Esta es la nueva generación de Ford Ranger, ya disponible en Colombia

Unos US$660 millones le costó a Ford cambiar más la forma que el fondo de uno de sus best-sellers. La inversión tuvo lugar al sur del continente americano, en Argentina, y su planta de General Pacheco, desde donde el fabricante estadounidense despacha a la más reciente generación de su pick-up Ranger.

Cambió la forma. Hoy, al día. Porque las versiones con las que se despidió a la anterior generación eran fiables para el trabajo rudo, el destapado, eran Ranger; pero dentro y fuera debían, merecían, una actualización. Una que quizás trascendiera a la estética.

El fondo, bueno, es la misma idea que dio vida al producto hace más de cuatro décadas. Es una camioneta y lleva platón. Como camioneta, cumple, pues es lo que el término evoca en el imaginario: un todo terreno. Su tamaño, en el globo, es mediano; en Colombia, el límite. Esos números que llevan a sus dimensiones al margen de la mayoría de estacionamientos públicos y privados, en ancho (2.208 mm), que fácilmente cruzan la línea máxima de longitud (5.370 mm).

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Lo novedoso es mayoría. Cambió su tamaño, peso y equipo. Lo nuevo esta frente a los ojos de quienes interactúan con el vehículo, y en el tacto, pues nuevos materiales ocuparon la actualizada cabina. También, con mayor valor, cambió la experiencia. No en el desempeño, que se mantiene como un 4x4 fiable. Hoy Ranger da un paso adelante en el segmento y con su versión Limited+, base de esta reseña, conjuga tres conceptos, a veces en conflicto en otros productos: confort, rendimiento y desempeño.

Diésel, 3.0 y V6

Alejado de la ficha —que hoy está disponible en varios formatos, sea la escrita tradicional o en video, por medio de aquellos que influencian a las audiencias con sus contenidos multimedia—, Ford llevó a Ranger a un escenario inusual. Hay un sigilo, una calma inusual, durante el movimiento.

El trabajo mecánico opera a un ritmo mesurado, aun en las situaciones de mayor exigencia. Es decir, hoy Ranger rueda a unos 100 km/h a unas 1.100 rpm. Hoy, la nueva generación de la pick-up más vendida por el óvalo en Colombia (más de 2.100 unidades a septiembre) en su versión Limited+ limita las vibraciones y ruidos que entran a la cabina. Sí, hoy es posible decir que hay un sigilo en el trabajo de su bloque diésel.

Ahora bien, con la ficha en la mano, Ford señala que un bloque turbodiésel de 3.0 litros, V6, sirve como corazón de su pick-up mediana. El motor más propositivo con el que la referencia llega al país, acoplado a una caja automática de diez marchas con un modo manual, por botones ubicados en su selector de cambios, una ubicación inusual y, por momentos, poco intuitiva.

En total, el motor que mueve a la línea tope Ranger genera 237 caballos de potencia, a las 3.250 rpm, y 600 Nm de torque, cuando la aguja en el tacómetro señala las 1.750 rpm. De cero, la respuesta es sosegada. El propulsor se hace vigoroso ya en movimiento.

Nueva experiencia

Y allí, en movimiento, se presencia el acierto de Ford en configuración. La insonorización está por encima del promedio. Muy por encima, a pesar de las características de su motor. Pocos ruidos y vibraciones llegan al habitáculo. Solo la resistencia del viento de esa silueta poco aerodinámica llega a los oídos de los ocupantes.

Adentro resalta la nueva pantalla multimedia de 12 pulgadas, de orientación vertical, que sirve como base de un sistema multimedia con conectividad inalámbrica a Android Auto y Apple CarPlay. También, una de 12,4” que sirve de panel de instrumentos.

El confort y la visibilidad para el piloto son suficientes. La plaza de copiloto es generosa, y este un adjetivo que no se ajusta a las traseras, donde dos personas viajarán con comodidad. Hay un punto de carga inalámbrico, seis modos de manejo y una mayoría de materiales amigables con el tacto. Otros, como en el salpicadero, tienden a ser huecos.

Hay que decirlo, el eje trasero tiende a saltar de más tanto en ciudad como en carretera. De hecho, esto ocurre aun con la presión de los neumáticos (255/55R20) ligeramente por abajo del recomendado por la marca. En capacidad, sobresalen sus 954 kg de carga y 85 kg para el techo.

Seguridad, consumo y precio

De igual forma, vale señalarlo: Ranger en su versión Limited+ es un referente en tecnologías a la conducción. A su equipo suma monitoreo de presión de neumáticos, control crucero adaptativo y los componentes del Ford Co-Pilot 360, que incluyen control automático de luces altas, asistente de frenado en reversa, asistente de intersección y asistente de manejo evasivo, entre otros.

Puede interesarle: Audi Q8 e-Tron 55: actualización de la camioneta eléctrica que crece en autonomía.

Durante el recorrido, que osciló entre los 2.000 y los 2.600 m. s. n. m., el consumo en carretera fue de unos 38 a 42 km/galón. En ciudad, la cifra se redujo a los 33-37 km/gal. Esto, con unos 300 kilogramos de carga.

Un acierto. Ranger es hoy un modelo al día, referente. Su imagen se ajusta a la de líneas como F-150, con una sensación de manejo superlativa. El precio de la versión Limited+ es de $270’000.000.

Unos US$660 millones le costó a Ford cambiar más la forma que el fondo de uno de sus best-sellers. La inversión tuvo lugar al sur del continente americano, en Argentina, y su planta de General Pacheco, desde donde el fabricante estadounidense despacha a la más reciente generación de su pick-up Ranger.

Cambió la forma. Hoy, al día. Porque las versiones con las que se despidió a la anterior generación eran fiables para el trabajo rudo, el destapado, eran Ranger; pero dentro y fuera debían, merecían, una actualización. Una que quizás trascendiera a la estética.

El fondo, bueno, es la misma idea que dio vida al producto hace más de cuatro décadas. Es una camioneta y lleva platón. Como camioneta, cumple, pues es lo que el término evoca en el imaginario: un todo terreno. Su tamaño, en el globo, es mediano; en Colombia, el límite. Esos números que llevan a sus dimensiones al margen de la mayoría de estacionamientos públicos y privados, en ancho (2.208 mm), que fácilmente cruzan la línea máxima de longitud (5.370 mm).

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Lo novedoso es mayoría. Cambió su tamaño, peso y equipo. Lo nuevo esta frente a los ojos de quienes interactúan con el vehículo, y en el tacto, pues nuevos materiales ocuparon la actualizada cabina. También, con mayor valor, cambió la experiencia. No en el desempeño, que se mantiene como un 4x4 fiable. Hoy Ranger da un paso adelante en el segmento y con su versión Limited+, base de esta reseña, conjuga tres conceptos, a veces en conflicto en otros productos: confort, rendimiento y desempeño.

Diésel, 3.0 y V6

Alejado de la ficha —que hoy está disponible en varios formatos, sea la escrita tradicional o en video, por medio de aquellos que influencian a las audiencias con sus contenidos multimedia—, Ford llevó a Ranger a un escenario inusual. Hay un sigilo, una calma inusual, durante el movimiento.

El trabajo mecánico opera a un ritmo mesurado, aun en las situaciones de mayor exigencia. Es decir, hoy Ranger rueda a unos 100 km/h a unas 1.100 rpm. Hoy, la nueva generación de la pick-up más vendida por el óvalo en Colombia (más de 2.100 unidades a septiembre) en su versión Limited+ limita las vibraciones y ruidos que entran a la cabina. Sí, hoy es posible decir que hay un sigilo en el trabajo de su bloque diésel.

Ahora bien, con la ficha en la mano, Ford señala que un bloque turbodiésel de 3.0 litros, V6, sirve como corazón de su pick-up mediana. El motor más propositivo con el que la referencia llega al país, acoplado a una caja automática de diez marchas con un modo manual, por botones ubicados en su selector de cambios, una ubicación inusual y, por momentos, poco intuitiva.

En total, el motor que mueve a la línea tope Ranger genera 237 caballos de potencia, a las 3.250 rpm, y 600 Nm de torque, cuando la aguja en el tacómetro señala las 1.750 rpm. De cero, la respuesta es sosegada. El propulsor se hace vigoroso ya en movimiento.

Nueva experiencia

Y allí, en movimiento, se presencia el acierto de Ford en configuración. La insonorización está por encima del promedio. Muy por encima, a pesar de las características de su motor. Pocos ruidos y vibraciones llegan al habitáculo. Solo la resistencia del viento de esa silueta poco aerodinámica llega a los oídos de los ocupantes.

Adentro resalta la nueva pantalla multimedia de 12 pulgadas, de orientación vertical, que sirve como base de un sistema multimedia con conectividad inalámbrica a Android Auto y Apple CarPlay. También, una de 12,4” que sirve de panel de instrumentos.

El confort y la visibilidad para el piloto son suficientes. La plaza de copiloto es generosa, y este un adjetivo que no se ajusta a las traseras, donde dos personas viajarán con comodidad. Hay un punto de carga inalámbrico, seis modos de manejo y una mayoría de materiales amigables con el tacto. Otros, como en el salpicadero, tienden a ser huecos.

Hay que decirlo, el eje trasero tiende a saltar de más tanto en ciudad como en carretera. De hecho, esto ocurre aun con la presión de los neumáticos (255/55R20) ligeramente por abajo del recomendado por la marca. En capacidad, sobresalen sus 954 kg de carga y 85 kg para el techo.

Seguridad, consumo y precio

De igual forma, vale señalarlo: Ranger en su versión Limited+ es un referente en tecnologías a la conducción. A su equipo suma monitoreo de presión de neumáticos, control crucero adaptativo y los componentes del Ford Co-Pilot 360, que incluyen control automático de luces altas, asistente de frenado en reversa, asistente de intersección y asistente de manejo evasivo, entre otros.

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Durante el recorrido, que osciló entre los 2.000 y los 2.600 m. s. n. m., el consumo en carretera fue de unos 38 a 42 km/galón. En ciudad, la cifra se redujo a los 33-37 km/gal. Esto, con unos 300 kilogramos de carga.

Un acierto. Ranger es hoy un modelo al día, referente. Su imagen se ajusta a la de líneas como F-150, con una sensación de manejo superlativa. El precio de la versión Limited+ es de $270’000.000.