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Lavar el carro puede parecer una tarea simple, pero hay varios errores comunes que pueden perjudicar tanto la apariencia como la durabilidad del vehículo. Desde el uso incorrecto de productos de limpieza hasta técnicas inadecuadas de lavado y secado, muchos conductores incurren en fallas que, sin saberlo, pueden causar daños a la pintura y otros componentes del vehículo.
Conversamos con algunos expertos en cuidado de vehículos para conocer cuáles son los errores más frecuentes al lavar los carros y qué consejos se pueden seguir para asegurar un lavado adecuado y prolongar la vida útil del automóvil.
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Usar productos de limpieza inadecuados
Para Fabián Moreno, lavador de carros en Autolavado Full Wash Uyamovil, usar productos de limpieza inadecuados al lavar el carro es un error común que puede tener consecuencias graves para la apariencia y la durabilidad del vehículo.
Muchos conductores recurren a detergentes domésticos, como el jabón para platos o productos de limpieza genéricos, sin darse cuenta de que estos pueden contener químicos demasiado fuertes o abrasivos para la superficie del carro. “Estos productos pueden eliminar la cera protectora, dañar la pintura e incluso acelerar el desgaste de las partes de plástico y goma”, destaca.
Según Moreno, la pintura de un automóvil no es solo una cuestión estética; actúa como una barrera protectora contra los elementos, la corrosión y otros daños ambientales. Los productos de limpieza no diseñados específicamente para automóviles pueden contener ácidos, solventes y otros ingredientes que degradan esta capa protectora. Con el tiempo, el uso repetido de estos productos puede resultar en una pintura opaca, agrietada o con manchas permanentes.
Por su parte, Jose Fleire, experto en el cuidado de carros de Auto SPA, indica que usar productos que no son adecuados al lavar el carro pueden afectar otras partes del vehículo. Las partes de goma, como las juntas y las llantas, pueden volverse frágiles y quebradizas, mientras que los componentes plásticos pueden decolorarse y perder su acabado original. Incluso las ventanas y los espejos pueden sufrir daños, como rayones o manchas, si se utilizan productos demasiado abrasivos.
Freire, recomienda utilizar productos diseñados específicamente para el lavado de automóviles. Estos productos están formulados para ser lo suficientemente fuertes como para eliminar la suciedad y los contaminantes, pero lo suficientemente suaves como para no dañar las superficies del coche. Además, “suelen contener ingredientes que ayudan a mantener y restaurar la protección de la pintura y otros materiales, asegurando que el vehículo no solo quede limpio, sino también protegido”, explica.
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No enjuagar previamente el carro
De acuerdo con Freire, este paso, aunque parezca trivial, es necesario para preparar la superficie del carro y evitar daños durante el proceso de lavado. La suciedad, el polvo y otros residuos que se acumulan en la superficie del vehículo pueden actuar como abrasivos cuando se frotan con una esponja o un paño durante el lavado.
Sin un enjuague previo, estas partículas quedan atrapadas entre la superficie del coche y el material de limpieza, lo que puede provocar micro-rayones y daños en la pintura. Con el tiempo, estos pequeños arañazos se acumulan, haciendo que la pintura pierda su brillo y se vea opaca.
“El enjuague inicial tiene el propósito de eliminar la mayor cantidad posible de suciedad suelta y contaminantes de la superficie del coche. Utilizando una manguera con una boquilla de alta presión, se puede desprender y lavar una gran parte de los residuos antes de comenzar con el lavado con jabón. Esto no solo facilita el proceso de limpieza, sino que también minimiza el riesgo de causar daños”, enfatiza Freire.
Además de proteger la pintura, enjuagar previamente el carro ayuda a preparar la superficie para la aplicación del jabón. Una superficie mojada permite que el jabón se distribuya de manera más uniforme y eficaz, lo que mejora la capacidad de limpieza y reduce el esfuerzo necesario para eliminar la suciedad más incrustada.
Por otra parte, es importante ayudar a identificar áreas problemáticas que puedan necesitar una atención especial durante el lavado, como manchas de insectos o excrementos de aves, que pueden requerir productos de limpieza específicos o un tratamiento más cuidadoso.
Utilizar esponjas o paños sucios
A su turno, Moreno destaca que cuando se utilizan esponjas o paños que no están completamente limpios, las partículas de suciedad, arena y otros contaminantes quedan atrapadas en las fibras. Al frotar los paños o esponjas sobre la superficie del vehículo, estas partículas actúan como una especie de lija, creando micro-rayones y marcas en la pintura.
“Estos pequeños daños, aunque inicialmente pueden ser apenas perceptibles, se acumulan con el tiempo y provocan que la pintura se vuelva opaca y menos protegida contra los elementos. Además de los daños estéticos, los rayones en la pintura pueden exponer la capa base del vehículo a la humedad y otros contaminantes, aumentando el riesgo de corrosión y oxidación”, destaca.
Para evitar estos problemas, Moreno sostiene que es fundamental utilizar esponjas y paños de microfibra limpios y de alta calidad, diseñados específicamente para el lavado de autos. Y recomienda los paños de microfibra, que son especialmente eficaces porque atrapan y retienen la suciedad y los contaminantes sin rayar la superficie del carro.
Por último, es importante enjuagar y limpiar regularmente las esponjas y paños durante el proceso de lavado para asegurarse de que no acumulen suciedad. Asimismo, es aconsejable tener diferentes paños para diferentes partes del vehículo que pueden estar más sucias que otras.
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Lavar el carro bajo el sol directo
Según Moreno, aunque pueda parecer conveniente aprovechar un día soleado para lavar el carro, esta práctica es inadecuada y puede causar varios problemas:
El principal es que el agua y los productos de limpieza se secan demasiado rápido. El calor del sol acelera la evaporación, lo que deja residuos de jabón y minerales del agua en la superficie del carro. Estas manchas y rayas son difíciles de eliminar y pueden opacar el brillo de la pintura, dándole un aspecto sucio y descuidado incluso después de un lavado reciente.
“El sol directo puede hacer que la pintura del vehículo se caliente en exceso. Aplicar agua fría o productos de limpieza sobre una superficie caliente puede causar un choque térmico, que puede dañar la pintura, agrietarla o hacer que se desprenda con el tiempo. Las partes plásticas y de goma del coche también pueden verse afectadas, ya que pueden volverse más frágiles y propensas a agrietarse bajo el calor intenso”, señala Moreno.
Otra desventaja de lavar el coche bajo el sol es que dificulta la aplicación uniforme de productos como ceras o selladores. Estos productos necesitan ser aplicados y removidos antes de secarse para evitar manchas y residuos. El calor del sol puede hacer que estos productos se sequen demasiado rápido, impidiendo su correcta aplicación y reduciendo su eficacia.
Para evitar estos problemas, Moreno recomienda lavar el vehículo en un lugar sombreado o en momentos del día en que el sol no esté tan fuerte, como temprano en la mañana o al atardecer. También se puede considerar lavar el coche en un área cubierta, como un garaje.
Estas condiciones permiten que el agua y los productos de limpieza se apliquen y se enjuaguen correctamente, evitando la formación de manchas y garantizando un acabado brillante y limpio.