Estados de la UE aprueban incremento de aranceles a los carros eléctricos chinos
Los países del bloque europeo dieron este viernes su visto bueno a la adopción de elevados derechos de aduana sobre los automóviles eléctricos chinos, una iniciativa que ha resquebrajado la unidad del bloque y presagia una enérgica respuesta del gigante asiático.
Con información de agencias
Los países de la UE dieron este viernes su visto bueno a la adopción de elevados derechos de aduana sobre los automóviles eléctricos chinos, una iniciativa que ha resquebrajado la unidad del bloque y presagia una enérgica respuesta del gigante asiático.
De acuerdo con fuentes diplomáticas, 10 países votaron a favor, 12 se abstuvieron y cinco lo hicieron en contra de esta iniciativa, que prevé aranceles adicionales provisorios de hasta un 35% a vehículos eléctricos chinos, que se añadirían a la tasa ya existente, del 10%.
Francia, Italia y Polonia votaron en favor de la medida, al tiempo que Alemania y Suecia se expresaron en contra.Los cinco países que votaron en contra no alcanzaron a bloquear la iniciativa.
La Comisión Europea aplicará de forma definitiva a partir de noviembre los aranceles a los vehículos de China, porque considera que estos han recibido subsidios ilegales que distorsionan el sector automovilístico europeo. Estos aranceles se tornarían definitivos en un plazo de cinco años a partir del 31 de octubre.
Aun así, Bruselas mantienen que seguirá negociando con Pekín para llegar a una solución. Ante los temores de una guerra comercial con China, varios países alertaron de las consecuencias de tensar las relaciones con el país, como Alemania o España.
De hecho, estos países temen las contramedidas que tome China. El gigante asiático ya abierto investigaciones a las importaciones de productos lácteos europeos y a la carne de cerdo.
El paquete de medidas afectaría también a fabricantes no necesariamente chinos pero que tienen unidades de montaje en el gigante asiático, como es el caso del nortamericano Tesla, que podría verse afectado por un arancel del 7,8%.
El sector de los vehículos eléctricos es clave en Europa, especialmente porque en 2035 se dejarán de fabricar coches con gasolina o diésel en la Unión Europea, pero la competencia china y la falta de competitividad ha provocado el cierre de varias plantas en Europa.
La Cámara de Comercio de China en la Unión Europea (CCCEU, expresó su “profunda decepción” y su “gran descontento” con la decisión de Bruselas de continuar con los aranceles. El ‘lobby’ empresarial chino en la UE considera que las investigaciones antisubvenciones de la Unión Europea sobre los coches eléctricos importados desde el gigante asiático son medidas proteccionistas “políticamente motivadas e injustificadas” ya que, según argumenta, la ventaja competitiva de China en el sector automovilístico “no se debe a subvenciones, sino a una sólida cadena de suministro, desarrollada a través de una intensa competencia en el mercado”.
Advierte en un comunicado el organismo comercial asiático de que la imposición de los aranceles “no solo perjudicará a las empresas chinas, sino que perturbará las operaciones de los fabricantes europeos y mundiales de coches eléctricos en China”.
“Estos aranceles no reforzarán la resistencia de las industrias locales en Europa ni en otros mercados; por el contrario, corren el riesgo de disuadir las inversiones chinas, socavar la competitividad del mercado europeo y disminuir la vitalidad de la cadena mundial de suministro de vehículos eléctricos”, avisan desde la CCCEU.
No obstante, la Cámara de Comercio dice haber observado que los equipos negociadores chinos y europeos “siguen participando activamente en las conversaciones” y aspiran a poder alcanzar una solución final “con cautela”, al tiempo que piden retrasar la aplicación de los aranceles y “priorizar” la resolución de las disputas.
Divergencias entre franceses y alemanes
La idea de estos derechos de aduana ha enfrentado a Francia y Alemania, las dos mayores economías del bloque.
Francia, de un lado, sostiene que la medida es necesaria para nivelar la competencia, pues los fabricantes de automóviles de la UE están en clara desventaja frente a sus competidores chinos.
Sin embargo, Alemania, reconocida por su fuerte industria automotriz y cuyos mayores fabricantes han invertido fuertemente en China, advirtió que la UE debe evitar perjudicarse a sí misma y pidió que continúen las negociaciones con las autoridades chinas.
En ese sentido, el ministro alemán de Finanzas, Christian Lindner, reaccionó rápidamente diciendo que la Comisión "no debe desatar una guerra comercial", y en lugar de ello buscar "una solución negociada" con Pekín.
El grupo alemán Volkswagen, mayor fabricante europeo, denunció la iniciativa de este viernes, que tachó de “mal enfoque” para la competitividad de la industria del continente. “Animamos a la Comisión Europea y al gobierno chino a proseguir de manera constructiva las negociaciones en curso, con vistas a una solución política”, declaró la empresa en un comunicado.
Hungría también ha manifestado abiertamente su oposición a la idea, al punto que el ministro de Relaciones Exteriores, Peter Szijjarto, describió esta semana esa iniciativa como una propuesta “peligrosa”.
La Comisión Europea ha reiterado que cualquier arancel podría eliminarse si China aborda las preocupaciones de la UE.
Las tensiones comerciales entre China y la UE no se limitan a los coches eléctricos: el bloque abrió investigaciones sobre subsidios chinos a paneles solares y turbinas eólicas.
La UE enfrenta una tarea difícil, ya que debe equilibrar la defensa de su industria de tecnologías limpias y la inversión en la transición verde, pero sin desatar una guerra comercial con China.
Los países de la UE dieron este viernes su visto bueno a la adopción de elevados derechos de aduana sobre los automóviles eléctricos chinos, una iniciativa que ha resquebrajado la unidad del bloque y presagia una enérgica respuesta del gigante asiático.
De acuerdo con fuentes diplomáticas, 10 países votaron a favor, 12 se abstuvieron y cinco lo hicieron en contra de esta iniciativa, que prevé aranceles adicionales provisorios de hasta un 35% a vehículos eléctricos chinos, que se añadirían a la tasa ya existente, del 10%.
Francia, Italia y Polonia votaron en favor de la medida, al tiempo que Alemania y Suecia se expresaron en contra.Los cinco países que votaron en contra no alcanzaron a bloquear la iniciativa.
La Comisión Europea aplicará de forma definitiva a partir de noviembre los aranceles a los vehículos de China, porque considera que estos han recibido subsidios ilegales que distorsionan el sector automovilístico europeo. Estos aranceles se tornarían definitivos en un plazo de cinco años a partir del 31 de octubre.
Aun así, Bruselas mantienen que seguirá negociando con Pekín para llegar a una solución. Ante los temores de una guerra comercial con China, varios países alertaron de las consecuencias de tensar las relaciones con el país, como Alemania o España.
De hecho, estos países temen las contramedidas que tome China. El gigante asiático ya abierto investigaciones a las importaciones de productos lácteos europeos y a la carne de cerdo.
El paquete de medidas afectaría también a fabricantes no necesariamente chinos pero que tienen unidades de montaje en el gigante asiático, como es el caso del nortamericano Tesla, que podría verse afectado por un arancel del 7,8%.
El sector de los vehículos eléctricos es clave en Europa, especialmente porque en 2035 se dejarán de fabricar coches con gasolina o diésel en la Unión Europea, pero la competencia china y la falta de competitividad ha provocado el cierre de varias plantas en Europa.
La Cámara de Comercio de China en la Unión Europea (CCCEU, expresó su “profunda decepción” y su “gran descontento” con la decisión de Bruselas de continuar con los aranceles. El ‘lobby’ empresarial chino en la UE considera que las investigaciones antisubvenciones de la Unión Europea sobre los coches eléctricos importados desde el gigante asiático son medidas proteccionistas “políticamente motivadas e injustificadas” ya que, según argumenta, la ventaja competitiva de China en el sector automovilístico “no se debe a subvenciones, sino a una sólida cadena de suministro, desarrollada a través de una intensa competencia en el mercado”.
Advierte en un comunicado el organismo comercial asiático de que la imposición de los aranceles “no solo perjudicará a las empresas chinas, sino que perturbará las operaciones de los fabricantes europeos y mundiales de coches eléctricos en China”.
“Estos aranceles no reforzarán la resistencia de las industrias locales en Europa ni en otros mercados; por el contrario, corren el riesgo de disuadir las inversiones chinas, socavar la competitividad del mercado europeo y disminuir la vitalidad de la cadena mundial de suministro de vehículos eléctricos”, avisan desde la CCCEU.
No obstante, la Cámara de Comercio dice haber observado que los equipos negociadores chinos y europeos “siguen participando activamente en las conversaciones” y aspiran a poder alcanzar una solución final “con cautela”, al tiempo que piden retrasar la aplicación de los aranceles y “priorizar” la resolución de las disputas.
Divergencias entre franceses y alemanes
La idea de estos derechos de aduana ha enfrentado a Francia y Alemania, las dos mayores economías del bloque.
Francia, de un lado, sostiene que la medida es necesaria para nivelar la competencia, pues los fabricantes de automóviles de la UE están en clara desventaja frente a sus competidores chinos.
Sin embargo, Alemania, reconocida por su fuerte industria automotriz y cuyos mayores fabricantes han invertido fuertemente en China, advirtió que la UE debe evitar perjudicarse a sí misma y pidió que continúen las negociaciones con las autoridades chinas.
En ese sentido, el ministro alemán de Finanzas, Christian Lindner, reaccionó rápidamente diciendo que la Comisión "no debe desatar una guerra comercial", y en lugar de ello buscar "una solución negociada" con Pekín.
El grupo alemán Volkswagen, mayor fabricante europeo, denunció la iniciativa de este viernes, que tachó de “mal enfoque” para la competitividad de la industria del continente. “Animamos a la Comisión Europea y al gobierno chino a proseguir de manera constructiva las negociaciones en curso, con vistas a una solución política”, declaró la empresa en un comunicado.
Hungría también ha manifestado abiertamente su oposición a la idea, al punto que el ministro de Relaciones Exteriores, Peter Szijjarto, describió esta semana esa iniciativa como una propuesta “peligrosa”.
La Comisión Europea ha reiterado que cualquier arancel podría eliminarse si China aborda las preocupaciones de la UE.
Las tensiones comerciales entre China y la UE no se limitan a los coches eléctricos: el bloque abrió investigaciones sobre subsidios chinos a paneles solares y turbinas eólicas.
La UE enfrenta una tarea difícil, ya que debe equilibrar la defensa de su industria de tecnologías limpias y la inversión en la transición verde, pero sin desatar una guerra comercial con China.