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Urbano con pretensiones. Adentro es continuista. La fórmula, la distribución, la propuesta es, en una importante mayoría, la misma del modelo que se vende en el país desde hace un par de años. Aquel que se mueve de la mano del motor naturalmente aspirado de 1,5 litros. El bloque que este compacto en su tope de gama abandona.
Pero la sorpresa es ajena a lo visual… de nuevo, en su mayoría. El compacto que el fabricante japonés despacha desde sus plantas en México rueda con -o gracias- al mismo propulsor que da vida a vehículos de mayores dimensiones, como el Mazda 3 y el best-seller -a mayo es el segundo carro más vendido en Colombia en 2023, con 2.943 unidades- CX-30.
Mazda 2 2.0 llegó al país con la etiqueta, la configuración, Carbon Edition, o mejor, Grand Touring LX Carbon Edition. Así, suma detalles en su carrocería como espejos en color negro, una antena tipo aleta de tiburón, negra también, y un techo del mismo tono que simula fibra de carbono y que subjetivamente, por supuesto, agrega ese aire de adrenalina que expresan los compactos de altas prestaciones. Incluye rines de 16″ en aluminio negro (llantas de especificación 185/60 R16 86H).
Y sí, adentro es Mazda. En la cabina denota el trabajo del fabricante por entregar un equipo bien distribuido, su propuesta por lo intuitivo. Todo está a la mano del conductor, aunque, claro, no sorprende para un producto de sus dimensiones (4.095 mm de largo, 1.695 de ancho, 1.539 de alto y distancia entre ejes de 2.570 mm).
A simple vista nada contrasta, nada sobresale, nada no armoniza con la propuesta. Nada, salvo algunos detalles en color rojo que entran en juego con una mayoría de tonos negro y grises que interactúan sin llegar a parecer exagerados o demasiado arriesgados. Sí, es sobrio en su configuración.
La persona al volante tiene al frente un tacómetro análogo, acomodado en medio de dos pantallas, digitales y a blanco y negro, encargadas de dar datos como el nivel del tanque, la posición de la palanca y la velocidad configurada en el modo crucero.
A su derecha, el sistema multimedia. Vanguardista, si se quiere, pues en su pantalla TFT de siete pulgadas puede proyectar el sistema Apple CarPlay de los dispositivos iPhone, sin cable. Es Mazda, así que es táctil cuando el vehículo está estacionado. En movimiento, esta función se desactiva y solo funciona con una rueda debajo del selector de marchas.
La insonorización es adecuada. Pocos ruidos de carros, motos y demás sonidos de la naturaleza urbana atraviesan la carrocería e interactúan con los ocupantes. Hay seis parlantes que entregan una experiencia de sonido adecuada. También un punto de carga inalámbrico. Los asientos, de cuero, tienen un agarre adecuado para la dinámica de conducción que propone.
La parrilla frontal augura lo nuevo. Lleva un diseño tipo panal. En el medio el logo del fabricante. En uno de sus costados, una franja roja que señala la versión y que anuncia el nuevo corazón, uno más vigoroso, con más polenta, sí, con mayor potencia.
Lo nuevo
Las grandes novedades se resumen en la experiencia. Claro, lo novedoso se enfoca en el bloque que reposa bajo el capó. Ese de dos litros SkyActiv-G de 16 válvulas e inyección directa. Uno capaz de entregar hasta 140 caballos de potencia cuando la aguja señala las 6.000 rpm. El que llega a los 186 Nm de torque, desde las 2.800 rpm.
El tren motor se complementa con una transmisión automática de seis velocidades. Es cierto, una manual con el mismo número de marchas aumentaría su propuesta deportiva. Lo mismo ocurriría si se hubieran incorporado frenos de disco, en vez de tambor para el eje trasero, así como un cambio o reajuste a la suspensión de serie que lleva la línea.
Sin embargo, al volante, al Mazda 2 2.0 parece no faltarle mucho. Es tan reactivo como el bloque de dos litros que le permite esa dinámica, tradicional de la línea, tan tradicional del segmento, se proyecta y hace que el carro transmita una mayor fiabilidad en carretera y en adelantos, frente a sus variantes de 1,5 L.
Lo cierto es que la nueva configuración no lo convierte en un familiar. Las plazas traseras son tan reducidas como el resto de las versiones. Aun así, el baúl sigue siendo uno de los más generosos del segmento, con 220 litros y la mayoría de las personas -dos, máximo- de hasta 1,8 metros de altura viajarán con relativa comodidad atrás.
Mazda 2 2.0 no le teme al adelanto. En carretera y a velocidades permitidas, de hasta 80 km/h o hasta 120 km/h en situaciones puntuales de rebase, a la suspensión parece no faltarle. Poco tambalea, poco salta y su eje delantero, desde donde se transmite el movimiento, poco quiere separarse del carro en curvas.
En carretera los consumos fueron de entre 82 y 79 kilómetros por galón. En ciudad, la cifra fue tan volátil como las variantes condiciones del tráfico de Bogotá. En situaciones de mayor densidad marcó hasta 39 km/gal. A un ritmo de mayor movimiento, llegó a señalar los 52 km/gal.
En seguridad equipa un sistema avanzado de monitoreo de punto ciego, alerta de tráfico cruzado, señal de frenado de emergencia, asistencia de arranque en pendiente, frenos con ABS, EBD, BA; seis bolsas de aire, entre otros.
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Mazda 2 2.0 es el tope de entrada al portafolio del fabricante japonés. Si se quiere, deportivo. Si se quiere, viajero. Si se quiere, vanguardista. Siempre líder en propuesta y, sin duda, una alternativa para tener en cuenta en el segmento de compactos -o subcompactos-. Su precio -sugerido por Mazda Colombia-, a junio de 2024, es de $97.500.000.