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En el manejo de un carro automático, la barra de cambios es un componente importante que requiere un uso adecuado para evitar daños en el sistema de transmisión y prolongar la vida útil del vehículo. Existen prácticas comunes, pero poco recomendables, que pueden comprometer el funcionamiento del motor, la eficiencia del automóvil e incluso la seguridad del conductor. Entender qué acciones evitar con la barra de cambios resulta esencial para prevenir reparaciones costosas y asegurar un rendimiento óptimo.
Pablo Sáenz, piloto experto de Michelin, enfatiza la importancia de conocer las prácticas que deben evitarse al usar la barra de cambios en un carro automático, especialmente para quienes desean mantener su vehículo en buen estado y evitar reparaciones costosas.
- Riesgos de cambiar la palanca a “P” (Parking) sin detener el vehículo
Sáenz advierte que cambiar la palanca a la posición “P” (Parking) sin que el vehículo esté completamente detenido puede provocar daños graves en el sistema de transmisión. Este cambio, realizado con el carro aún en movimiento, impide que el mecanismo de bloqueo de la transmisión se enganche correctamente, lo cual provoca desgaste prematuro en componentes internos clave, como los engranajes y los bloques de estacionamiento. Además, forzar el sistema de transmisión a bloquear el vehículo en movimiento puede ocasionar daños irreversibles, resultando en costosos arreglos.
Asimismo, un cambio incorrecto a la posición “P” ejerce una presión innecesaria sobre las llantas. Si el vehículo aún se desplaza al activar esta función, las llantas pueden experimentar deslizamientos indeseados y un aumento en la fricción, lo que acelera su desgaste y reduce su vida útil.
- Consecuencias de colocar la palanca en “N” (Neutral) mientras el carro está en movimiento
De acuerdo con el piloto experto, colocar la palanca en “N” (Neutral) mientras el vehículo está en movimiento, especialmente en pendientes descendentes, puede tener graves consecuencias. Al seleccionar el neutro, se desactiva la función de frenado del motor, lo que obliga a los frenos a soportar toda la carga para mantener el control en una pendiente pronunciada, generando un esfuerzo excesivo que puede sobrecalentar las pastillas de freno y, eventualmente, provocar una falla de frenado.
Sáenz explica que, además, al estar en “N”, el motor deja de transmitir potencia a las llantas, lo cual reduce el control del vehículo y aumenta el riesgo de accidentes. La falta de tracción adecuada en esta posición también puede provocar un desgaste irregular en las llantas, especialmente si el vehículo presenta temblores o derrapes. Mantener la palanca en “D” (Drive) en estas situaciones es lo adecuado para garantizar el control y permitir que el motor asista en el frenado.
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- Consecuencias de forzar el cambio a “R” (Reversa) mientras el vehículo avanza
Forzar el cambio de “D” (Drive) a “R” (Reversa) mientras el carro aún se encuentra en movimiento puede causar daños graves a la transmisión. Este cambio implica una inversión rápida y brusca en la dirección de las llantas, generando un desgaste excesivo en los componentes de la transmisión.
Al intentar pasar a reversa con el vehículo avanzando, el sistema de engranajes de la transmisión se ve forzado a acoplarse en condiciones para las que no está diseñado, lo que puede dañar los engranajes y el embrague, llevando a costosos fallos mecánicos.
Entretanto, las llantas también pueden sufrir un desgaste innecesario. Los cambios bruscos y los movimientos inestables generan presión indebida en la banda de rodadura, acelerando el deterioro. “Detener completamente el vehículo antes de cambiar a “R” es importante para evitar daños en la transmisión y el desgaste prematuro de las llantas”, señala Sáenz.
- Efectos negativos de cambiar entre “D” (Drive) y “R” (Reversa) en tráfico pesado
Cambiar repetidamente entre “D” y “R” en tráfico pesado somete a la transmisión a un esfuerzo extremo, especialmente si los cambios son rápidos y constantes. Aunque las transmisiones automáticas están diseñadas para cambios de marcha suaves, estas transiciones frecuentes y bruscas provocan un desgaste acelerado de los componentes internos, como los sincronizadores y discos de embrague, además de un sobrecalentamiento general del sistema.
Este tipo de conducción también afecta a las llantas. El cambio continuo entre “D” y “R” en tráfico pesado, sumado al constante arranque y frenado, produce un desgaste desigual en la banda de rodadura, reduciendo la vida útil de las llantas y afectando la estabilidad y seguridad del vehículo.
- ¿Es recomendable mantener la palanca en “D” (Drive) durante largos periodos de inactividad?
Para Sáenz, no es recomendable mantener la palanca en “D” (Drive) mientras el vehículo está detenido por periodos prolongados. “Cuando el carro se detiene en una pendiente o en el tráfico con la palanca en “D”, la transmisión permanece en modo de tracción, lo que ejerce presión sobre sus componentes internos y puede acelerar su desgaste. Además, las llantas sufren una mayor presión, ya que el vehículo puede experimentar un ligero deslizamiento, incluso en reposo, lo que contribuye a un desgaste adicional”, sostiene.
En estas situaciones, es preferible colocar la palanca en “P” (Parking) o en “N” (Neutral), según corresponda. “Esto permite que la transmisión se desactive, reduciendo el riesgo de daños. Al detenerse en “P”, las llantas ya no tienen tracción, lo que minimiza el desgaste innecesario y ayuda a preservar la integridad del vehículo”, añade el experto.
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¿Otras cosas que nunca debe hacer con la barra de cambios de un carro automático?
Al utilizar la barra de cambios de un vehículo automático, es fundamental evitar ciertos hábitos que pueden comprometer la seguridad y el rendimiento de los carros. A continuación, Sáenz detalla algunas acciones que deben evitarse:
- No utilizar “N” para acelerar en pendientes: Algunos conductores creen que poner el vehículo en “N” (Neutral) les permitirá ganar velocidad en bajadas. Sin embargo, esta práctica no solo afecta negativamente el control del vehículo, sino que también puede dañar la transmisión al impedir que el motor participe en el proceso de frenado.
- No forzar la palanca: Si la palanca de cambios no se mueve con facilidad, puede indicar un problema en el sistema de transmisión. Forzarla puede agravar la situación, llevando a daños mayores. Es aconsejable investigar la causa del problema o consultar a un mecánico antes de intentar realizar el cambio.
- No utilizar la palanca como apoyo: Apoyar la mano o cualquier objeto sobre la palanca de cambios puede provocar daños internos. La palanca está diseñada para cambiar de marcha, no para soportar peso, y este hábito puede generar una presión innecesaria en los componentes.
- No olvidar el mantenimiento regular: Realizar el mantenimiento adecuado del sistema de transmisión, como cambios de fluido y revisiones periódicas, es crucial para asegurar un funcionamiento óptimo. Ignorar el mantenimiento puede llevar a fallos en la transmisión y a un desgaste prematuro de las partes.