Claves y consejos que debe tener en cuenta al conducir un carro automático
Aunque el sistema automático simplifica ciertas tareas, como los cambios de marcha, es importante tener en cuenta detalles específicos que pueden prolongar la vida útil del vehículo y mejorar la experiencia al volante.
David Vásquez Herrera
Conducir un carro automático ofrece una experiencia diferente a la de los vehículos con transmisión manual, pero para garantizar un manejo eficiente y seguro es importante que el conductor conozca algunos principios básicos de su funcionamiento. Aunque el sistema automático simplifica ciertas tareas, como los cambios de marcha, es necesario tener en cuenta detalles específicos que pueden prolongar la vida útil del vehículo y mejorar la experiencia al volante.
Una conducción adecuada no solo ayuda a evitar fallos mecánicos, sino que también contribuye a optimizar el consumo de combustible y a reducir el desgaste de componentes cruciales del carro.
Pablo Sáenz, piloto experto de la marca Michelin, subraya la importancia de conocer las recomendaciones clave para conducir un vehículo con transmisión automática. A diferencia de los carros con transmisión manual, los vehículos automáticos requieren una comprensión particular de su funcionamiento para evitar errores que puedan dañar el motor o la transmisión:
- Familiarizarse con los controles
De acuerdo con Sáenz, antes de comenzar a conducir un vehículo, es necesario familiarizarse con todos sus controles para garantizar un manejo seguro y eficiente. Uno de los primeros aspectos a conocer es la palanca de cambios, que en un carro automático incluye posiciones esenciales como “P” (Parking), “R” (Reversa), “N” (Neutral) y “D” (Drive).
“Cada una de estas posiciones cumple un rol específico en la operación del vehículo y saber cuándo y cómo utilizarlas es vital para evitar daños en la transmisión. Además, es igualmente importante conocer el funcionamiento del freno de estacionamiento, especialmente en pendientes, donde su uso adecuado puede prevenir que el vehículo se desplace accidentalmente”, señala el piloto experto.
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- Usar el modo de conducción adecuado
En muchos vehículos automáticos, el conductor tiene la posibilidad de elegir entre diferentes modos de conducción, como el modo económico, deportivo o para condiciones adversas. Cada uno de estos modos está diseñado para optimizar el rendimiento del vehículo según las circunstancias específicas. Seleccionar el modo que mejor se adapte al conductor tanto a las condiciones de la carretera como a su estilo de manejo, se vuelve una tarea crucial en el momento de estar al volante.
Por ejemplo, en situaciones en las que se requiere mayor potencia, como al adelantar en una autopista o al enfrentar una pendiente pronunciada, el modo deportivo puede proporcionar una respuesta más rápida y un mayor rendimiento del motor. En contraste, el modo económico es ideal para maximizar la eficiencia del combustible en trayectos urbanos o de largo recorrido, ayudando a reducir el consumo innecesario.
Por otro lado, es importante evitar cambiar a “Neutral” (N) mientras el vehículo está en movimiento. Esta acción puede reducir el control sobre el automóvil, especialmente en terrenos inclinados, donde se necesita la fuerza del motor para mantener la estabilidad y la velocidad adecuadas. A su vez, al cambiar a “Neutral”, el conductor pierde la capacidad de usar el freno motor, lo que puede sobrecargar los frenos y aumentar el riesgo de accidentes. Mantener la transmisión en “Drive” (D) garantiza un mejor control y una mayor seguridad, ya que el vehículo sigue operando de manera óptima, tanto en subidas como en descensos.
- Mantener una distancia segura
En los carros automáticos, la aceleración y el frenado suelen ser más progresivos y suaves en comparación con los de un vehículo manual. Sin embargo, esta comodidad no debe hacer que el conductor baje la guardia respecto a la distancia de seguridad. Es recomendable mantener una separación adecuada con el vehículo que circula adelante para garantizar tiempo suficiente para reaccionar en caso de un imprevisto. Incluso con sistemas de frenado avanzados, el tiempo de respuesta y la capacidad para detener el vehículo de manera controlada dependen de contar con espacio suficiente para maniobrar en situaciones de emergencia.
- Evitar el “Neutral” en descensos
Evitar poner el vehículo en “Neutral” (N) al descender una pendiente es clave para mantener el control y la seguridad durante la conducción. Al cambiar a “Neutral”, el conductor pierde la capacidad de utilizar el freno motor, lo que es fundamental para ayudar a regular la velocidad en pendientes.
“Esta acción puede resultar peligrosa, ya que el carro se vuelve más difícil de controlar y se corre el riesgo de sobrecargar los frenos, lo que puede provocar un sobrecalentamiento y un fallo prematuro del sistema de frenado. Mantener la transmisión en “Drive” (D) permite que el motor brinde asistencia, ayudando a mantener una velocidad adecuada y segura mientras se desciende”, enfatiza Sáenz.
Además, la utilización del freno motor en lugar de depender únicamente de los frenos de servicio es una práctica recomendada que no solo mejora la seguridad, sino que también contribuye al ahorro en el desgaste de los frenos. “Al permitir que el motor actúe como un freno adicional, el conductor puede reducir la velocidad de manera más controlada, evitando frenadas bruscas que pueden afectar la estabilidad del vehículo y poner en riesgo la seguridad de todos los ocupantes”, añade.
- Revisar el estado de las llantas y el nivel de aceite de la transmisión
Para Sáenz, la presión incorrecta puede afectar la tracción, la maniobrabilidad y la eficiencia del combustible, asimismo de aumentar el riesgo de sufrir pinchazos o reventones. Por ello, es importante siempre verificar la presión de las llantas con regularidad y ajustarla de acuerdo con las especificaciones del fabricante, las cuales generalmente se encuentran en el manual del vehículo o en una etiqueta dentro del marco de la puerta del conductor.
Por su parte, el aceite de la transmisión automática, es un elemento destacable para el funcionamiento correcto del sistema, ya que permite que los componentes internos funcionen con suavidad y evita el desgaste prematuro.
“Si el nivel es bajo o el aceite ha perdido sus propiedades, la transmisión podría sobrecalentarse o dañarse, lo que resultaría en reparaciones costosas. Siguiendo las recomendaciones del fabricante, se debe cambiar el aceite de la transmisión en los intervalos indicados y utilizar el tipo adecuado de lubricante”, sostiene.
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¿Por qué el carro automático acelera y no avanza?
Según el piloto experto, este problema puede surgir debido a fallos en la transmisión del vehículo, manifestándose de diversas formas que a menudo indican problemas internos que necesitan atención urgente. Uno de los inconvenientes más frecuentes es el mal funcionamiento de los engranajes, lo que puede provocar cambios bruscos o dificultades al cambiar de marcha.
Las fugas de líquido de transmisión son otra preocupación que los conductores deben tener en cuenta. Si se detecta una fuga, el nivel de líquido puede disminuir a niveles insuficientes, lo que podría impedir que la transmisión funcione correctamente. Esto puede resultar en un comportamiento errático del vehículo y, en algunos casos, puede causar que la transmisión se sobrecaliente.
Asimismo, el fallo del convertidor de par, un componente crucial que ayuda a transferir la potencia del motor a la transmisión, puede ocasionar problemas significativos. Si este convertidor falla, el motor puede acelerar sin que la potencia se transmita a las ruedas, lo que provoca una pérdida de rendimiento.
Otros problemas pueden incluir fallos en los sensores o en la unidad de control de la transmisión, así como el desgaste del embrague en transmisiones continuamente variables (CVT). “Ante cualquier anomalía, es recomendable llevar el vehículo al taller de inmediato para que un mecánico identifique y solucione el problema”, afirma Sáenz.
Conducir un carro automático ofrece una experiencia diferente a la de los vehículos con transmisión manual, pero para garantizar un manejo eficiente y seguro es importante que el conductor conozca algunos principios básicos de su funcionamiento. Aunque el sistema automático simplifica ciertas tareas, como los cambios de marcha, es necesario tener en cuenta detalles específicos que pueden prolongar la vida útil del vehículo y mejorar la experiencia al volante.
Una conducción adecuada no solo ayuda a evitar fallos mecánicos, sino que también contribuye a optimizar el consumo de combustible y a reducir el desgaste de componentes cruciales del carro.
Pablo Sáenz, piloto experto de la marca Michelin, subraya la importancia de conocer las recomendaciones clave para conducir un vehículo con transmisión automática. A diferencia de los carros con transmisión manual, los vehículos automáticos requieren una comprensión particular de su funcionamiento para evitar errores que puedan dañar el motor o la transmisión:
- Familiarizarse con los controles
De acuerdo con Sáenz, antes de comenzar a conducir un vehículo, es necesario familiarizarse con todos sus controles para garantizar un manejo seguro y eficiente. Uno de los primeros aspectos a conocer es la palanca de cambios, que en un carro automático incluye posiciones esenciales como “P” (Parking), “R” (Reversa), “N” (Neutral) y “D” (Drive).
“Cada una de estas posiciones cumple un rol específico en la operación del vehículo y saber cuándo y cómo utilizarlas es vital para evitar daños en la transmisión. Además, es igualmente importante conocer el funcionamiento del freno de estacionamiento, especialmente en pendientes, donde su uso adecuado puede prevenir que el vehículo se desplace accidentalmente”, señala el piloto experto.
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- Usar el modo de conducción adecuado
En muchos vehículos automáticos, el conductor tiene la posibilidad de elegir entre diferentes modos de conducción, como el modo económico, deportivo o para condiciones adversas. Cada uno de estos modos está diseñado para optimizar el rendimiento del vehículo según las circunstancias específicas. Seleccionar el modo que mejor se adapte al conductor tanto a las condiciones de la carretera como a su estilo de manejo, se vuelve una tarea crucial en el momento de estar al volante.
Por ejemplo, en situaciones en las que se requiere mayor potencia, como al adelantar en una autopista o al enfrentar una pendiente pronunciada, el modo deportivo puede proporcionar una respuesta más rápida y un mayor rendimiento del motor. En contraste, el modo económico es ideal para maximizar la eficiencia del combustible en trayectos urbanos o de largo recorrido, ayudando a reducir el consumo innecesario.
Por otro lado, es importante evitar cambiar a “Neutral” (N) mientras el vehículo está en movimiento. Esta acción puede reducir el control sobre el automóvil, especialmente en terrenos inclinados, donde se necesita la fuerza del motor para mantener la estabilidad y la velocidad adecuadas. A su vez, al cambiar a “Neutral”, el conductor pierde la capacidad de usar el freno motor, lo que puede sobrecargar los frenos y aumentar el riesgo de accidentes. Mantener la transmisión en “Drive” (D) garantiza un mejor control y una mayor seguridad, ya que el vehículo sigue operando de manera óptima, tanto en subidas como en descensos.
- Mantener una distancia segura
En los carros automáticos, la aceleración y el frenado suelen ser más progresivos y suaves en comparación con los de un vehículo manual. Sin embargo, esta comodidad no debe hacer que el conductor baje la guardia respecto a la distancia de seguridad. Es recomendable mantener una separación adecuada con el vehículo que circula adelante para garantizar tiempo suficiente para reaccionar en caso de un imprevisto. Incluso con sistemas de frenado avanzados, el tiempo de respuesta y la capacidad para detener el vehículo de manera controlada dependen de contar con espacio suficiente para maniobrar en situaciones de emergencia.
- Evitar el “Neutral” en descensos
Evitar poner el vehículo en “Neutral” (N) al descender una pendiente es clave para mantener el control y la seguridad durante la conducción. Al cambiar a “Neutral”, el conductor pierde la capacidad de utilizar el freno motor, lo que es fundamental para ayudar a regular la velocidad en pendientes.
“Esta acción puede resultar peligrosa, ya que el carro se vuelve más difícil de controlar y se corre el riesgo de sobrecargar los frenos, lo que puede provocar un sobrecalentamiento y un fallo prematuro del sistema de frenado. Mantener la transmisión en “Drive” (D) permite que el motor brinde asistencia, ayudando a mantener una velocidad adecuada y segura mientras se desciende”, enfatiza Sáenz.
Además, la utilización del freno motor en lugar de depender únicamente de los frenos de servicio es una práctica recomendada que no solo mejora la seguridad, sino que también contribuye al ahorro en el desgaste de los frenos. “Al permitir que el motor actúe como un freno adicional, el conductor puede reducir la velocidad de manera más controlada, evitando frenadas bruscas que pueden afectar la estabilidad del vehículo y poner en riesgo la seguridad de todos los ocupantes”, añade.
- Revisar el estado de las llantas y el nivel de aceite de la transmisión
Para Sáenz, la presión incorrecta puede afectar la tracción, la maniobrabilidad y la eficiencia del combustible, asimismo de aumentar el riesgo de sufrir pinchazos o reventones. Por ello, es importante siempre verificar la presión de las llantas con regularidad y ajustarla de acuerdo con las especificaciones del fabricante, las cuales generalmente se encuentran en el manual del vehículo o en una etiqueta dentro del marco de la puerta del conductor.
Por su parte, el aceite de la transmisión automática, es un elemento destacable para el funcionamiento correcto del sistema, ya que permite que los componentes internos funcionen con suavidad y evita el desgaste prematuro.
“Si el nivel es bajo o el aceite ha perdido sus propiedades, la transmisión podría sobrecalentarse o dañarse, lo que resultaría en reparaciones costosas. Siguiendo las recomendaciones del fabricante, se debe cambiar el aceite de la transmisión en los intervalos indicados y utilizar el tipo adecuado de lubricante”, sostiene.
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¿Por qué el carro automático acelera y no avanza?
Según el piloto experto, este problema puede surgir debido a fallos en la transmisión del vehículo, manifestándose de diversas formas que a menudo indican problemas internos que necesitan atención urgente. Uno de los inconvenientes más frecuentes es el mal funcionamiento de los engranajes, lo que puede provocar cambios bruscos o dificultades al cambiar de marcha.
Las fugas de líquido de transmisión son otra preocupación que los conductores deben tener en cuenta. Si se detecta una fuga, el nivel de líquido puede disminuir a niveles insuficientes, lo que podría impedir que la transmisión funcione correctamente. Esto puede resultar en un comportamiento errático del vehículo y, en algunos casos, puede causar que la transmisión se sobrecaliente.
Asimismo, el fallo del convertidor de par, un componente crucial que ayuda a transferir la potencia del motor a la transmisión, puede ocasionar problemas significativos. Si este convertidor falla, el motor puede acelerar sin que la potencia se transmita a las ruedas, lo que provoca una pérdida de rendimiento.
Otros problemas pueden incluir fallos en los sensores o en la unidad de control de la transmisión, así como el desgaste del embrague en transmisiones continuamente variables (CVT). “Ante cualquier anomalía, es recomendable llevar el vehículo al taller de inmediato para que un mecánico identifique y solucione el problema”, afirma Sáenz.