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La línea E-Tech Renault creció en Colombia. Este espacio del portafolio del rombo, donde se reúnen los carros propulsados por nuevas tecnologías, recibió, con el nuevo Arkana, a su primer híbrido. Uno ligero, turboalimentado y con una estética, por mucho, novedosa, pero en línea con esa deportividad que agrega el corte cupé.
Es E-Tech en su tecnología y fabricación. El discurso ambiental de los galos, que incluye una reducción en la generación de emisiones contaminantes, incluye también el uso de materiales reciclados, que en este caso están presentes en varias partes dentro del habitáculo.
Llegó de Corea del Sur. Sigue la corriente que hoy lidera la industria adoptando una silueta SUV. Afuera roba miradas, contrasta en su parrilla el logo que la marca actualizó hace más de un año y adentro… bien, dentro de la cabina es Renault. Suma equipo y detalles que contrastan con la propuesta de la marca en Colombia.
Al Volante
En carretera y con espacio se ve lo que es, quizá, su mejor cara. El tren motor del primer híbrido de Renault en el país equipa un bloque turboalimentado de 1,3 litros —el mismo de Duster que funciona con gasolina corriente, según el fabricante—, con 140 caballos y hasta 260 Nm de torque, y caja automática de doble embrague con siete marchas. Su hibridación se basa en la asistencia eléctrica de una batería de 12 V.
En ese escenario Arkana es reactivo y silencioso. El trabajo bajo el capó no invade la cabina ni genera vibraciones excesivas. En movimiento, hay algunos ruidos que, al parecer, provienen del salpicadero, y entrega una correcta estabilidad en curvas y es, en la mayoría de los casos, fiable en adelantos.
Una dualidad aparece en la experiencia de manejo cuando el escenario es la ciudad. Con menos espacio y velocidad, aparece una leve tosquedad o dureza al transitar sobre reductores, huecos y demás imperfecciones de la vía. Más ruidos exteriores ingresan al habitáculo, aunque, a grandes rasgos, la insonorización es adecuada.
A Colombia llegó en dos versiones. Esta reseña se basa en la tope de gama: Espirit Alpine. Incluye asistencias a la conducción como alerta de tráfico cruzado, alerta de presión de los neumáticos, asistente de frenado de emergencia, alerta de colisión frontal, alerta de cambio de carril y, para agregar parte de su equipo de seguridad, hay que sumar sus seis bolsas de aire, ABS, ESP y asistente de arranque en pendiente.
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Los consumos, siempre dependientes de diferentes variables, como la altitud, el peso, el tipo de combustible y el estilo de manejo, entre otros, fueron de 72 a 76 km/gal en carretera y de 34 a 38 km/gal en ciudad. Las pruebas se hicieron a unos 2.000 y 2.500 m. s. n. m., con una carga cercana a los 160 kg.
Equipo
Parte del equipo presente en Arkana incluye una pantalla multimedia de 9,3 pulgadas, que funge como sistema de infoentretenimiento. Suma un cargador inalámbrico para celulares, cuatro puertos USB tipo A —no tiene ninguno tipo C— y panel de instrumentos digital con pantalla de 10,2”.
Hay armonía en la distribución del equipo dentro de la cabina, aunque esa sensación puede contrastar con algunos de los plásticos, en su mayoría rígidos, duros, en el salpicadero y las puertas. Es igualmente llamativa la palanca de cambios E-shifter. Incluye un sunroof con apertura tipo spoiler.
Sobresalen las costuras azules que adornan cada esquina de los asientos. También el logo Alpine, que aparece en el medio del espaldar de los delanteros. Las plazas de conductor y copiloto tienen ajuste eléctrico y calefacción, también presente en el volante.
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Arkana es el producto que faltaba en el portafolio de Renault en Colombia. Responde a la necesidad de un híbrido en las vitrinas de los galos, de la mano de una SUV a la vanguardia en equipo, sin restricciones de movilidad y que se ubica sobre la línea Duster. Su precio es de $134’500.000.
