¿Cómo saber la edad exacta de las llantas de su carro?
En Colombia todas las llantas para carros, camionetas, buses y camiones, reguladas por el Reglamento Técnico de Llantas, deben llevar el código DOT (Department of Transportation) o al menos las cifras correspondientes al sistema de identificación asociado.
David Vásquez Herrera
Conocer la edad exacta de las llantas de un vehículo es un aspecto crucial para garantizar la seguridad y el rendimiento óptimo en carretera. Las llantas, con el paso del tiempo, experimentan un desgaste natural, independientemente de su uso, lo que puede comprometer su adherencia y capacidad de frenado. Por esta razón, es fundamental que los conductores sepan identificar correctamente la fecha de fabricación de las llantas, un dato que se encuentra codificado en las llantas y que, al ser interpretado adecuadamente, permite determinar su antigüedad.
Camilo Millán, responsable de Marketing de Producto para autos y camionetas en Michelin, explica que en Colombia todas las llantas para autos, camionetas, buses y camiones, reguladas por el Reglamento Técnico de Llantas, deben llevar el código DOT (Department of Transportation) o al menos las cifras correspondientes al sistema de identificación asociado. Aunque es común referirse al “DOT”, es importante aclarar que algunas llantas pueden no tener las letras “DOT”, pero sí los números que conforman su sistema de identificación. Este código, llamado Tire Identification Number (TIN), incluye varios grupos de caracteres que brindan información clave sobre el origen y características de las llantas.
El código TIN se compone de los siguientes elementos: los primeros dos o tres dígitos alfanuméricos representan el código de la fábrica donde se hizo la llanta. Estos códigos no son únicos y pueden cambiar a lo largo del tiempo. Los siguientes dos dígitos indican la dimensión de la llanta, la cual está estandarizada internacionalmente. Después de estos, hay un bloque de cuatro caracteres, que son de libre uso para el fabricante y pueden ser alfanuméricos. Finalmente, los últimos cuatro dígitos corresponden a la semana y año de fabricación de la llanta, lo que permite identificar con precisión su fecha de producción.
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¿Cuál es la vida útil de una llanta?
De acuerdo con Millán, la recomendación de Michelin es que las llantas se utilicen hasta un máximo de 10 años a partir de su fecha de fabricación. Pasado este tiempo, se aconseja reemplazarlas, independientemente de su nivel de desgaste o estado aparente. “Esto se debe a que las llantas están compuestas por más de 200 elementos que, con el tiempo, sufren una degradación natural. Aunque es posible que esta degradación se extienda más allá de los 10 años, Michelin ha establecido este límite como una medida de seguridad para garantizar el rendimiento óptimo y la integridad estructural de las llantas”, sostiene.
Durante los primeros 10 años de uso, no hay diferencias significativas en el comportamiento o la seguridad de las llantas, independientemente de su fecha de fabricación. En el caso de Michelin, por ejemplo, se garantiza que las llantas mantendrán su seguridad y desempeño dentro de este periodo, siempre que se utilicen en condiciones normales.
Sin embargo, antes de los 10 años, es posible que algunas llantas experimenten un envejecimiento prematuro, especialmente si han estado expuestas de manera prolongada a fuentes de luz intensa, calor o electricidad. Este envejecimiento se manifiesta en la aparición de pequeñas rajaduras en el costado o la banda de rodamiento de la llanta. Aunque este fenómeno es normal en ciertos niveles, es importante monitorear el tamaño y la profundidad de estas rajaduras para evaluar su impacto en la seguridad de las llantas.
Para determinar si las rajaduras son preocupantes, Michelin explica que aquellas de menos de 2 milímetros de profundidad suelen ser normales y no comprometen la estructura de la llanta. Sin embargo, si las rajaduras superan esta profundidad, existe el riesgo de que afecten la estructura interna de la llanta, lo que podría derivar en daños mayores. En estos casos, es recomendable evaluar la llanta para considerar su reemplazo antes de que ocurra un fallo más grave. “Esto puede ocurrir y sería la única señal de un envejecimiento prematuro de la llanta. Sin embargo, no necesariamente significa que la llanta deba ser descartada. Solo será necesario reemplazarla si las rajaduras superan los dos milímetros de profundidad”, añade Millán.
Recomendaciones para el cuidado de las llantas
A continuación, Millán destaca las recomendaciones para el cuidado y la prolongación de la vida útil de las llantas:
- Almacenamiento adecuado
Para garantizar la longevidad y el óptimo desempeño de las llantas, es importante almacenarlas correctamente. Se deben mantener en un lugar fresco, seco y alejado de la luz directa, ya que la exposición prolongada a la luz ultravioleta puede acelerar el envejecimiento del caucho, provocando grietas superficiales que debilitan la estructura de la llanta.
Además, es crucial evitar el contacto con líquidos derivados del petróleo, como gasolina, aceites y lubricantes, ya que estos productos pueden descomponer los polímeros del caucho, afectando su elasticidad y resistencia. La interacción con estos productos químicos degrada la vulcanización, un proceso esencial que otorga durabilidad y flexibilidad a las llantas, comprometiendo su integridad estructural.
También es recomendable evitar la proximidad a fuentes de calor o eléctricas, que pueden generar cargas electrostáticas o temperaturas que afecten las propiedades del caucho.
- Protección contra fuentes externas
La exposición prolongada a factores externos, como las fuentes eléctricas, puede acelerar el proceso de envejecimiento prematuro de las llantas. estas fuentes deterioran la composición química del caucho, causando la aparición de pequeñas rajaduras tanto en el costado como en la banda de rodamiento de las llantas. Estas grietas superficiales, conocidas como “craquelado”, debilitan gradualmente la estructura del neumático, comprometiendo su resistencia y seguridad.
Asimismo, las fuentes eléctricas, como motores eléctricos o dispositivos que emiten radiación electromagnética, pueden generar cargas estáticas que también afectan la durabilidad de las llantas. Si bien las llantas montadas en un vehículo y con el mantenimiento adecuado suelen ser resistentes a estos factores en condiciones normales, la exposición prolongada o en combinación con fuentes de calor extremas puede acelerar su degradación.
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De acuerdo con Millán, al llegar a los 10 años, incluso si la llanta aparenta estar en buen estado, Michelin recomienda su reemplazo como una medida preventiva. Esto se debe a que, aunque el caucho y los materiales compuestos pueden parecer intactos, los procesos de degradación interna por oxidación, variaciones de temperatura y exposición prolongada a los elementos pueden comprometer la integridad estructural de la llanta. La seguridad vial depende de la capacidad de la llanta para soportar la carga del vehículo, mantener la tracción y resistir impactos, y después de una década, estos atributos pueden comenzar a deteriorarse de manera no visible.
Conocer la edad exacta de las llantas de un vehículo es un aspecto crucial para garantizar la seguridad y el rendimiento óptimo en carretera. Las llantas, con el paso del tiempo, experimentan un desgaste natural, independientemente de su uso, lo que puede comprometer su adherencia y capacidad de frenado. Por esta razón, es fundamental que los conductores sepan identificar correctamente la fecha de fabricación de las llantas, un dato que se encuentra codificado en las llantas y que, al ser interpretado adecuadamente, permite determinar su antigüedad.
Camilo Millán, responsable de Marketing de Producto para autos y camionetas en Michelin, explica que en Colombia todas las llantas para autos, camionetas, buses y camiones, reguladas por el Reglamento Técnico de Llantas, deben llevar el código DOT (Department of Transportation) o al menos las cifras correspondientes al sistema de identificación asociado. Aunque es común referirse al “DOT”, es importante aclarar que algunas llantas pueden no tener las letras “DOT”, pero sí los números que conforman su sistema de identificación. Este código, llamado Tire Identification Number (TIN), incluye varios grupos de caracteres que brindan información clave sobre el origen y características de las llantas.
El código TIN se compone de los siguientes elementos: los primeros dos o tres dígitos alfanuméricos representan el código de la fábrica donde se hizo la llanta. Estos códigos no son únicos y pueden cambiar a lo largo del tiempo. Los siguientes dos dígitos indican la dimensión de la llanta, la cual está estandarizada internacionalmente. Después de estos, hay un bloque de cuatro caracteres, que son de libre uso para el fabricante y pueden ser alfanuméricos. Finalmente, los últimos cuatro dígitos corresponden a la semana y año de fabricación de la llanta, lo que permite identificar con precisión su fecha de producción.
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¿Cuál es la vida útil de una llanta?
De acuerdo con Millán, la recomendación de Michelin es que las llantas se utilicen hasta un máximo de 10 años a partir de su fecha de fabricación. Pasado este tiempo, se aconseja reemplazarlas, independientemente de su nivel de desgaste o estado aparente. “Esto se debe a que las llantas están compuestas por más de 200 elementos que, con el tiempo, sufren una degradación natural. Aunque es posible que esta degradación se extienda más allá de los 10 años, Michelin ha establecido este límite como una medida de seguridad para garantizar el rendimiento óptimo y la integridad estructural de las llantas”, sostiene.
Durante los primeros 10 años de uso, no hay diferencias significativas en el comportamiento o la seguridad de las llantas, independientemente de su fecha de fabricación. En el caso de Michelin, por ejemplo, se garantiza que las llantas mantendrán su seguridad y desempeño dentro de este periodo, siempre que se utilicen en condiciones normales.
Sin embargo, antes de los 10 años, es posible que algunas llantas experimenten un envejecimiento prematuro, especialmente si han estado expuestas de manera prolongada a fuentes de luz intensa, calor o electricidad. Este envejecimiento se manifiesta en la aparición de pequeñas rajaduras en el costado o la banda de rodamiento de la llanta. Aunque este fenómeno es normal en ciertos niveles, es importante monitorear el tamaño y la profundidad de estas rajaduras para evaluar su impacto en la seguridad de las llantas.
Para determinar si las rajaduras son preocupantes, Michelin explica que aquellas de menos de 2 milímetros de profundidad suelen ser normales y no comprometen la estructura de la llanta. Sin embargo, si las rajaduras superan esta profundidad, existe el riesgo de que afecten la estructura interna de la llanta, lo que podría derivar en daños mayores. En estos casos, es recomendable evaluar la llanta para considerar su reemplazo antes de que ocurra un fallo más grave. “Esto puede ocurrir y sería la única señal de un envejecimiento prematuro de la llanta. Sin embargo, no necesariamente significa que la llanta deba ser descartada. Solo será necesario reemplazarla si las rajaduras superan los dos milímetros de profundidad”, añade Millán.
Recomendaciones para el cuidado de las llantas
A continuación, Millán destaca las recomendaciones para el cuidado y la prolongación de la vida útil de las llantas:
- Almacenamiento adecuado
Para garantizar la longevidad y el óptimo desempeño de las llantas, es importante almacenarlas correctamente. Se deben mantener en un lugar fresco, seco y alejado de la luz directa, ya que la exposición prolongada a la luz ultravioleta puede acelerar el envejecimiento del caucho, provocando grietas superficiales que debilitan la estructura de la llanta.
Además, es crucial evitar el contacto con líquidos derivados del petróleo, como gasolina, aceites y lubricantes, ya que estos productos pueden descomponer los polímeros del caucho, afectando su elasticidad y resistencia. La interacción con estos productos químicos degrada la vulcanización, un proceso esencial que otorga durabilidad y flexibilidad a las llantas, comprometiendo su integridad estructural.
También es recomendable evitar la proximidad a fuentes de calor o eléctricas, que pueden generar cargas electrostáticas o temperaturas que afecten las propiedades del caucho.
- Protección contra fuentes externas
La exposición prolongada a factores externos, como las fuentes eléctricas, puede acelerar el proceso de envejecimiento prematuro de las llantas. estas fuentes deterioran la composición química del caucho, causando la aparición de pequeñas rajaduras tanto en el costado como en la banda de rodamiento de las llantas. Estas grietas superficiales, conocidas como “craquelado”, debilitan gradualmente la estructura del neumático, comprometiendo su resistencia y seguridad.
Asimismo, las fuentes eléctricas, como motores eléctricos o dispositivos que emiten radiación electromagnética, pueden generar cargas estáticas que también afectan la durabilidad de las llantas. Si bien las llantas montadas en un vehículo y con el mantenimiento adecuado suelen ser resistentes a estos factores en condiciones normales, la exposición prolongada o en combinación con fuentes de calor extremas puede acelerar su degradación.
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De acuerdo con Millán, al llegar a los 10 años, incluso si la llanta aparenta estar en buen estado, Michelin recomienda su reemplazo como una medida preventiva. Esto se debe a que, aunque el caucho y los materiales compuestos pueden parecer intactos, los procesos de degradación interna por oxidación, variaciones de temperatura y exposición prolongada a los elementos pueden comprometer la integridad estructural de la llanta. La seguridad vial depende de la capacidad de la llanta para soportar la carga del vehículo, mantener la tracción y resistir impactos, y después de una década, estos atributos pueden comenzar a deteriorarse de manera no visible.