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A partir de hoy Colombia se convirtió en el primer país suramericano en tener a la venta la segunda generación de la pick-up Raptor de Ford. La "Bestia", como la llaman los del emblema azul, llega a pocas semanas de su lanzamiento en Estados Unidos con una cabina más grande, amortiguadores más poderosos y un motor 25% más veloz que el de su predecesora. El vehículo fue hecho para poder salir de la fábrica directamente a competir en Baja 1000, una de las carreras de desierto más exigentes y agresivas del mundo.
Esta nueva y poderosa camioneta es el primer acercamiento del país a la línea Performance de la marca de Detroit. Esta, explican los voceros de Ford, es fruto de la sinergia de los tres laboratorios de innovación (Ford Racing, RS y SVT) que desarrollan productos para competencia y que decidieron juntarse para llevar lo mejor de las pistas a las calles del mundo. Para llegar al producto final, el equipo tuvo que hacer más de 100 vocetos y modelar durante más de 20.000 horas.
Sobre las innovaciones es mucho lo que hay por decir, sin embargo, la que más llama la atención es el sistema de suspensión. Y es que gracias a éste, las llantas de la pick up prácticamente no se despegan del suelo, no importa el terreno. Viene equipada con amortiguadores de tres pulgadas Fox Racing Shox, una de las mejores marcas del mercado, diseñados específicamente para ella. Con estos, el tren delantero puede recorrer 13 pulgadas y el trasero hasta 13,9. Los baches ni se sienten.
El motor también se renovó por completo. El V8 de 6.2 litros aspirado naturalmente, que producía 411 caballos de fuerza y 434 libras de torque fue reemplazado por un V6 de 3.5 litros capaz de producir 450 caballlos y 510 libras de torción que hacen que la segunda generación de la Raptor sea 25% más veloz que la primera. El truco, explican desde Ford, fue equipar el corazón de la máquina con dos turbocargadores, un nuevo árbol de doble leva y un sistema que ubica dos inyectores, uno dentro del cilindro y otro sobre éste.
No hay que olvidar, además, que se trata de un motor Eco-Boost, que busca reducir al máximo la emisión de gases. Para hacerlo, tiene la tecnología auto start-stop que, al encontrarse con semáforos rojos o trancones, le permite al conductor llevar el freno hasta el fondo para apagar el motor. Al volver a soltar el pedal, el auto se enciende automáticamente y sigue la marcha sin problema.
Los mecanismos para controlar semejante máquina son igual de completos. Para empezar, la pick-up viene equipada con una caja automática de diez velocidades con tecnología select shift, que le permite a los más puristas pasar a controlar el vehículo con cambios manuales. Además, Ford decidió, por primera vez, equipar esta F150 con el Terrain Management System, que le ofrece seis modos de manejo diferentes: Normal, Sport, Barro y arena, Escalada en roca, Clima (para lluvia, nieve o hielo) y Baja (para el desierto).
Y es que este auto literalmente puede escalar. De eso se encarga el diferencial delantero Torsen, que le entrega más torsión a la llanta que tenga mejor adherencia al suelo en el momento, evitando cualquier deslizamiento. Incluso las pendientes de 45° son un juego de niños para este novedoso sistema que se complementa con llantas BF Goodrich, que cuentan con un labrado tan ancho y profundo que más parece una serie de dientes que otra cosa.
La tecnología de seguridad no se queda corta. A los seis airbags se le suma un sistema de cuatro cámaras, una a cada lado del vehículo, que permiten tener una visibilidad de 360°; un sistema de información de punto ciego, una alerta de tráfico cruzado y, por supuesto, los típicos controles de tracción, freno, antivuelco y de curva. La principal innovación es el control de descenso, que toma el control de los pedales durante las bajadas difíciles, todo lo que el conductor tiene que hacer es controlar la dirección.
Se trata de un vehículo hecho para resistir. El cuerpo, una cabina y media espaciosa (6 pulgadas más amplia que la de la primera generación) hecha de aleación de aluminio de nivel militar, mientras que la plataforma, totalmente nueva, es de acero reforzado. Estos materiales, además, le han permitido deshacerse de 200 kilos, aportando al desempeño de un auto hecho para superar cualquier terreno. La única versión que se comercializará por ahora en Colombia tiene un costo de $210 millones. Se esperan vender entre diez y quince unidades al mes.