Carros eléctricos inalcanzables

Los carros eléctricos se han convertido en un interesante tema de discusión. Por un lado están quienes lo ven como un segmento incipiente, que produce autos incapaces de alcanzar altas velocidades y cuyo diseño son más un motivo de burla que de admiración. Por el otro, los defensores del progreso y el medio ambiente que los ven como una necesidad para un futuro sostenible.

Entre ellos se encuentra Elon Musk, un físico y emprendedor sudafricano, cofundador de exitosas compañías como Zip2, PayPal o SpaceX. Pero ni eso, ni sus opiniones sobre el poco futuro que tienen los autos voladores o su idea de bombardear Marte para calentarlo y luego ir a colonizarlo, le han dado tanto reconocimiento como una de sus creaciones más importantes: Tesla Motors.

Nombrada así por el físico serbio Nikola Tesla, el primero en desarrollar patentes para motores de corriente alterna, esta compañía nació en 2003 con el objetivo de motivar a amar el conocimiento y crear conciencia sobre la energía renovable. Para ello, Musk y su equipo no encontraron mejor manera que desarrollar vehículos eléctricos de lujo, capaces de competir con los mejores deportivos de Porsche, Ferrari o Lamborghini.

Así nacieron autos como el Roadster, el Model Y, el Model 3 y más recientemente el Model X, el primer SUV de la marca, lanzado el pasado mes de septiembre. Sin embargo, la joya de la corona es el Model S, un hatchback hecho de aluminio reforzado y acero. Este fue lanzado en junio de 2012 y en su versión más moderna, la P90D, posee 762 caballos de fuerza, y tiene la capacidad de pasar de 0 a 100 kilómetros por hora en tan solo 2.8 segundos.

Para ello viene equipado con dos motores, uno de 259 caballos en la parte delantera y otro de 503 en la trasera, que le permiten controlar la tracción en cualquier situación. En vez de combustibles fósiles, se nutren de un paquete de baterías de iones de litio de 90kilowatts por hora, lo que le da una autonomía de 427 km. Todo esto controlado desde un software que se encarga de calibrar la tracción, la estabilidad, la aceleración, el freno regenerativo, la informacíón de los niveles de energía, los sistemas de seguridad y hasta las manijas de las puertas que solo se despliegan del cuerpo del Model S cuando la llave está cerca.

Sin embargo, lo más llamativo de este eléctrico es el piloto automático, que llegó en octubre pasado con la última actualización de software. Su función es controlar digitalmente el motor, los frenos y el timón para cambiar entre carriles y parquear en paralelo gracias a un sistema que combina sensores, GPS y mapas de alta resolución que se actualizan debido al tránsito de todos los Tesla por diferentes partes del mundo. Esto, por supuesto, no significa que el conductor pueda dejarle todo al auto y descuidarse o hacer locuras, un aspecto que el fabricante ha dejado muy claro y por el que sigue trabajando en sus limitaciones.

El punto de acceso a estos sistemas es una pantalla táctil de 17 pulgadas en el centro del panel interior, que está insonorizado y posee finos detalles en cuero. Desde allí es posible acceder a la cámara trasera y a aplicaciones como el calendario o Google maps con la información del tráfico, además de controlar el vidrio del techo panorámico, el clima y los sistemas de entretenimiento en la cabina.

Con todo esto, la marca de Musk para 2011 tenía 59 patentes adjudicadas y 230 pendientes, todas libres desde el año pasado, siempre y cuando se utilicen “de buena fe”. El objetivo es que cualquiera pueda desarrollar autos eléctricos, que hoy, según expertos, son más necesarios que nunca.

Los carros eléctricos se han convertido en un interesante tema de discusión. Por un lado están quienes lo ven como un segmento incipiente, que produce autos incapaces de alcanzar altas velocidades y cuyo diseño son más un motivo de burla que de admiración. Por el otro, los defensores del progreso y el medio ambiente que los ven como una necesidad para un futuro sostenible.

Entre ellos se encuentra Elon Musk, un físico y emprendedor sudafricano, cofundador de exitosas compañías como Zip2, PayPal o SpaceX. Pero ni eso, ni sus opiniones sobre el poco futuro que tienen los autos voladores o su idea de bombardear Marte para calentarlo y luego ir a colonizarlo, le han dado tanto reconocimiento como una de sus creaciones más importantes: Tesla Motors.

Nombrada así por el físico serbio Nikola Tesla, el primero en desarrollar patentes para motores de corriente alterna, esta compañía nació en 2003 con el objetivo de motivar a amar el conocimiento y crear conciencia sobre la energía renovable. Para ello, Musk y su equipo no encontraron mejor manera que desarrollar vehículos eléctricos de lujo, capaces de competir con los mejores deportivos de Porsche, Ferrari o Lamborghini.

Así nacieron autos como el Roadster, el Model Y, el Model 3 y más recientemente el Model X, el primer SUV de la marca, lanzado el pasado mes de septiembre. Sin embargo, la joya de la corona es el Model S, un hatchback hecho de aluminio reforzado y acero. Este fue lanzado en junio de 2012 y en su versión más moderna, la P90D, posee 762 caballos de fuerza, y tiene la capacidad de pasar de 0 a 100 kilómetros por hora en tan solo 2.8 segundos.

Para ello viene equipado con dos motores, uno de 259 caballos en la parte delantera y otro de 503 en la trasera, que le permiten controlar la tracción en cualquier situación. En vez de combustibles fósiles, se nutren de un paquete de baterías de iones de litio de 90kilowatts por hora, lo que le da una autonomía de 427 km. Todo esto controlado desde un software que se encarga de calibrar la tracción, la estabilidad, la aceleración, el freno regenerativo, la informacíón de los niveles de energía, los sistemas de seguridad y hasta las manijas de las puertas que solo se despliegan del cuerpo del Model S cuando la llave está cerca.

Sin embargo, lo más llamativo de este eléctrico es el piloto automático, que llegó en octubre pasado con la última actualización de software. Su función es controlar digitalmente el motor, los frenos y el timón para cambiar entre carriles y parquear en paralelo gracias a un sistema que combina sensores, GPS y mapas de alta resolución que se actualizan debido al tránsito de todos los Tesla por diferentes partes del mundo. Esto, por supuesto, no significa que el conductor pueda dejarle todo al auto y descuidarse o hacer locuras, un aspecto que el fabricante ha dejado muy claro y por el que sigue trabajando en sus limitaciones.

El punto de acceso a estos sistemas es una pantalla táctil de 17 pulgadas en el centro del panel interior, que está insonorizado y posee finos detalles en cuero. Desde allí es posible acceder a la cámara trasera y a aplicaciones como el calendario o Google maps con la información del tráfico, además de controlar el vidrio del techo panorámico, el clima y los sistemas de entretenimiento en la cabina.

Con todo esto, la marca de Musk para 2011 tenía 59 patentes adjudicadas y 230 pendientes, todas libres desde el año pasado, siempre y cuando se utilicen “de buena fe”. El objetivo es que cualquiera pueda desarrollar autos eléctricos, que hoy, según expertos, son más necesarios que nunca.