Publicidad

Son pocos los fabricantes que conjugan una armonía entre diseño y experiencia al volante en sus productos. Esa conexión entre el lenguaje visual, la estética, lo que insinúa, y las sensaciones, la respuesta, el movimiento y todo aquello que materializa la ingeniería, el trabajo del bloque bajo el capó y su interacción con la caja.

Y sin duda, el más británico de los compactos -a pesar de ser una marca propiedad de BMW-, el siempre tradicional Mini Cooper, hace parte de esa porción del mercado. Un producto mundialmente conocido por... (siga leyendo aquí)

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.
Aceptar