A los fabricantes de vehículos también les preocupa la movilidad en las grandes ciudades
Promover el carro compartido y tecnologías que mejoren la calidad del aire son algunas de las iniciativas que lideran las marcas.
Redacción especiales
En 2014, según el informe anual de Demographia World Urban Areas, la población urbana mundial superó a la rural por primera vez en la historia. El 51 % de las personas viven en las ciudades. Una cifra que no frenará. De hecho, de acuerdo con la ONU, para 2050 llegará al 70 %, es decir, alrededor de 7.000 millones de habitantes estarán en las zonas urbanas. Y no serán los únicos.
El parque automotor también está creciendo. Y Colombia no es la excepción, empezando porque el promedio de carros por número de habitantes es bastante inferior al de la región: por cada mil personas ruedan 5,9 vehículos en el territorio nacional, mientras que en el resto de Latinoamérica esta proporción llega a 10,1 automóviles.
En marzo de este año, según Fenalco, se registraron 21.022 nuevas matrículas. Así que resulta evidente que, además de las acciones concretas que se implementen desde las administraciones locales y de la voluntad ciudadana para adoptar comportamientos diferentes en la vía, se hace necesario que otros actores involucrados en la movilidad participen, como las grandes marcas y fabricantes de automóviles.
Por ejemplo Chevrolet, la marca más vendida en Colombia — solo en marzo comercializó 4.879 unidades—, lidera iniciativas como la Semana del Carro Compartido, que según explica Javier Uribe, director de la Fundación Chevrolet, lo que busca es “promover un uso más eficiente de los vehículos”.
Con él coincide Andrés Fuse, gerente de Autogermana, representante de BMW, quien asegura que la modalidad de carros compartidos puede ayudar a descongestionar vías que “tienen un retraso en años y en kilómetros”, que no se soluciona con medidas como el Pico y Placa.
Luz Elena del Castillo, gerente de Ford Colombia, insiste en que cada ciudad debe tener políticas de movilidad claras y afirma que el desarrollo de nuevas tecnologías para contribuir a una mejor calidad del aire es clave. Una acción que se requiere con urgencia, como quedó demostrado en Medellín, donde durante varios días se tuvo que declarar la alerta roja por la contaminación.
En 2014, según el informe anual de Demographia World Urban Areas, la población urbana mundial superó a la rural por primera vez en la historia. El 51 % de las personas viven en las ciudades. Una cifra que no frenará. De hecho, de acuerdo con la ONU, para 2050 llegará al 70 %, es decir, alrededor de 7.000 millones de habitantes estarán en las zonas urbanas. Y no serán los únicos.
El parque automotor también está creciendo. Y Colombia no es la excepción, empezando porque el promedio de carros por número de habitantes es bastante inferior al de la región: por cada mil personas ruedan 5,9 vehículos en el territorio nacional, mientras que en el resto de Latinoamérica esta proporción llega a 10,1 automóviles.
En marzo de este año, según Fenalco, se registraron 21.022 nuevas matrículas. Así que resulta evidente que, además de las acciones concretas que se implementen desde las administraciones locales y de la voluntad ciudadana para adoptar comportamientos diferentes en la vía, se hace necesario que otros actores involucrados en la movilidad participen, como las grandes marcas y fabricantes de automóviles.
Por ejemplo Chevrolet, la marca más vendida en Colombia — solo en marzo comercializó 4.879 unidades—, lidera iniciativas como la Semana del Carro Compartido, que según explica Javier Uribe, director de la Fundación Chevrolet, lo que busca es “promover un uso más eficiente de los vehículos”.
Con él coincide Andrés Fuse, gerente de Autogermana, representante de BMW, quien asegura que la modalidad de carros compartidos puede ayudar a descongestionar vías que “tienen un retraso en años y en kilómetros”, que no se soluciona con medidas como el Pico y Placa.
Luz Elena del Castillo, gerente de Ford Colombia, insiste en que cada ciudad debe tener políticas de movilidad claras y afirma que el desarrollo de nuevas tecnologías para contribuir a una mejor calidad del aire es clave. Una acción que se requiere con urgencia, como quedó demostrado en Medellín, donde durante varios días se tuvo que declarar la alerta roja por la contaminación.