BYD Seal. ¿el nuevo diferente en el mercado de carros eléctricos en Colombia?
¿Único en el país? Precio, imagen y desempeño configuran el novedoso lanzamiento de la casa china en Colombia.
Nicolás Fernández
La calidad y el origen. La propuesta y quien propone. La idea y su aterrizaje. La inspiración, con base en productos establecidos, materializados y, para el caso puntual de este artículo, ya en las vías, bien sea en ciudades y carreteras o rodando. Una industria que evoluciona en tiempos de electrificación, de lo alternativo.
Lleva en su silueta el ADN de dos fabricantes que han propuesto y se han establecido en el mercado cero emisiones: uno alemán y otro norteamericano. Sí, en su parte frontal, la carrocería se moldea e, inevitablemente, rememora al primer eléctrico de Porsche: Taycan; de costado, a otro referente global: el Model 3 de Tesla.
Sin embargo, su origen se encuentra al otro lado del mundo, en China, desde donde hace dos décadas BYD Auto inició un camino que hoy consolida a la empresa como referente en el mercado de vehículos eléctricos —o con alguna asistencia eléctrica, como híbridos enchufables tipo Qin Plus DM— con más de 2’100.000 unidades vendidas entre enero y noviembre de 2023.
El producto es uno de los más recientes y, por qué no, llamativos lanzamientos para el mercado automotor colombiano: el BYD Seal… un juego constante de dualidades, que van desde sus dimensiones de compacto (4.800 mm de largo, 1.875 mm de ancho y 1.460 mm de alto. Su distancia entre ejes es de 2.920mm y lleva ruedas de especificación 235/45 R19) y su generoso espacio interior, hasta la inmediatez de su respuesta, junto a un destello de deportividad, como su repentina rebeldía en curvas.
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Adiós al cliché
Y de adentro hacia afuera, Seal demuestra prolijidad en la concepción, organización y distribución de materiales en la cabina. Sobresale el diseño de la silletería, con una tapicería de cuero, opciones de calefacción y ventilación de las plazas delanteras, así como una ergonomía digna de un producto del segmento prémium, siendo fiel a la ficha con espacio para cinco pasajeros (sí, el un EV, el piso es plano en la segunda fila).
En su mayoría, los materiales con los que se fabricaron las zonas de constante contacto (puertas, salpicadero, etc.) son amigables al tacto y al interactuar con ellas no entregan esa, por supuesto subjetiva, sensación de vacío, de hueco, de plástico duro. El tiempo demostrará su longevidad, pero en un primer contacto augura una buena vida útil.
La antítesis es quizá su punto más llamativo. Como eje del sistema multimedia, BYD dispuso una pantalla de 15,6”, configurable en orientación vertical y horizontal, con la que se puede ajustar desde la resistencia del volante, activar o desactivar las asistencias de la conducción, hasta cambiar de canción o emisora. Bien, hay que decirlo, la mayoría de las marcas entregan esa potestad a este componente, también conocido como sistema de infoentretenimiento; sin embargo, en este caso resulta poco intuitivo y, en ocasiones, abrumador.
En movimiento denota la concepción estructural de Seal, de la mano de un silencio operativo típico de los eléctricos, junto a una insonorización adecuada, superlativa, pero frágil, por dos puntos. Uno, la interacción de las asistencias a la conducción tipo mantenimiento de carril. Dos, las condiciones de las vías de ciudades como Bogotá.
Adrenalina EV
La imagen deportiva que recuerda a otros eléctricos ya consolidados se materializa, en algunos contextos, al volante. Son dos motores. Uno delantero, con 214 caballos y 310 Nm. Otro, trasero, con 308 hp y 360 Nm. En total, 522 caballos y 670 Nm de torque. Su batería tipo Blade tiene una capacidad de 82,6 kWh y anuncia una autonomía de 510 km, la cual varía según el hábito de quien esté al volante. Para el caso de esta reseña fue de unos 420.
Su tracción es total a las cuatro ruedas. En adelantos es fiable. Igual que la mayoría de cero emisiones, la reactividad al pedal derecho es casi inmediata, con un cero a 100 km/h en unos 3,8 segundos. Por momentos, hay una ligera rebeldía en el eje trasero, sobre todo al tomar curvas, aún leves o poco pronunciadas, así como una notoria tosquedad ante la irregularidad de la vía, el policía acostado, el reductor (lleva frenos de disco ventilados adelante y atrás, con suspensión delantera de doble brazo independiente y multilink atrás).
Como parte de su paquete de seguridad, BYD Seal ofrece en Colombia ocho bolsas de aire, control electrónico de estabilidad, alerta de colisión frontal, alerta de salida de carril, sistema de permanecía de carril y detección de punto ciego, entre otras tecnologías que, en Europa, le permitieron ostentar las cinco estrellas en seguridad de EuroNcap.
Lea también: Volvo XC60 T8 Ultimate: ¿el híbrido enchufable líder en propuesta en Colombia?
Eléctrico con imagen y recurrentes destellos de deportividad. A grandes rasgos, es un producto bien configurado. En la práctica, una inmensa mayoría de lo que se espera de un EV. Una propuesta llamativa en un mercado que mes a mes suma jugadores. Un diferente, por su precio. Y sí, también uno de los pocos sedanes que están disponibles en el país. Su precio, en diciembre de 2023, es de $261’900.000.
La calidad y el origen. La propuesta y quien propone. La idea y su aterrizaje. La inspiración, con base en productos establecidos, materializados y, para el caso puntual de este artículo, ya en las vías, bien sea en ciudades y carreteras o rodando. Una industria que evoluciona en tiempos de electrificación, de lo alternativo.
Lleva en su silueta el ADN de dos fabricantes que han propuesto y se han establecido en el mercado cero emisiones: uno alemán y otro norteamericano. Sí, en su parte frontal, la carrocería se moldea e, inevitablemente, rememora al primer eléctrico de Porsche: Taycan; de costado, a otro referente global: el Model 3 de Tesla.
Sin embargo, su origen se encuentra al otro lado del mundo, en China, desde donde hace dos décadas BYD Auto inició un camino que hoy consolida a la empresa como referente en el mercado de vehículos eléctricos —o con alguna asistencia eléctrica, como híbridos enchufables tipo Qin Plus DM— con más de 2’100.000 unidades vendidas entre enero y noviembre de 2023.
El producto es uno de los más recientes y, por qué no, llamativos lanzamientos para el mercado automotor colombiano: el BYD Seal… un juego constante de dualidades, que van desde sus dimensiones de compacto (4.800 mm de largo, 1.875 mm de ancho y 1.460 mm de alto. Su distancia entre ejes es de 2.920mm y lleva ruedas de especificación 235/45 R19) y su generoso espacio interior, hasta la inmediatez de su respuesta, junto a un destello de deportividad, como su repentina rebeldía en curvas.
Más de Autos: Cinco regalos para darle a su carro en navidad.
Adiós al cliché
Y de adentro hacia afuera, Seal demuestra prolijidad en la concepción, organización y distribución de materiales en la cabina. Sobresale el diseño de la silletería, con una tapicería de cuero, opciones de calefacción y ventilación de las plazas delanteras, así como una ergonomía digna de un producto del segmento prémium, siendo fiel a la ficha con espacio para cinco pasajeros (sí, el un EV, el piso es plano en la segunda fila).
En su mayoría, los materiales con los que se fabricaron las zonas de constante contacto (puertas, salpicadero, etc.) son amigables al tacto y al interactuar con ellas no entregan esa, por supuesto subjetiva, sensación de vacío, de hueco, de plástico duro. El tiempo demostrará su longevidad, pero en un primer contacto augura una buena vida útil.
La antítesis es quizá su punto más llamativo. Como eje del sistema multimedia, BYD dispuso una pantalla de 15,6”, configurable en orientación vertical y horizontal, con la que se puede ajustar desde la resistencia del volante, activar o desactivar las asistencias de la conducción, hasta cambiar de canción o emisora. Bien, hay que decirlo, la mayoría de las marcas entregan esa potestad a este componente, también conocido como sistema de infoentretenimiento; sin embargo, en este caso resulta poco intuitivo y, en ocasiones, abrumador.
En movimiento denota la concepción estructural de Seal, de la mano de un silencio operativo típico de los eléctricos, junto a una insonorización adecuada, superlativa, pero frágil, por dos puntos. Uno, la interacción de las asistencias a la conducción tipo mantenimiento de carril. Dos, las condiciones de las vías de ciudades como Bogotá.
Adrenalina EV
La imagen deportiva que recuerda a otros eléctricos ya consolidados se materializa, en algunos contextos, al volante. Son dos motores. Uno delantero, con 214 caballos y 310 Nm. Otro, trasero, con 308 hp y 360 Nm. En total, 522 caballos y 670 Nm de torque. Su batería tipo Blade tiene una capacidad de 82,6 kWh y anuncia una autonomía de 510 km, la cual varía según el hábito de quien esté al volante. Para el caso de esta reseña fue de unos 420.
Su tracción es total a las cuatro ruedas. En adelantos es fiable. Igual que la mayoría de cero emisiones, la reactividad al pedal derecho es casi inmediata, con un cero a 100 km/h en unos 3,8 segundos. Por momentos, hay una ligera rebeldía en el eje trasero, sobre todo al tomar curvas, aún leves o poco pronunciadas, así como una notoria tosquedad ante la irregularidad de la vía, el policía acostado, el reductor (lleva frenos de disco ventilados adelante y atrás, con suspensión delantera de doble brazo independiente y multilink atrás).
Como parte de su paquete de seguridad, BYD Seal ofrece en Colombia ocho bolsas de aire, control electrónico de estabilidad, alerta de colisión frontal, alerta de salida de carril, sistema de permanecía de carril y detección de punto ciego, entre otras tecnologías que, en Europa, le permitieron ostentar las cinco estrellas en seguridad de EuroNcap.
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Eléctrico con imagen y recurrentes destellos de deportividad. A grandes rasgos, es un producto bien configurado. En la práctica, una inmensa mayoría de lo que se espera de un EV. Una propuesta llamativa en un mercado que mes a mes suma jugadores. Un diferente, por su precio. Y sí, también uno de los pocos sedanes que están disponibles en el país. Su precio, en diciembre de 2023, es de $261’900.000.