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Las llantas desempeñan funciones fundamentales en un vehículo, como transportar cargas y permitir la aceleración, el frenado y el giro. Sin embargo, su elección va más allá de estas funciones básicas y se basa en el desempeño esperado, que varía según su uso específico. Entre los aspectos que influyen en el rendimiento y la eficiencia del vehículo, el labrado de las llantas es un factor crucial, ya que afecta directamente el consumo de gasolina. Aunque a menudo se pasa por alto, el diseño de la banda de rodadura no solo impacta la tracción y la seguridad, sino que también tiene un papel esencial en la economía del combustible.
Camilo Millán, responsable de Marketing de Producto para autos y camionetas en Michelin, explica que la resistencia al rodamiento de las llantas está determinada principalmente por las deformaciones que sufre la banda de rodamiento al contactar con el suelo, pasando de una forma redonda a una plana, así como por las deformaciones en los costados que acompañan este proceso. Estas deformaciones consumen energía y generan fuerzas opuestas al movimiento del vehículo, creando la resistencia al rodamiento.
Los labrados más simples y con menor profundidad requieren menos deformación durante el funcionamiento de la llanta, lo que reduce el consumo de energía. Además, otros factores como el tamaño de la llanta y la temperatura ambiente también influyen en esta resistencia. Una llanta de mayor diámetro se deforma menos al tocar el suelo, lo que genera menor resistencia al rodamiento. Asimismo, una temperatura ambiente más alta ayuda al caucho a deformarse con mayor facilidad, disminuyendo la energía requerida por el vehículo.
“La deformación del caucho al tocar el piso es directamente proporcional a la profundidad del labrado; un labrado más profundo requiere mayor deformación y compresión, lo que se traduce en un mayor consumo de combustible”, destaca.
De acuerdo con Millán, existen diferencias notables en el consumo de gasolina según el patrón de labrado. Los labrados diseñados para condiciones secas suelen ser más suaves y tener menos surcos, lo que reduce la resistencia al rodamiento y mejora la eficiencia del combustible. En contraste, los labrados diseñados para condiciones húmedas, que incorporan más surcos y canales para el drenaje del agua, pueden generar una mayor resistencia al rodamiento, lo que puede aumentar el consumo de combustible.
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A medida que el labrado de una llanta se desgasta, la resistencia al rodamiento puede disminuir, lo que inicialmente podría mejorar la eficiencia del combustible. Sin embargo, un labrado excesivamente desgastado pierde efectividad en áreas cruciales como la tracción y la seguridad, especialmente en condiciones húmedas, lo que podría obligar al conductor a consumir más combustible para mantener el control del vehículo. “Además, las llantas desgastadas no ofrecen el mismo confort de conducción, lo que también puede aumentar el consumo de gasolina”, enfatiza.
El labrado de las llantas según el tipo de vehículo
La influencia del labrado en la eficiencia del combustible varía según el tipo de vehículo. En sedanes, que son más livianos, un labrado optimizado para baja resistencia al rodamiento puede tener un impacto significativo en el ahorro de combustible.
Por otro lado, en SUVs y camiones, que son más pesados y a menudo utilizados en terrenos variados, el labrado debe equilibrar la necesidad de tracción con la eficiencia de combustible. Los vehículos de carga, como los camiones, generalmente requieren labrados más profundos y robustos para soportar mayores pesos, lo que incrementa la resistencia al rodamiento y, por ende, el consumo de gasolina.
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Según Millán, elegir las llantas adecuadas es crucial para optimizar el rendimiento y la eficiencia de un vehículo. Es importante considerar tecnologías que minimicen la resistencia al rodamiento, ya que esto puede influir significativamente en el consumo de combustible y en la seguridad general del vehículo. A continuación, se destacan algunos aspectos clave a tener en cuenta al seleccionar llantas:
- Tecnología de materiales avanzados: por ejemplo, el uso de sílice (compuesto químico) en las llantas permite una gran disipación de energía en la banda de rodamiento y menor disipación en los costados. Esto significa que las llantas se calientan en la banda de rodamiento, donde el calor mejora la adherencia, mientras que en los costados se reduce la pérdida de energía, lo que contribuye a un mayor ahorro de combustible en comparación con otras marcas del mercado.
- Compuestos de llantas equilibrados: las llantas deben ofrecer no solo baja resistencia al rodamiento, sino también una adecuada adherencia en pisos secos y mojados, durabilidad (menor desgaste), confort y dirigibilidad. Este equilibrio es complejo de lograr, ya que, por ejemplo, una baja profundidad de labrado puede mejorar la eficiencia del combustible, pero debe compensarse con un compuesto de caucho adecuado para garantizar la durabilidad.
- Equilibrio integral de desempeño: las llantas de alta calidad buscan un equilibrio óptimo entre ahorro de combustible, adherencia, confort y durabilidad. Este enfoque integral asegura que los usuarios no solo obtendrán un beneficio específico, sino una combinación equilibrada de ventajas que maximiza el rendimiento y la seguridad del vehículo.