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En 2009 nació un sueño que tocó puertas incansablemente hasta convertirse en uno de los proyectos más innovadores del país.
De la construcción de bicicletas para la práctica del BMX, Javier Roldán, ingeniero mecánico de la Universidad Distrital, pasó a fabricar el primer carro híbrido colombiano, que funciona con energía eléctrica y eólica y que aspira a revolucionar el incipiente mercado de vehículos que ruedan con fuentes alternativas por las carreteras del país. Lo llamó Eolo.
“En la búsqueda encontramos un sistema nuevo de generación eólica que recibía aire en una sola dirección y se nos ocurrió meterlo en un carro eléctrico. De ahí empezamos a fabricar muchos prototipos, desde cartón paja, que fueron creciendo en tamaño y complejidad”, explica Roldán.
¿Cómo funciona? Eolo utiliza el viento que pasa por una turbina eólica para generar más electricidad y así alimentar las baterías auxiliares de doce voltios que mantienen encendidos los sistemas de control del vehículo y otros elementos, como el aire acondicionado o los limpiavidrios. Esto tiene dos efectos: permitir que la batería principal sólo se utilice para mover el vehículo, incrementando la autonomía, y reducir el tiempo en el que éste debe permanecer conectado a un tomacorrientes para la carga.
A pesar de que es un prototipo pesa una tonelada, tiene una caja de cambios de cinco velocidades, un motor de 80 HP y, tras pruebas en una pista de 600 metros en Cajicá, alcanzó los 120 km/h en la cuarta velocidad. “Se lograron los 110 kilómetros de autonomía, algo que se podría mejorar reduciendo el peso de los materiales. Es un carro suave y estamos trabajando para hacerlo un producto llamativo a la vista”, señala Roldán.
Las apuestas por Eolo son de primer nivel y sus creadores esperan que en poco tiempo se pueda perfeccionar de tal manera que su comercialización sea posible, por lo que sus promotores buscan más patrocinadores para el proyecto. Mauricio Olaya Dávila, gerente general de la Corporación Industrial Minuto de Dios, entidad que apadrinó el proyecto en las labores de investigación, diseño y construcción, destaca las ventajas de estos vehículos que, aunque pueden ser más caros que uno convencional, son una inversión que se recupera con el tiempo al no ser necesario el consumo de gasolina.
“Hemos hablado de tener, en dos o tres años, un carro que se pueda comercializar. Vamos a trabajar en un segundo prototipo que tenga las mejoras determinadas por el equipo técnico y luego trabajar en seguridad y comodidad. La intención es hacerlo rápido y con mucha calidad”, expresa.
Una de las iniciativas incluidas en el proyecto es realizar un recorrido de unos 3.000 kilómetros por el país, haciendo exhibiciones de Eolo y mostrando su funcionalidad, ya que, como dice Roldán, todavía existe mucho desconocimiento sobre los carros que funcionan con energías alternativas y es necesario sensibilizar a las personas, sobre todo en la necesidad de conservar el medio ambiente.