Bicicletas con estilo, la ciencia de restaurar
Un joven ingeniero industrial creó una exitosa marca con diseños únicos que se adaptan a la personalidad de cada propietario.
Redacción Autos
Ya han pasado tres años desde la primera vez que Álvaro Cabanzo decidió darle vida a un objeto tan sencillo y cotidiano como lo es la bicicleta. Aunque en el mercado hay todo tipo de bicis —todoterreno, plegables, estáticas y hasta eléctricas—, Cabanzo no se sentía identificado con ninguna.
Fue por esta inconformidad que tomó la decisión de reformar su bicicleta: “Me propuse hacer una diferente para mí, con detalles y acabados especiales que no tienen las fabricadas en masa. Cuando se terminó la primera bicicleta la llevé como parte de la decoración de un stand para una feria y a muchas personas les gustó el trabajo”, cuenta este ingeniero industrial de 25 años.
Desde entonces comenzó a construir su marca Bicicletas Vitae, con la que de alguna forma quería promover este medio de transporte amigable con el ambiente. Para hacer de cada modelo una pieza única, recurrió a detalles como instalar baúles en la llanta trasera o manubrios con acabados de madera y cuero. En pocas palabras, una bicicleta con estilo, elegancia y autenticidad.
Y como parte de su apuesta es no estandarizarlas, crea un diseño único para cada persona, de acuerdo con su personalidad y gustos. Para elaborar el boceto tiene en cuenta desde los colores favoritos hasta el tipo de música que más escucha la persona. Y cada pieza es bautizada. Aceituna y Rocinante son sólo algunos de los nombres que les ha puesto a sus creaciones. “Uno de nuestros objetivos es establecer un vínculo entre el usuario y su bicicleta, verla como una extensión del cuerpo, generar apropiación e identificación con el objeto”, explica.
Otro dato curioso es que Álvaro Cabanzo recicla bicicletas en mal estado para darles vida con su imaginación. No es necesario comprar un modelo costoso. Su talento le permite restaurar cada uno de estos vehículos por partes. Los costos varían dependiendo del estado en el que se encuentre y de las reformas que los propietarios quieran hacerle para garantizar que sea única.
Eso sí, es una inversión de la cual no se arrepentirá, pues la experiencia de tener algo tan propio hará que no quiera bajarse jamás. Por lo menos así le sucedió a Juan David Meneses, quien adquirió una de estas bicicletas hace dos años. Según Meneses, Vitae es una marca para todos aquellos que quieran algo a la medida, pero con un buen desempeño y, por supuesto, con su sello personal: “Cuida detalles únicos como marcar las iniciales con tu nombre en el manubrio”. Hoy es uno de sus principales medios de transporte. La usa para ir a la oficina alrededor de tres veces por semana.
Lo importante para Cabanzo es que cada día sean más las personas que se animen a montar bicicleta. Bogotá se ha convertido en una de las ciudades que más utiliza este medio de transporte en Latinoamérica, con 611.472 viajes diarios en promedio. El objetivo es que con mayor infraestructura, seguridad e iniciativas como esta, los ciudadanos comiencen a bajarse del carro particular y contribuyan a que las grandes urbes sean entornos más amigables con menos tráfico e intolerancia. Para este diseñador, “ser promotor de los buenos cambios es también ser parte de la solución a un problema que nos afecta a todos”.
Ya han pasado tres años desde la primera vez que Álvaro Cabanzo decidió darle vida a un objeto tan sencillo y cotidiano como lo es la bicicleta. Aunque en el mercado hay todo tipo de bicis —todoterreno, plegables, estáticas y hasta eléctricas—, Cabanzo no se sentía identificado con ninguna.
Fue por esta inconformidad que tomó la decisión de reformar su bicicleta: “Me propuse hacer una diferente para mí, con detalles y acabados especiales que no tienen las fabricadas en masa. Cuando se terminó la primera bicicleta la llevé como parte de la decoración de un stand para una feria y a muchas personas les gustó el trabajo”, cuenta este ingeniero industrial de 25 años.
Desde entonces comenzó a construir su marca Bicicletas Vitae, con la que de alguna forma quería promover este medio de transporte amigable con el ambiente. Para hacer de cada modelo una pieza única, recurrió a detalles como instalar baúles en la llanta trasera o manubrios con acabados de madera y cuero. En pocas palabras, una bicicleta con estilo, elegancia y autenticidad.
Y como parte de su apuesta es no estandarizarlas, crea un diseño único para cada persona, de acuerdo con su personalidad y gustos. Para elaborar el boceto tiene en cuenta desde los colores favoritos hasta el tipo de música que más escucha la persona. Y cada pieza es bautizada. Aceituna y Rocinante son sólo algunos de los nombres que les ha puesto a sus creaciones. “Uno de nuestros objetivos es establecer un vínculo entre el usuario y su bicicleta, verla como una extensión del cuerpo, generar apropiación e identificación con el objeto”, explica.
Otro dato curioso es que Álvaro Cabanzo recicla bicicletas en mal estado para darles vida con su imaginación. No es necesario comprar un modelo costoso. Su talento le permite restaurar cada uno de estos vehículos por partes. Los costos varían dependiendo del estado en el que se encuentre y de las reformas que los propietarios quieran hacerle para garantizar que sea única.
Eso sí, es una inversión de la cual no se arrepentirá, pues la experiencia de tener algo tan propio hará que no quiera bajarse jamás. Por lo menos así le sucedió a Juan David Meneses, quien adquirió una de estas bicicletas hace dos años. Según Meneses, Vitae es una marca para todos aquellos que quieran algo a la medida, pero con un buen desempeño y, por supuesto, con su sello personal: “Cuida detalles únicos como marcar las iniciales con tu nombre en el manubrio”. Hoy es uno de sus principales medios de transporte. La usa para ir a la oficina alrededor de tres veces por semana.
Lo importante para Cabanzo es que cada día sean más las personas que se animen a montar bicicleta. Bogotá se ha convertido en una de las ciudades que más utiliza este medio de transporte en Latinoamérica, con 611.472 viajes diarios en promedio. El objetivo es que con mayor infraestructura, seguridad e iniciativas como esta, los ciudadanos comiencen a bajarse del carro particular y contribuyan a que las grandes urbes sean entornos más amigables con menos tráfico e intolerancia. Para este diseñador, “ser promotor de los buenos cambios es también ser parte de la solución a un problema que nos afecta a todos”.