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Los ojos de El Tigrillo Gustavo Yacamán brillaron más que de costumbre. No sólo por haber subido al tercer escalón del podio en la celebración del Deportista del Año de El Espectador, en la categoría juvenil, sino porque en ese instante ya tenía la certeza de que en 2008 su nombre va a figurar en uno los autos del equipo Tec Auto, el campeón de la Fórmula 3 española.
El haber sido el piloto más joven en ganar en la F3 española, en Jerez de la Frontera, fue fundamental para que el vallecaucano, nacido el 25 de febrero de 1991, fuera tenido en cuenta por el jurado de este semanario, junto con la pesista Leidy Solís y la tenista Mariana Duque.
“Es muy importante que se reconozca lo que estoy haciendo y realmente me hace sentir muy orgulloso”, dijo Gustavo minutos después de recibir el trofeo que lo acredita como el tercer mejor deportista juvenil del año.
El Tigrillo reconoce que, a pesar de que la temporada fue buena, al comienzo tuvo que enfrentar algunos inconvenientes. “El comienzo fue difícil, porque no conocía las pistas y porque tuvimos dificultades para encontrar el setup del carro. Afortunadamente sobre el final se dieron las cosas y pude conseguir una victoria y subir al podio. Tengo que reconocer que ante la falta de resultados me desesperaba y las clasificaciones no eran las mejores, pero con trabajo y dedicación se dieron las cosas y eso nos subió la moral a todos”.
Yacamán es un muchacho inquieto e hiperactivo y su mente parece trabajar de manera acelerada. Y aunque el automovilismo es su pasión, no dejó esconder su emoción cuando el montañista barranquillero Fernando González-Rubio recibió uno de los reconocimientos por conquistar la cima del monte Broad Peak, en la cordillera del Karakorum, y con inocencia decía que él quería convertirse en el más joven en llegar a lo más alto del Everest.
Pero su futuro, y él lo sabe, no está en las montañas sino en las pistas. “Este año aprendí mucho del reglaje del carro y a perfeccionar las estrategias de clasificación. Pero lo más importante es que entendí que el trabajo en equipo en el automovilismo es fundamental”, fueron sus palabras ante la pregunta de qué le había dejado de enseñanzas esta temporada.
El Tigrillo sabe que en 2008 le llegó la gran oportunidad para mostrar todo su talento y que no hay cabida para las excusas. Y quizás por ello, con una seguridad envidiable, afirma que “el reto no puede ser diferente a ganar el campeonato. Así tiene que ser, pues quiero probar el Ferrari de Fórmula 1, que es el premio para el ganador”.
Además de eso, el hecho de que la categoría sea antesala de algunos Grandes Premios, como el de Valencia, Magny Cours y Spa, es un aliciente más para el vallecaucano. “Eso hay que aprovecharlo. Lo importante es que estoy en el mejor equipo y por eso, reitero, el objetivo es ser campeón”.
Pese a su corta edad, Yacamán ya se ha acostumbrado a lo que significa vivir solo. “Eso me ha servido mucho y me ha servido para entender lo que es la responsabilidad. No tengo a nadie que me diga lo que tengo que hacer, y la decisión es mía. Y confieso que aunque he estado tentado, nunca he dejado de asistir al colegio ni tampoco he fallado con mi preparación física”.
Si bien el futuro inmediato está al mando de un Dallaar F308, el monoplaza de mayor evolución conocido hasta ahora en la F3 española y que se estrenará en competición la próxima temporada, Yacamán ya está pensando en los años venideros: “Después de este paso, lo ideal sería llegar a la F3 Euroseries o la World Series de Renault, para después pensar en un salto grande, que sería la GP2. Yo he tenido apoyo en Colombia, pero todavía falta. Lo que sí puedo decir es que en 2008 se va a hablar mucho de mí”.