Fiat Pulse: la camioneta fabricada para la región que ya se vende en Colombia
El SUV que Fiat fabricó para el mercado suramericano ya se vende en Colombia. Un producto que sigue tendencias: tipo camioneta, turbo y urbano. Reseña.
Nicolás Fernández
Desde Betim, al suroriente brasileño, desembarcó en Colombia el producto ideado y concebido por Fiat —y Stellantis, por supuesto— para el mercado regional. Un SUV de reducidas dimensiones, para los mercados ajenos al continente, pero mediano y, por qué no, preciso, para los siempre reducidos —en vías, claro— centros urbanos de países como Colombia.
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Pulse, es el nombre del producto que despachan los cariocas desde una de sus más grandes y tradicionales factorías, y, sumado a la estética tipo camioneta que cautiva a la mayoría de compradores del globo, ofrece una versión turboalimentada que, además, es un rotundo exponente del downsizing.
Para las ciudades suramericanas
Pulse, en dos ópticas. La primera, esa casi musculosa silueta que se forjó en la carrocería da las siempre subjetivas impresiones que en ocasiones sobran en la descripción de casi cualquier cosa. Aun así, el vehículo expresa, a juicio del autor, deportividad e, incluso, aventura.
Son no menos de 4 metros de largo, 1,5 de alto y 2,5 de ancho las medidas con las que el fabricante constituyó su más reciente novedad. No sobra decirlo, son también los números casi ideales para un vehículo que rueda sobre las siempre transitadas vías de ciudades como Bogotá y Medellín (distancia entre ejes de 2,5 m).
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Una altura al piso de 19,4 centímetros es apta para los caminos irregulares y destapados, para lo cual, aunque no sea ni se aproxime a su hábitat, Fiat agregó aquella asistencia de tracción, presente, por ejemplo, en Jeep Compass, TC+, que permite un mejor recorrido de la rueda —del eje delantero— con mejor agarre en este tipo de situaciones.
Aun así, el vehículo se aferra a lo urbano con unas llantas 205/50 R17, con poco caucho y un perfil relativamente bajo que suma buen agarre en curvas y adecuada amortiguación al cruzar huecos, reductores y demás imperfecciones comunes. De más no estaría señalar que incluye faros LED y tonalidad bitono.
Dinámico en ciudad y justo fuera de ella
Al volante, la mayoría de sensaciones se enfocan en la reactividad del pedal derecho. Existe un leve lag al llevarlo a fondo cuando se arranca de cero, pero esas -incómodas- milésimas que tarda en entregar el movimiento no opacan su desempeño en el rutinario acelerar-frenar de la ciudad.
Ahora bien, no hay que pasar por alto que Pulse en su versión Impetus —base de esta reseña— integra un motor de 1.0 litros y tres cilindros, capaz de entregar hasta 118 caballos de poder y unos 200 Nm de torque, disponibles desde las 1.750 rpm; casi en cualquier rango de movimiento.
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El propulsor se acopla a una transmisión automática tipo CVT, programada para simular hasta siete marchas y, vale la pena señalarlo, a veces “jalonea” aun a bajas velocidades. Incluye un modo Sport, el cual, a decir verdad, cumple con lo que promete, siempre teniendo en cuenta el potencial del motor.
Los consumos, fieles a una innumerable lista de variables, y que para este caso se materializaron recorriendo vías entre los 2.000 y 2.500 msnm con una carga no mayor a los 150 kg; fueron de 30-32 km/gal en ciudad. La cifra que se estiró hasta los 45-48 en carretera.
En equipo, referente
Quizá el mayor diferencial de Pulse frente al mercado que oscile en su mismo precio radica en los componentes tecnológicos que resguarda la cabina. Está aquel lente, este que se ubica detrás del espejo (con atenuación de luz) del que se desprenden —por lo menos para la versión tope Impetus— el sistema de mantenimiento de carril y frenado autónomo de emergencia.
En seguridad suma asistentes de arranque en pendiente, cámara de estacionamiento trasera, sistema ABS, ESC y monitoreo de presión de neumáticos, entre otros.
Los pasajeros, que son cinco, según la tarjeta de propiedad, pero cuatro —dos adelante y dos detrás— viajarán cómodos con relación al techo y su distancia de las rodillas; disfrutarán de un sistema de infoentretenimiento con pantalla de 10”, acorde a la demanda actual, con cargador e interacción inalámbrica para Android Auto y Apple CarPlay.
De hecho, resalta la armonía y distribución de tonalidades, materiales y formas dentro de la cabina. Pocas cosas parecen sobrar y la conjugación es la de un producto nuevo. Como en la mayoría de vehículos del segmento, hay algunos materiales más blandos y confortables que otros, sobre todo en las puertas.
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Pulse es la apuesta a lo local por parte de Fiat y el Grupo Stellantis. El SUV acorde la actualidad de la mayoría de ciudades de la región, por lo menos en lo que a tamaño y tecnologías se refiere. Una alternativa joven, disponible en su versión turbo a los $109’990.000.
Desde Betim, al suroriente brasileño, desembarcó en Colombia el producto ideado y concebido por Fiat —y Stellantis, por supuesto— para el mercado regional. Un SUV de reducidas dimensiones, para los mercados ajenos al continente, pero mediano y, por qué no, preciso, para los siempre reducidos —en vías, claro— centros urbanos de países como Colombia.
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Pulse, es el nombre del producto que despachan los cariocas desde una de sus más grandes y tradicionales factorías, y, sumado a la estética tipo camioneta que cautiva a la mayoría de compradores del globo, ofrece una versión turboalimentada que, además, es un rotundo exponente del downsizing.
Para las ciudades suramericanas
Pulse, en dos ópticas. La primera, esa casi musculosa silueta que se forjó en la carrocería da las siempre subjetivas impresiones que en ocasiones sobran en la descripción de casi cualquier cosa. Aun así, el vehículo expresa, a juicio del autor, deportividad e, incluso, aventura.
Son no menos de 4 metros de largo, 1,5 de alto y 2,5 de ancho las medidas con las que el fabricante constituyó su más reciente novedad. No sobra decirlo, son también los números casi ideales para un vehículo que rueda sobre las siempre transitadas vías de ciudades como Bogotá y Medellín (distancia entre ejes de 2,5 m).
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Aun así, el vehículo se aferra a lo urbano con unas llantas 205/50 R17, con poco caucho y un perfil relativamente bajo que suma buen agarre en curvas y adecuada amortiguación al cruzar huecos, reductores y demás imperfecciones comunes. De más no estaría señalar que incluye faros LED y tonalidad bitono.
Dinámico en ciudad y justo fuera de ella
Al volante, la mayoría de sensaciones se enfocan en la reactividad del pedal derecho. Existe un leve lag al llevarlo a fondo cuando se arranca de cero, pero esas -incómodas- milésimas que tarda en entregar el movimiento no opacan su desempeño en el rutinario acelerar-frenar de la ciudad.
Ahora bien, no hay que pasar por alto que Pulse en su versión Impetus —base de esta reseña— integra un motor de 1.0 litros y tres cilindros, capaz de entregar hasta 118 caballos de poder y unos 200 Nm de torque, disponibles desde las 1.750 rpm; casi en cualquier rango de movimiento.
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Los consumos, fieles a una innumerable lista de variables, y que para este caso se materializaron recorriendo vías entre los 2.000 y 2.500 msnm con una carga no mayor a los 150 kg; fueron de 30-32 km/gal en ciudad. La cifra que se estiró hasta los 45-48 en carretera.
En equipo, referente
Quizá el mayor diferencial de Pulse frente al mercado que oscile en su mismo precio radica en los componentes tecnológicos que resguarda la cabina. Está aquel lente, este que se ubica detrás del espejo (con atenuación de luz) del que se desprenden —por lo menos para la versión tope Impetus— el sistema de mantenimiento de carril y frenado autónomo de emergencia.
En seguridad suma asistentes de arranque en pendiente, cámara de estacionamiento trasera, sistema ABS, ESC y monitoreo de presión de neumáticos, entre otros.
Los pasajeros, que son cinco, según la tarjeta de propiedad, pero cuatro —dos adelante y dos detrás— viajarán cómodos con relación al techo y su distancia de las rodillas; disfrutarán de un sistema de infoentretenimiento con pantalla de 10”, acorde a la demanda actual, con cargador e interacción inalámbrica para Android Auto y Apple CarPlay.
De hecho, resalta la armonía y distribución de tonalidades, materiales y formas dentro de la cabina. Pocas cosas parecen sobrar y la conjugación es la de un producto nuevo. Como en la mayoría de vehículos del segmento, hay algunos materiales más blandos y confortables que otros, sobre todo en las puertas.
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