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En esta era de avances tecnológicos, la conducción con transmisión automática ha emergido como una opción cada vez más popular para los conductores en Colombia. En la actualidad, la mayoría de los modelos de carros ofrecen tanto versiones automáticas, como semiautomáticas, lo que plantea la pregunta sobre el futuro de los carros con caja de cambios. El creciente interés en desarrollar vehículos con características innovadoras y la preferencia de aprender a conducir en automóviles completamente automáticos o semiautomáticos han suscitado debates sobre la relevancia continua de las transmisiones mecánicas, que para algunos resultan ser un poco más incomodas. Así como plantea el mercado, los conductores se preguntan sobre las ventajas, desventajas y diferencias de los vehículos manuales vs automáticos en su cotidianidad.
En el mercado automotriz lleno de varias opciones, la elección entre una transmisión manual y una automática sigue siendo un factor crucial para muchos conductores. Aunque la tendencia indica que las transmisiones manuales están en declive, aún persisten y ofrecen buenas características para la industria.
La transmisión manual brinda a los conductores un control directo sobre la selección de velocidades, especialmente útil en situaciones específicas como ascensos o descensos muy pronunciados que pueden ser controlados en su totalidad por quien maneja. Además, en términos generales, los vehículos con transmisión manual tienden a ser más eficientes en el consumo de gasolina pues la capacidad de controlar el cambio de marchas permite optimizar la eficiencia, ahorrando gastos de combustible con un uso adecuado del embrague o RPM (revoluciones por minuto), reduciendo el cambio de marchas innecesarios y evitando el rozamiento y la carga al motor con velocidades altas. Los automóviles con transmisión manual suelen ser más económicos tanto en la compra inicial como en los costos de mantenimiento y sus piezas. Esta es una ventaja para el bolsillo puede ser atractiva para muchos compradores.
Aunque los carros manuales siguen estando activos en el mercado y son considerados como una buena opción de compra en la actualidad, cuentan con sus puntos desfavorables que los debilitan cada vez con una mirada a largo plazo en el mercado automotriz. Aprender a conducir con transmisión manual implica una curva de aprendizaje que no todos están dispuestos a asumir. Esta barrera puede resultar desafiante, especialmente para conductores que están aprendiendo, y que requieren de tiempo y práctica para dominar completamente.
Para Diego Martínez, experto piloto y comprador de carros, en los entornos urbanos congestionados, la necesidad de cambiar constantemente de marchas puede generar fatiga en las piernas en el momento de conducir. Por su parte, las transmisiones manuales son menos convenientes en situaciones de tráfico fuerte en comparación con las automáticas por el constante movimiento de los cambios, en donde los conductores a menudo se encuentran en situaciones de parada y arranque. Según Martínez, la utilización del embrague y el pedal de freno se vuelve incómoda, ya que implica la necesidad de mantener presionado el embrague y realizar cambios constantes de marcha. Por ejemplo, en condiciones de tráfico pesado, los conductores pueden experimentar mayores atascos y dificultades al avanzar lentamente por el constante accionar del embregue en velocidades lentas.
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En el medio de las transmisiones automáticas y manuales se encuentran las semiautomáticas. Para Dayro Sierra, director de sala en Auteco, la ingeniería automotriz ha venido presentando avances en la transmisión semiautomática, ya que ha surgido como una alternativa revolucionaria a la transmisión manual tradicional. Al fusionar lo mejor de ambos mundos, este sistema prescinde del embrague, pero mantiene la intervención del conductor en el cambio de marchas.
En su esencia, la transmisión semiautomática es, en otras palabras, una transmisión manual sin la necesidad de un embrague. El conductor, en lugar de utilizar un pedal de embrague, envía comandos que son interpretados por sensores. Estos dispositivos, a su vez, sustituyen la función del pedal de embrague, una característica distintiva de la transmisión manual que todos conocemos.
Esta intervención electrónica no solo elimina la necesidad de que el conductor pise el pedal del embrague, sino que también coordina con precisión las acciones del mismo, garantizando cambios de marcha mucho más suaves que contribuyen significativamente a una experiencia de conducción fluida y mucho más sencilla en comparación con la manual. La distinción clave entre la transmisión manual y la semiautomática radica en los componentes que se utilizan, es decir, mientras que la transmisión manual opera con tuberías y cables, la semiautomática se apoya en componentes de más tecnología al ser electrónicos. Esta transición alivia al conductor de ciertas presiones en el momento de manejar, ya que esta tecnología toma el control de manera más efectiva.
En la transmisión semiautomática, se incorporan los cambios automáticos robotizados, una opción similar a la de transición mecánica, pero que ha ganado popularidad en los últimos años. En este tipo de transmisión resulta ser más fácil para el conductor realizar cambios de marchas, ya que no tiene la necesidad de estar pisando siempre el embrague. Sin embargo, la opción de decidir cuándo cambiar de marcha, junto con la posibilidad de incluir palancas o las conocidas “levas” detrás del volante, ha atraído el interés de muchos conductores en nuestro país.
La experiencia de conducción con transmisión semiautomática destaca por cambios de marcha suaves. La intervención electrónica coordinada garantiza una transición sin cambios bruscos de marcha, proporcionando un viaje cómodo para el conductor y los pasajeros. En situaciones de deslizamiento de convertidores de par, la transmisión semiautomática demuestra su eficacia al evitar pérdidas de energía. Este beneficio contribuye a una eficiencia general del vehículo, especialmente en condiciones de manejo más exigentes como en terrenos destapados y pendientes. Durante los cambios manuales que tienen estas transmisiones semiautomáticas, el cambio entre marchas se ejecuta sin pérdida de energía. La tecnología semiautomática logra un equilibrio óptimo entre la participación del conductor y la eficiencia a la transición de fuerzas.
En los carros automáticos, la practicidad se convierte en la joya de la corona para este tipo de transmisiones. Para aquellos que buscan la facilidad al momento de manejar, estas transmisiones ofrecen ventajas altamente convincentes. La principal razón es la mayor facilidad para conducir, ya que los carros manuales requieren de más práctica para dominar el control de la transmisión, mientras que los vehículos automáticos son más sencillos y requieren menos tiempo de aprendizaje. Por ejemplo, al enfrentar subidas o pendientes se vuelve mucho más fácil, debido a que la transmisión automática garantiza un funcionamiento eficiente independientemente de la inclinación de la calle, es decir, estamos con todos los sentidos puestos en la carretera. Asimismo, en situaciones de trancones, la facilidad de uso se manifiesta con solo presionar los pedales para aclarar o frenar.
Sin embargo, como todas las cosas en la vida, las transmisiones automáticas no están exentas de desventajas. Los costos de mantenimiento tienden a ser más elevados debido a su mayor complejidad en comparación con las transmisiones manuales. Además, la menor sensación de control puede ser un inconveniente, ya que la transmisión automática elige la mejor marcha conveniente según la inclinación del terreno o vía, a veces cambiando a velocidades que podrían requerir precauciones adicionales al momento de conducir.
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Existen varios tipos de transmisiones para estos vehículos, cada uno con sus propias características. Entre ellos, destaca la transmisión variable continua (CVT), especialmente popular entre los fabricantes japoneses. Aunque es conocido por su linealidad, algunos conductores prefieren la capacidad de cambiar manualmente de marcha para tener un mayor control sobre la retención del motor y la aceleración. Otra opción que se destaca en la industria es la caja de cambios automática de doble embrague, que es conocida por sus transiciones demasiado rápidas entre una marcha y otra. Sin embargo, hay que tener en cuenta que este tipo de transmisiones suelen implicar costos más elevados, tanto de adquisición como de mantenimiento por sus repuestos e instalación.
El cambio automático de convertidor de par es el más clásico de todos, se destaca por su suavidad de funcionamiento y eficiencia en el consumo de combustible. La lentitud en modificar relaciones de marchas hace que la experiencia sea casi imperceptible para las personas que van en el automóvil.
De acuerdo con Martínez, a medida que los conductores se enfrentan a la pregunta de si comprar un carro automático o manual en la actualidad, la respuesta reside en sus preferencias individuales y necesidades específicas. Para vehículos grandes destinados a terrenos difíciles, la transmisión manual podría ofrecer un mayor control. En entornos urbanos, donde el tráfico y las pendientes son comunes, la transmisión automática podría ser más fácil de maniobrar. Además, en la tendencia de los carros automáticos, los carros con transmisión con embragues están siendo fabricados cada vez menos, y están presentando disminución en las opciones de modelos según las marcas. Esto puede limitar las elecciones disponibles para los consumidores.
Considerar las preferencias individuales de los conductores también es clave al tomar esta decisión. Aquellos que deseen disfrutar de las últimas tecnologías, como la conducción asistida, deben optar por un carro automático. Además, pensar en el futuro puede inclinar la balanza hacia la transmisión automática, especialmente considerando las tendencias de mayores vehículos eléctricos en el mundo.