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Un estudio realizado por Environmental Science & Technology ha revelado la presencia común de un componente potencialmente cancerígeno en los asientos de los automóviles. Conocido como fosfato de tris (TCIPP) y TCEP, estos elementos se utilizan para retardar la combustión en los carros, con el objetivo de mejorar la seguridad en caso de un incendio durante un accidente. Sin embargo, estos compuestos podrían ser cancerígenos.
Según el estudio, se detectaron retardantes de fuego TCIPP y TCEP en el aire de la cabina de los 101 vehículos analizados, lo que indica un riesgo de exposición humana a estas sustancias químicas utilizadas en los vehículos.
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Reclutamiento y población de estudio
Los participantes del estudio fueron reclutados a través del boletín informativo del Green Science Policy Institute y debían vivir en Estados Unidos y poseer un vehículo modelo 2015 o posterior. Proporcionaron información sobre el año del carro, el tipo de motor y el código postal.
La selección se realizó para asegurar una distribución geográfica amplia y diversidad en los tipos de motores: aproximadamente 50 % de combustión interna (49 personas), 25 % eléctricos (26 personas) y 25 % híbridos (26 personas).
Se recolectaron muestras en invierno y verano para evaluar el efecto de la temperatura en los niveles de aparición de los retardantes de fuego en el aire de la cabina.
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Resultados del estudio
El Programa Nacional de Toxicología de Estados Unidos concluyó que, en condiciones de altas temperaturas, hay una mayor liberación de estos componentes hacia el aire de la cabina de los vehículos, incrementando así el potencial de riesgo de salud para los usuarios.
“Considerando que el conductor promedio pasa aproximadamente una hora diaria en el automóvil, esto representa un importante problema de salud pública. Es especialmente preocupante para los conductores con viajes más largos”, destaca Rebecca Hoehn, una de las investigadoras y autoras del estudio.
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El estudio revela que 99 % de los 101 vehículos estudiados, fabricados entre 2015 y 2022 para el mercado estadounidense, contenían tanto TCIPP y TCEP en los asientos de los vehículos.
El informe también aborda la razón detrás de la prevalencia de estos materiales en los carros. Al parecer, esto se remonta a una normativa implementada en la década de 1970 por la National Highway Traffic Safety Administration, un organismo similar a la Dirección General de Tráfico, que no ha sido revisada desde entonces. En una entrevista con la revista People, una de las investigadoras y autoras del estudio, Lydia Jahl, compartió sus perspectivas al respecto.
Jahl señaló que ciertas prácticas, como estacionar el vehículo a la sombra o ventilar el habitáculo, pueden ayudar a disminuir el riesgo. Sin embargo, enfatiza en la necesidad prioritaria de reducir la cantidad de retardantes de fuego que se incorporan a los automóviles.