Chip Foose, el genio de la personalización
El diseñador estuvo en Bogotá, invitado por 3M, y en su visita no sólo demostró sus habilidades, también dejó en claro que es un hombre sencillo y apasionado.
Juan C. Salgado Jaramillo
Chip Foose tiene magia y la capacidad de conquistar tanto con sus manos como con las palabras. No es una persona cualquiera, es un ser dotado con un talento natural, como él mismo lo expresa, para hacer que los “carros tomen vida”. Así lo demostró en su corta visita a Colombia, en la gira por Latinoamérica que hace parte de una alianza estratégica entre el diseñador y 3M, empresa que se caracteriza por el desarrollo de productos para el cuidado y la reparación automotriz.
Si bien es un hombre famoso por el sinnúmero de autos personalizados y por la serie de televisión Overhaulin, que se transmite por el canal Discovery y que se ha convertido en un referente para los amantes de los automóviles, Foose se muestra como alguien del común que simplemente ama lo que hace y que cree que parte de su éxito se debe a “sentirme orgulloso de mi actividad”.
“Más que una carrera o una profesión, es un estilo de vida, y tengo que decir que he sido bendecido porque me gano la vida con lo que me apasiona. Es una continua conquista y la construcción de relaciones con la gente, desde los proveedores hasta los clientes y todas las personas que intervienen en este oficio. En el proceso nos vamos volviendo amigos y con el concurso de todos logramos lo que para muchos es considerado una obra de arte”.
Y es que en realidad Chip Foose es un artista. Comenzó a formarse a los siete años en el taller de su padre y se dejó contagiar por el diseño industrial. Se graduó del Centro de Artes y llegó a ser parte de importantes proyectos de diferentes casas de la industria automotriz.
Foose, con sus manos y palabras, hace que lo difícil parezca fácil. Su compañera inseparable es una cartuchera con un sinnúmero de marcadores de diferentes colores, pinceles y acuarelas; cosas simples con las que les da vida a los sueños de sus clientes. Y mientras demuestra sus habilidades a la prensa, comparte algo de sus secretos con una audiencia ávida: “En la personalización de vehículos no hay reglas ni leyes, porque éstas ponen restricciones. Yo no me fijo en la forma. Simplemente, lo primero que hago es intentar ponerme en la cabeza y en los zapatos del diseñador; después trabajo con los clientes para ver cuáles son sus deseos y me enfoco en un diseño que permanezca en el tiempo. Pero, lo más importante, hago lo que me dicta el corazón y no me dejo influenciar por las tendencias. Para mí, lo más importante es hacer feliz a los clientes y el mejor cumplido es cuando alguien me dice ‘ese es un carro hermoso’”.
Y si de consejos para que una personalización no salga tan costosa se trata, Chip Foose tiene sus fórmulas: “Hágalo usted mismo: compre las partes en los lugares más económicos (internet es una buena opción) y busque el carro en el mejor estado posible”.
Pero su arma letal para convencer no tiene comparación: “Diseño para las esposas, pues si ellas no están contentas es difícil seguir adelante. Hay que tener los dos puntos de vista, pues casi siempre las que terminan dando el sí son las mujeres”.
Chip Foose tiene magia y la capacidad de conquistar tanto con sus manos como con las palabras. No es una persona cualquiera, es un ser dotado con un talento natural, como él mismo lo expresa, para hacer que los “carros tomen vida”. Así lo demostró en su corta visita a Colombia, en la gira por Latinoamérica que hace parte de una alianza estratégica entre el diseñador y 3M, empresa que se caracteriza por el desarrollo de productos para el cuidado y la reparación automotriz.
Si bien es un hombre famoso por el sinnúmero de autos personalizados y por la serie de televisión Overhaulin, que se transmite por el canal Discovery y que se ha convertido en un referente para los amantes de los automóviles, Foose se muestra como alguien del común que simplemente ama lo que hace y que cree que parte de su éxito se debe a “sentirme orgulloso de mi actividad”.
“Más que una carrera o una profesión, es un estilo de vida, y tengo que decir que he sido bendecido porque me gano la vida con lo que me apasiona. Es una continua conquista y la construcción de relaciones con la gente, desde los proveedores hasta los clientes y todas las personas que intervienen en este oficio. En el proceso nos vamos volviendo amigos y con el concurso de todos logramos lo que para muchos es considerado una obra de arte”.
Y es que en realidad Chip Foose es un artista. Comenzó a formarse a los siete años en el taller de su padre y se dejó contagiar por el diseño industrial. Se graduó del Centro de Artes y llegó a ser parte de importantes proyectos de diferentes casas de la industria automotriz.
Foose, con sus manos y palabras, hace que lo difícil parezca fácil. Su compañera inseparable es una cartuchera con un sinnúmero de marcadores de diferentes colores, pinceles y acuarelas; cosas simples con las que les da vida a los sueños de sus clientes. Y mientras demuestra sus habilidades a la prensa, comparte algo de sus secretos con una audiencia ávida: “En la personalización de vehículos no hay reglas ni leyes, porque éstas ponen restricciones. Yo no me fijo en la forma. Simplemente, lo primero que hago es intentar ponerme en la cabeza y en los zapatos del diseñador; después trabajo con los clientes para ver cuáles son sus deseos y me enfoco en un diseño que permanezca en el tiempo. Pero, lo más importante, hago lo que me dicta el corazón y no me dejo influenciar por las tendencias. Para mí, lo más importante es hacer feliz a los clientes y el mejor cumplido es cuando alguien me dice ‘ese es un carro hermoso’”.
Y si de consejos para que una personalización no salga tan costosa se trata, Chip Foose tiene sus fórmulas: “Hágalo usted mismo: compre las partes en los lugares más económicos (internet es una buena opción) y busque el carro en el mejor estado posible”.
Pero su arma letal para convencer no tiene comparación: “Diseño para las esposas, pues si ellas no están contentas es difícil seguir adelante. Hay que tener los dos puntos de vista, pues casi siempre las que terminan dando el sí son las mujeres”.