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La mayoría son hombres. Su afición casi siempre comienza, como le sucedió a Freddy Mendoza, después de que tienen su primer carro antiguo y destartalado que por alguna extraña razón decidieron comprar a pesar de reconocer que sería un encarte. Los gomosos de los automóviles fabricados hace más de 35 años son bastantes en el país y aunque generalmente se trata de personas mayores, a las nuevas generaciones también está comenzando a gustarles este tipo de vehículos, que terminan convirtiéndose en los consentidos de la familia.
En el caso de Freddy Mendoza fue un Buick coupé, modelo 50, el que le robó el corazón hace casi ocho años. Desde entonces no hace otra cosa que reunirse con aficionados como él y promover la cultura de los carros antiguos, a tal punto que en 2006 le dio vida a Antiguomotriz, una feria para los amantes de los clásicos que se realiza el último domingo del mes en un parqueadero de La Candelaria, en Bogotá.
Para cada uno de estos encuentros se programa una exhibición de alguno de los más de 20 clubes de aficionados que existen en Colombia (registrados oficialmente sólo hay ocho) o de carros especiales como, por ejemplo, aquellos que han salido en películas o series de televisión: el Topolino de Mr. Bean, los Willys de la novela Café con aroma de mujer o los autos de la producción infantil de Disney Cars (en Bogotá hay un grupo de personas que les pintaron ojos a sus carros para que se parecieran a los personajes).
Además, como los repuestos de un vehículo antiguo son tan difíciles de conseguir, especialmente los emblemas y los boceles, a la feria también están invitados mecánicos especializados en este tipo de carros, quienes arman su rinconcito con una mesa repleta de carburadores, mangueras, filtros de aire, panales de radiador y tapaválvulas, entre otros.
Freddy Mendoza cuenta que solamente los apasionados por los autos antiguos como él experimentan una sensación de felicidad indescriptible cada vez que encuentran una pieza que le faltaba al carro o que se había dañado. De hecho, uno de los requisitos para tener un antiguo o clásico en buen estado es, además de tiempo, dinero.
Un vehículo de hace más de 35 años puede comprarse por un precio relativamente bajo: tres, cuatro o cinco millones de pesos. Claro que esta cantidad varía de acuerdo con el modelo, la marca y lo escaso que sea el prototipo. Pero la restauración, que se demora de tres a cinco años, puede costar entre $20 y $30 millones. Así que no se trata de un hobby que pueda sostener cualquiera.
Precisamente es lo cuantiosa de esta inversión lo que hace que los propietarios sean tan quisquillosos con sus carros. De hecho, la mayoría sólo sale con ellos los fines de semana —los modelos que más se ven son los Ford y Chevrolet del 50 y el 60 y los Volkswagen—, para evitar que se recalienten por los trancones, porque muchos son difíciles de parquear en cualquier lugar por su tamaño, y debido a la cantidad de gasolina que consumen.
Sin embargo, de las precauciones anteriores muchos pasan a la exageración y creen equivocadamente que con prenderlos es más que suficiente (ver recuadro con recomendaciones). Lo cierto, es que a pesar de lo costoso y dispendioso de mantener un antiguo o un clásico, en el país hay cerca de 500 aficionados que vibran cada vez que se sientan al volante.
Recomendaciones de mantenimiento
Freddy Mendoza, director de Antiguomotriz, una feria que promueve la cultura de los vehículos antiguos en el país, aconseja a los propietarios:
• Usar el carro. Sólo prenderlo pero no andarlo puede hacer que se sequen los cauchos y se cristalicen las mangueras.
• No dejarlo mucho tiempo a la intemperie y en el garaje guardarlo siempre con una pijama.
• Limpiarlo periódicamente para evitar la acumulación de mugre, que puede a largo plazo maltratar la pintura o la tapicería.
• Estar atento para detectar imperfectos en su funcionamiento o ruidos nuevos. Entre más pronto se arreglen, mejor conservado estará el vehículo.
• No llevarlo a cualquier taller. Aunque son escasos, lo ideal es encontrar un mecánico especializado en autos clásicos o antiguos.