¿Cómo actuar en un accidente de tránsito que involucra a animales?

En accidentes que involucren animales domésticos o de corral, como vacas o caballos, se debe notificar a las autoridades y localizar al propietario, quien es responsable de que el animal no se salga de su propiedad. Según la Ley 1774 de 2016, el propietario debe encargarse del animal y de cualquier situación relacionada.

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Los accidentes de tránsito que involucran animales presentan desafíos únicos y requieren una atención especial para garantizar la seguridad de todos los involucrados. La gestión adecuada de estas situaciones es crucial, ya que los conductores pueden enfrentarse a una variedad de escenarios, desde encuentros con animales domésticos hasta colisiones con especies salvajes. La respuesta adecuada ante un accidente varía según la especie y el estado del animal afectado, subrayando la importancia de una intervención especializada para minimizar los riesgos y proteger a los conductores y los animales.

Según Juan Carlos Ovalle, director de Investigación de Cesvi Colombia, al momento de un siniestro es importante recolectar todos los elementos materiales probatorios que ayuden a esclarecer las circunstancias del evento. Esto incluye obtener fotografías y videos del lugar del accidente, de los daños sufridos, de las posiciones finales de los vehículos, así como de la señalización y demarcaciones viales presentes. Estos documentos son esenciales para reconstruir el incidente y determinar las responsabilidades.

Con la promulgación de la Ley 1774 del 6 de enero de 2016, que se centra en la protección animal, se estableció un marco para el manejo y asistencia en accidentes que involucren fauna. Esta legislación pretende fomentar una cultura de respeto y cuidado hacia los animales afectados en estos incidentes. No obstante, muchos conductores aún no tienen claro cómo actuar en estas situaciones, lo que podría poner en riesgo el bienestar de los animales.

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Para saber cómo actuar en estos casos, Naciones Unidas ha enfatizado en los últimos cinco años en un protocolo, conocido como PAS (Proteger, Avisar, Socorrer), que lleva más de una década en uso. Este protocolo se sigue en ese orden específico:

• Proteger: Lo primero es proteger la vida propia y asegurar la integridad personal antes de salir del vehículo. Luego, se debe avisar a las autoridades, ya sea por teléfono celular, público o a través de terceros.
• Avisar: Es crucial notificar rápidamente a los servicios de emergencia. Muchos vehículos modernos cuentan con un botón de llamada satelital que funciona incluso en caso de accidente, independientemente del computador central del vehículo.
• Socorrer: Evaluar el estado de los demás ocupantes del vehículo. Este paso no tiene un tiempo específico, sino que se debe proceder de manera efectiva para garantizar la seguridad de todos. Si es seguro salir del vehículo, se deben seguir ciertos pasos: poner las manos en el techo antes de quitarse el cinturón para evitar lesiones en cabeza o cuello, salir con el cuerpo boca abajo si el vehículo está volcado, y buscar la ventana más cercana para salir, evitando el parabrisas que es más difícil de romper.

En la práctica, es esencial primero asegurarse de que todos los ocupantes del vehículo estén en buen estado. Una vez confirmada la integridad de los pasajeros, se debe evaluar la condición del animal tras el accidente. Si el animal está vivo, debe trasladarse a un lugar seguro y aislado de riesgos antes de contactar a las autoridades pertinentes.

En ausencia de una línea especializada para estos casos, se debe recurrir a los números de emergencia 123 o #767. Si el animal está muerto, el procedimiento es el mismo: asegurar la zona y notificar a las autoridades para la correcta gestión del incidente.

Diferencias en el manejo de accidentes según el tipo de animal involucrado

Para el experto, es necesario diferenciar el tipo de animal involucrado en un accidente, ya que esto influye en los pasos a seguir. En el caso de un animal de compañía, como una mascota, se debe localizar al propietario y llevar al animal a la clínica veterinaria más cercana para recibir la atención médica necesaria.

En contraste, si se trata de un animal salvaje, como ardillas, zorros, ciervos o diversas especies de roedores, se debe notificar a la entidad correspondiente, que en este caso es la Corporación Autónoma Regional (CAR). Esta organización se encargará de realizar las acciones adecuadas para proteger al animal salvaje y manejar la situación de manera apropiada.

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Cobertura de los seguros

De acuerdo con Ovalle, la cobertura de los daños en incidentes que involucran animales varía según la póliza contratada. En general, el seguro cubrirá los daños al vehículo asegurado. Si se cuenta con una póliza que incluya cobertura adicional para lesiones personales o accidentes, tanto el asegurado como el conductor también estarán protegidos. “Además, el responsable del animal puede reclamar una indemnización por daños a terceros, siempre y cuando pueda demostrar el siniestro y la magnitud de los daños y perjuicios, según lo establecido en el artículo 1077 del Código de Comercio, que corresponderá al asegurado demostrar la ocurrencia del siniestro, así como la cuantía de la pérdida, si fuere el caso. El asegurador deberá demostrar los hechos o circunstancias excluyentes de su responsabilidad”, sostiene.

En accidentes que involucren animales domésticos o de corral, como vacas o caballos, se debe notificar a las autoridades y localizar al propietario, quien es responsable de que el animal no se salga de su propiedad. Según la Ley 1774 de 2016, el propietario debe encargarse del animal y de cualquier situación relacionada. Para esto, se sugiere documentar el incidente con fotografías y conservar los registros de la atención veterinaria proporcionada, ya que esto sirve como prueba de que se hicieron todos los esfuerzos posibles para salvar al animal.

Adicionalmente, el abandonar al animal tras el accidente se considera una omisión de socorro, que puede agravar la situación. Las leyes colombianas sancionan tanto las acciones como las omisiones, según lo establecido en el artículo 339A del Código Penal, que castiga el maltrato a los animales con penas que incluyen prisión de 12 a 36 meses, inhabilitación para actividades relacionadas con los animales y multas de 5 a 60 salarios mínimos legales vigentes (SMLMV).