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Un estudio presentado en un webinar organizado por Sumauto (AutoScout, Autocasión) y la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac) concluyó que el 95% de los componentes de un carro puede ser reutilizado o reciclado al final de su vida útil. En promedio, los vehículos se dan de baja a los 19 años, y de ese total, entre 1.330 y 1.520 kilogramos de su peso pueden ser reutilizados.
El proceso de “segunda vida” de un vehículo se activa cuando sus piezas recuperan utilidad, lo cual ocurre de tres maneras: reutilizándolas en otros vehículos, reciclándolas para la fabricación de nuevos componentes, o, si no es posible ninguna de las anteriores, transformándolas en una fuente de energía.
En Europa, por ejemplo, este proceso comienza en los Centros Autorizados de Tratamiento de Vehículos (CAT), donde se lleva a cabo una primera etapa de descontaminación, extrayendo baterías y líquidos peligrosos, como aceites y líquidos de frenos. Posteriormente, se procede al desmontaje de las piezas, siguiendo las directrices oficiales de los fabricantes y las normativas reguladas por la plataforma europea ‘Aidis’. Este proceso asegura que la recuperación de materiales sea eficiente y que se minimicen los impactos ambientales derivados del tratamiento de vehículos fuera de circulación.
Por su parte, en Colombia, cuando la desintegración de un vehículo es voluntaria, se debe obtener el certificado de revisión técnica de identificación de automotores emitido por la DIJIN. Posteriormente, se podrá acudir a las plantas desintegradoras presentando dicho certificado, el cual debe ser validado a través del sistema RUNT.
Es necesario contar con la autorización firmada por el propietario del vehículo para proceder con la desintegración física total del mismo. También se debe presentar el certificado de tradición del vehículo, en el cual debe constar que está libre de gravámenes, así como las placas del carro o, en su defecto, una denuncia por pérdida de las mismas.
Varios componentes de los carros pueden ser reciclados de manera eficiente, reduciendo el impacto ambiental y promoviendo el uso responsable de los recursos. A continuación, se detallan algunos de los materiales que más se pueden reciclar:
- Acero y aluminio: Componen la estructura y los componentes principales del vehículo, como el chasis y las llantas.
- Plásticos: Se encuentran en las molduras, el tablero y los interiores del vehículo.
- Vidrio: Utilizado en las ventanas y parabrisas.
- Baterías: Especialmente las de vehículos eléctricos, que contienen litio y cobalto, materiales valiosos para el reciclaje.
- Neumáticos: Reciclables, con múltiples aplicaciones en diferentes sectores de la industria.
- Aceites y fluidos: Pueden ser tratados y reutilizados.
El reciclaje de materiales no solo se limita a componentes visibles, sino que también abarca una gran variedad de materiales en el proceso de fabricación de los vehículos. Los metales como el acero, cobre, aluminio y zinc se reciclan a partir de piezas como chapa, motores y cableado, contribuyendo significativamente a la sostenibilidad. Además, metales preciosos como el platino, rodio y paladio, presentes en los catalizadores, también son recuperados y reutilizados en el ciclo de fabricación.
Los plásticos de los vehículos, como los utilizados en parachoques, aletas, paneles de puertas y salpicaderos, se reciclan para crear nuevos plásticos, lo que reduce el impacto ambiental y la necesidad de nuevos recursos.
Sumauto señala que en el marco de la economía circular existen diversos actores con responsabilidades específicas. Entre ellos, los fabricantes desempeñan un papel fundamental al garantizar al consumidor final un tratamiento ambientalmente adecuado de las piezas al momento de su reciclaje o reutilización. Además, deben informar sobre las posibilidades de revalorización de residuos y componentes, así como los puntos autorizados donde se pueden gestionar los vehículos al final de su vida útil.
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Vehículos eléctricos: desafíos y oportunidades en la economía circular
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La creciente presencia de vehículos eléctricos plantea nuevos retos en el ámbito de la economía circular, especialmente porque su llegada a los Centros Autorizados de Tratamiento de Vehículos (CAT) aún es limitada. Según datos de Sumauto, de los aproximadamente 700.000 carros que se dan de baja anualmente, apenas 100 corresponden a vehículos eléctricos, lo que refleja el impacto aún incipiente de este segmento en los procesos de reciclaje.
Uno de los mayores desafíos es la gestión de las baterías, cuya reparación y reciclaje han ganado protagonismo en los últimos años. Aunque el desarrollo de este sector avanza, cada vez más empresas especializadas están incursionando en estas actividades, facilitando soluciones sostenibles para estos componentes esenciales.
En este contexto, Sumauto resalta que la economía circular será un elemento clave de competitividad entre los fabricantes. La colaboración y cooperación entre todos los actores involucrados se convertirá en un pilar fundamental para garantizar una transición eficiente hacia modelos de producción y consumo más sostenibles.
Fabricación de carros con piezas y materiales reciclados
Aunque no existen vehículos fabricados al 100% con materiales reciclados, cada vez más piezas de los carros están hechas a partir de elementos reutilizados. Según un análisis de Renault, algunos ejemplos incluyen paneles de puertas, consolas y salpicaderos fabricados con plásticos reciclados.
Un caso destacado es el Renault Megane E-Tech 100% eléctrico, que incorpora en promedio 28 kilos de plásticos reciclados en su construcción. Además, se utilizan inserciones de madera provenientes de productos de desecho del corcho y alfombrillas hechas a partir de redes de pesca recicladas.
Otra innovación interesante es el uso de telas recicladas para los interiores, provenientes de cinturones de seguridad reutilizados, cortes textiles y botellas de plástico, como es el caso del Renault Zoe, cuya tela en asientos y revestimientos reduce la huella de carbono en un 60% en comparación con los métodos de fabricación estándar.