El reciclaje de metales podría abastecer el 25% de los carros eléctricos en 2030
El informe de la Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente (T&E) señala que el reciclaje de baterías usadas y desechos de producción tiene el potencial de satisfacer una parte significativa de la demanda de metales esenciales para las baterías de los carros eléctricos.
Un estudio reciente de la Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente (T&E) revela que el reciclaje de materiales provenientes de baterías de vehículos eléctricos y desechos de gigafábricas podría reducir significativamente la dependencia de Europa de las importaciones de minerales. Según la investigación, para 2030, estos materiales reciclados podrían ser suficientes para fabricar hasta 2,4 millones de vehículos eléctricos en la región. No obstante, T&E advierte que, para aprovechar esta oportunidad, la Unión Europea y el Reino Unido deben implementar proyectos de reciclaje que actualmente enfrentan riesgos de cancelación.
El informe indica que el reciclaje de baterías usadas y desechos de producción tiene el potencial de cubrir una parte considerable de la demanda de metales esenciales para las baterías de vehículos eléctricos. Se estima que este proceso podría suministrar el 14% del litio, el 16% del níquel, el 17% del manganeso y hasta un 25% del cobalto necesario en Europa para 2030. Estos porcentajes podrían aumentar aún más en los próximos años, y para 2040, la región podría alcanzar casi la autosuficiencia en el suministro de cobalto para carros eléctricos.
Julia Poliscanova, directora sénior de cadenas de suministro de vehículos y movilidad eléctrica en T&E, destacó que, si Europa cumple con sus planes de reciclaje, podría reducir su dependencia de metales críticos importados. Según Poliscanova, los volúmenes de materiales recuperados localmente permitirían a la región fabricar millones de vehículos eléctricos de manera sostenible, reduciendo la huella de carbono y fortaleciendo la industria local.
Sin embargo, T&E señala que para que estos planes de reciclaje sean exitosos, la región debe abordar desafíos significativos, como la mejora de las infraestructuras de reciclaje y el apoyo a los proyectos emergentes. De no ser así, Europa podría perder una oportunidad crucial para reducir su dependencia de fuentes externas y avanzar hacia una transición más limpia y autosuficiente en términos de vehículos eléctricos.
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El reciclaje de materiales provenientes de las baterías tiene el potencial de reducir considerablemente la necesidad de extraer minerales primarios. Según estudios recientes, la reutilización de los minerales de los vehículos eléctricos en Europa podría evitar la creación de 12 nuevas minas en el mundo para el año 2040. Este proceso evitaría la explotación de minas de litio, níquel, cobalto y manganeso, lo que a su vez disminuiría los impactos negativos de dichas actividades sobre el agua, el suelo y la biodiversidad.
En adición a la reducción en la extracción y las importaciones de estos recursos, el reciclaje de minerales en Europa podría disminuir la huella de carbono relacionada con la obtención de litio. Este impacto se reduciría en un 19%, en comparación con la extracción del mineral en Australia y su posterior refinamiento en China. Este beneficio es posible gracias a una red eléctrica más limpia en Europa, que facilita una producción más ecológica y eficiente.
Sin embargo, para aprovechar las ventajas económicas y ambientales de este proceso, Europa debe expandir y fortalecer su industria de reciclaje. Actualmente, cerca de la mitad de la capacidad de reciclaje proyectada en la región está en pausa o presenta incertidumbre, lo que podría dificultar la implementación de estos beneficios a gran escala. Según el informe, es necesario avanzar en la infraestructura y políticas que permitan hacer realidad este potencial.
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T&E ha pedido a la Unión Europea y al Reino Unido a que den una prioridad inmediata al fomento del reciclaje en sus políticas y programas de financiamiento. En este sentido, la propuesta que la UE presentará próximamente sobre la Ley de Economía Circular debe enfocarse en impulsar la expansión de plantas de reciclaje locales. Además, es fundamental que la legislación limite las exportaciones de residuos de baterías y facilite el transporte de materiales de baterías al final de su ciclo de vida dentro de Europa.
“Ni la UE ni el Reino Unido están preparados para aprovechar la oportunidad del reciclaje. Casi la mitad de la capacidad de reciclaje prevista está en riesgo debido a los altos costes energéticos, la falta de conocimientos técnicos o la falta de apoyo financiero. Es hora de empezar a tratar el reciclaje de baterías como otra tecnología limpia y priorizarlo en nuestras políticas y en la concesión de subvenciones”, concluyó Poliscanova.
Un estudio reciente de la Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente (T&E) revela que el reciclaje de materiales provenientes de baterías de vehículos eléctricos y desechos de gigafábricas podría reducir significativamente la dependencia de Europa de las importaciones de minerales. Según la investigación, para 2030, estos materiales reciclados podrían ser suficientes para fabricar hasta 2,4 millones de vehículos eléctricos en la región. No obstante, T&E advierte que, para aprovechar esta oportunidad, la Unión Europea y el Reino Unido deben implementar proyectos de reciclaje que actualmente enfrentan riesgos de cancelación.
El informe indica que el reciclaje de baterías usadas y desechos de producción tiene el potencial de cubrir una parte considerable de la demanda de metales esenciales para las baterías de vehículos eléctricos. Se estima que este proceso podría suministrar el 14% del litio, el 16% del níquel, el 17% del manganeso y hasta un 25% del cobalto necesario en Europa para 2030. Estos porcentajes podrían aumentar aún más en los próximos años, y para 2040, la región podría alcanzar casi la autosuficiencia en el suministro de cobalto para carros eléctricos.
Julia Poliscanova, directora sénior de cadenas de suministro de vehículos y movilidad eléctrica en T&E, destacó que, si Europa cumple con sus planes de reciclaje, podría reducir su dependencia de metales críticos importados. Según Poliscanova, los volúmenes de materiales recuperados localmente permitirían a la región fabricar millones de vehículos eléctricos de manera sostenible, reduciendo la huella de carbono y fortaleciendo la industria local.
Sin embargo, T&E señala que para que estos planes de reciclaje sean exitosos, la región debe abordar desafíos significativos, como la mejora de las infraestructuras de reciclaje y el apoyo a los proyectos emergentes. De no ser así, Europa podría perder una oportunidad crucial para reducir su dependencia de fuentes externas y avanzar hacia una transición más limpia y autosuficiente en términos de vehículos eléctricos.
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El reciclaje de materiales provenientes de las baterías tiene el potencial de reducir considerablemente la necesidad de extraer minerales primarios. Según estudios recientes, la reutilización de los minerales de los vehículos eléctricos en Europa podría evitar la creación de 12 nuevas minas en el mundo para el año 2040. Este proceso evitaría la explotación de minas de litio, níquel, cobalto y manganeso, lo que a su vez disminuiría los impactos negativos de dichas actividades sobre el agua, el suelo y la biodiversidad.
En adición a la reducción en la extracción y las importaciones de estos recursos, el reciclaje de minerales en Europa podría disminuir la huella de carbono relacionada con la obtención de litio. Este impacto se reduciría en un 19%, en comparación con la extracción del mineral en Australia y su posterior refinamiento en China. Este beneficio es posible gracias a una red eléctrica más limpia en Europa, que facilita una producción más ecológica y eficiente.
Sin embargo, para aprovechar las ventajas económicas y ambientales de este proceso, Europa debe expandir y fortalecer su industria de reciclaje. Actualmente, cerca de la mitad de la capacidad de reciclaje proyectada en la región está en pausa o presenta incertidumbre, lo que podría dificultar la implementación de estos beneficios a gran escala. Según el informe, es necesario avanzar en la infraestructura y políticas que permitan hacer realidad este potencial.
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T&E ha pedido a la Unión Europea y al Reino Unido a que den una prioridad inmediata al fomento del reciclaje en sus políticas y programas de financiamiento. En este sentido, la propuesta que la UE presentará próximamente sobre la Ley de Economía Circular debe enfocarse en impulsar la expansión de plantas de reciclaje locales. Además, es fundamental que la legislación limite las exportaciones de residuos de baterías y facilite el transporte de materiales de baterías al final de su ciclo de vida dentro de Europa.
“Ni la UE ni el Reino Unido están preparados para aprovechar la oportunidad del reciclaje. Casi la mitad de la capacidad de reciclaje prevista está en riesgo debido a los altos costes energéticos, la falta de conocimientos técnicos o la falta de apoyo financiero. Es hora de empezar a tratar el reciclaje de baterías como otra tecnología limpia y priorizarlo en nuestras políticas y en la concesión de subvenciones”, concluyó Poliscanova.