debe estar limpia y a baja temperatura.
Kristhian Salazar recomienda usar compounds de buena calidad y aplicarlos sobre la superficie con una poliespuma. Luego retirar los excesos con una microfibra. Debe evitar las estopas, pues generarán nuevos microrrayones.
“Recuerde que la fricción es la que va a dar el resultado. La fuerza no va a pulir ni a solucionarlo, lo que realmente va a generar el efecto de pulir es la fricción entre la superficie, el compound y la poliespuma … Un tip para que rinda más es hacerlo en forma lineal en sentido contrario al rayón”, agrega.
Ni ácidos ni solventes
“Nunca use líquidos como ácidos y solventes. No falta el curioso que quiere usar ácidos para tratar de disolver la pintura y cubrir el rayón. Eso lo que hace es empeorar la situación… Mejor dicho, milagros no se hacen con rayones profundos”, concluye.