Fiat 500X: el hijo pródigo
Con más de 50 años de historia, un diseño retro muy atractivo y una propuesta mecánica interesante, llega al país el crossover compacto del fabricante de Turín. Con este, el icónico modelo volvió a ser fabricado en Italia.
esteban dávila náder
Desde su concepción en los años 30 hasta su materialización en el 57, el Fiat 500 fue un modelo que exigió toda la capacidad mecánica y de diseño de sus creadores con el fin de lograr dos objetivos: crear un coche urbano barato y práctico. Ese arduo trabajo se reflejó en un auto con una identidad atemporal, un ícono fácilmente reconocible, reverenciado en muchos casos e, incluso, en una estampa de lo que es Italia rodando por el mundo.
Tal es la huella que el “topolino” ha dejado en la cultura popular que, a lo largo de las décadas, sin contar los períodos en los que se dejó de fabricar, entre el 75 y el 91, cuando salió el Cinquecento; y entre el 98 y el 2007, cuando llegó el modelo renovado, se han comercializado incontables variantes y ediciones especiales. Con eso, y la actual tendencia mundial de volcarse hacia el uso de SUVs, era apenas natural que se lanzara una versión camioneta, conocida como Fiat 500X.
Se trata de una idea materializada en el 2013 y que llegó a Colombia en su versión renovada hace un par de meses, como parte de la estrategia de los italianos para conquistar las carreteras nacionales. Ahora, luego de haber puesto las manos sobre el volante de la SUV compacta, es justo decir que más que un 500 agrandado, el 500X es un auto con sus propias dinámicas, que si bien mantiene ese ADN particularmente atractivo, coqueto si se quiere, también exprimió todas las capacidades de los ingenieros turineses -es el primer modelo moderno de la familia 500 fabricado en Italia- para ofrecer una experiencia completamente diferente.
Es como ese hijo que no quiso vivir a la sombra de su padre famoso y más bien aprovechó su legado para hacer algo propio y espectacular.
Esa relación se hace evidente en el diseño exterior. Más que una reproducción, los dobles faros delanteros, las entradas de aire, la típica barra horizontal cromada, que lleva la atención al emblema de Fiat, la silueta redondeada y las líneas curvas son un homenaje al 500 del 2007, mientras que los ángulos más inclinados y alargados le dan una identidad deportiva muy propia. A esto aportan el spoiler trasero, la nariz trapezoidal y el guardafangos robusto, que dicen que este auto no le teme a la aventura, que no tiene problema con enlodarse un poco.
De reforzar esa sensación todoterreno se encarga el motor Multiair Turbo de 1,4 litros y disposición transversal, capaz de otorgar 138 caballos de potencia en la versión Latitude (4x2 de tracción delantera) y 170 caballos en la versión Limited (4x4). Dependiendo del caso, el propulsor puede ir acoplado a una caja robotizada de doble embrague y seis velocidades o a una caja automática de nueve velocidades, ambas con opción manual.
Siendo la versión Latitude la probada para este artículo, hay que decir que se trata de un auto emocionante, completamente divertido a la hora de manejar, brioso. La sinergia entre máquina y piloto es palpable, el Fiat 500X le da al conductor todo cuanto se le pide sin exigir más de lo necesario, y eso se hace evidente en el consumo: tras recorrer 200 km, el consumo medio fue de 11 km/l, para un gasto de medio tanque, que es de 48 litros, más cinco de reserva.
Para sacarle jugo al motor, Fiat equipó el crossover compacto con suspensión delantera y trasera independiente tipo McPherson, dirección de piñón y cremallera asistida eléctricamente y Dynamic Control Selector, que permite seleccionar entre tres modos de conducción: Auto, con el motor en modo eco, el sistema Traction Plus apagado y una dirección suave; Sport, con el motor a toda máquina, Traction Plus apagada y una dirección más rígida; y off road, donde el propulsor también va a tope, Traction Plus encendida y la dirección confortable.
En materia interior, el 500X también gana con materiales suaves al tacto, algunos acabados en color crema y guiños como las manillas con la clásica forma de gancho que evoca el elemento más recordado de la puerta del histórico 500. El volante y las sillas son ajustables a discreción, los asientos son envolventes y el espacio, a pesar de estar en la categoría de compactos, es perfecto para cinco pasajeros. El remate, el sunroof de doble panel corredizo.
Por su parte, el cuadro de instrumentos cuenta con pantalla LCD de 3,5” con toda la información del computador de a bordo, así como tacómetro y velocímetro análogos. Mientras tanto, el panel central equipa una pantalla táctil de 5” con el sistema de infoentretenimiento, con conexión a smartphones, a través de bluetooth o cable auxiliar.
En materia de seguridad, viene de serie con luces halógenas, faros de niebla, sistema Start/Stop perfecto para economizar combustible en trancones y semáforos, frenos con sistemas ABS y EBD, control electrónico de estabilidad, asistente de arranque en pendiente, control de tracción, mitigación electrónica de vuelco, asistente de frenado, sensor de parqueo en reversa, control de crucero y limitador de velocidad. Tanta tecnología, en conjunto, le valieron al compacto las cinco estrellas en las pruebas de seguridad de Latin NCAP.
Con todo, el Fiat trajo al país una propuesta interesante y divertida, perfecta para competir en un segmento concurrido, habitado por otros como la Ford Ecosport, la Mazda CX-3, la Nissan Kicks y el Jeep Renegade, con el que comparte plataforma. Con precios de 79’990.000 pesos para la versión Latitude y de 89’990.000 pesos para Limited, el 500X tiene a su favor la historia, el diseño, el performance y una personalidad magnética y muy propia.
Desde su concepción en los años 30 hasta su materialización en el 57, el Fiat 500 fue un modelo que exigió toda la capacidad mecánica y de diseño de sus creadores con el fin de lograr dos objetivos: crear un coche urbano barato y práctico. Ese arduo trabajo se reflejó en un auto con una identidad atemporal, un ícono fácilmente reconocible, reverenciado en muchos casos e, incluso, en una estampa de lo que es Italia rodando por el mundo.
Tal es la huella que el “topolino” ha dejado en la cultura popular que, a lo largo de las décadas, sin contar los períodos en los que se dejó de fabricar, entre el 75 y el 91, cuando salió el Cinquecento; y entre el 98 y el 2007, cuando llegó el modelo renovado, se han comercializado incontables variantes y ediciones especiales. Con eso, y la actual tendencia mundial de volcarse hacia el uso de SUVs, era apenas natural que se lanzara una versión camioneta, conocida como Fiat 500X.
Se trata de una idea materializada en el 2013 y que llegó a Colombia en su versión renovada hace un par de meses, como parte de la estrategia de los italianos para conquistar las carreteras nacionales. Ahora, luego de haber puesto las manos sobre el volante de la SUV compacta, es justo decir que más que un 500 agrandado, el 500X es un auto con sus propias dinámicas, que si bien mantiene ese ADN particularmente atractivo, coqueto si se quiere, también exprimió todas las capacidades de los ingenieros turineses -es el primer modelo moderno de la familia 500 fabricado en Italia- para ofrecer una experiencia completamente diferente.
Es como ese hijo que no quiso vivir a la sombra de su padre famoso y más bien aprovechó su legado para hacer algo propio y espectacular.
Esa relación se hace evidente en el diseño exterior. Más que una reproducción, los dobles faros delanteros, las entradas de aire, la típica barra horizontal cromada, que lleva la atención al emblema de Fiat, la silueta redondeada y las líneas curvas son un homenaje al 500 del 2007, mientras que los ángulos más inclinados y alargados le dan una identidad deportiva muy propia. A esto aportan el spoiler trasero, la nariz trapezoidal y el guardafangos robusto, que dicen que este auto no le teme a la aventura, que no tiene problema con enlodarse un poco.
De reforzar esa sensación todoterreno se encarga el motor Multiair Turbo de 1,4 litros y disposición transversal, capaz de otorgar 138 caballos de potencia en la versión Latitude (4x2 de tracción delantera) y 170 caballos en la versión Limited (4x4). Dependiendo del caso, el propulsor puede ir acoplado a una caja robotizada de doble embrague y seis velocidades o a una caja automática de nueve velocidades, ambas con opción manual.
Siendo la versión Latitude la probada para este artículo, hay que decir que se trata de un auto emocionante, completamente divertido a la hora de manejar, brioso. La sinergia entre máquina y piloto es palpable, el Fiat 500X le da al conductor todo cuanto se le pide sin exigir más de lo necesario, y eso se hace evidente en el consumo: tras recorrer 200 km, el consumo medio fue de 11 km/l, para un gasto de medio tanque, que es de 48 litros, más cinco de reserva.
Para sacarle jugo al motor, Fiat equipó el crossover compacto con suspensión delantera y trasera independiente tipo McPherson, dirección de piñón y cremallera asistida eléctricamente y Dynamic Control Selector, que permite seleccionar entre tres modos de conducción: Auto, con el motor en modo eco, el sistema Traction Plus apagado y una dirección suave; Sport, con el motor a toda máquina, Traction Plus apagada y una dirección más rígida; y off road, donde el propulsor también va a tope, Traction Plus encendida y la dirección confortable.
En materia interior, el 500X también gana con materiales suaves al tacto, algunos acabados en color crema y guiños como las manillas con la clásica forma de gancho que evoca el elemento más recordado de la puerta del histórico 500. El volante y las sillas son ajustables a discreción, los asientos son envolventes y el espacio, a pesar de estar en la categoría de compactos, es perfecto para cinco pasajeros. El remate, el sunroof de doble panel corredizo.
Por su parte, el cuadro de instrumentos cuenta con pantalla LCD de 3,5” con toda la información del computador de a bordo, así como tacómetro y velocímetro análogos. Mientras tanto, el panel central equipa una pantalla táctil de 5” con el sistema de infoentretenimiento, con conexión a smartphones, a través de bluetooth o cable auxiliar.
En materia de seguridad, viene de serie con luces halógenas, faros de niebla, sistema Start/Stop perfecto para economizar combustible en trancones y semáforos, frenos con sistemas ABS y EBD, control electrónico de estabilidad, asistente de arranque en pendiente, control de tracción, mitigación electrónica de vuelco, asistente de frenado, sensor de parqueo en reversa, control de crucero y limitador de velocidad. Tanta tecnología, en conjunto, le valieron al compacto las cinco estrellas en las pruebas de seguridad de Latin NCAP.
Con todo, el Fiat trajo al país una propuesta interesante y divertida, perfecta para competir en un segmento concurrido, habitado por otros como la Ford Ecosport, la Mazda CX-3, la Nissan Kicks y el Jeep Renegade, con el que comparte plataforma. Con precios de 79’990.000 pesos para la versión Latitude y de 89’990.000 pesos para Limited, el 500X tiene a su favor la historia, el diseño, el performance y una personalidad magnética y muy propia.