Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Fueron muchos los llamados y pocos los escogidos. Y siempre ha sucedido lo mismo en el Concurso Nacional de Tractomulas Club Mobil Delvac, que si bien congrega a miles de integrantes de la familia transportadora en el Autódromo de Tocancipá, sólo uno, al final, se queda con los honores, como lo hizo en esta oportunidad Juan Carlos Galindo al mando de su poderosa y ya conocida Kenworth de color rojo.
Así ha sido durante 22 años y lo seguirá siendo por más, pues este evento ya se ha ganado un espacio importante dentro de las actividades de motor en el país y es la cita obligada de quienes de una manera especial le rinden un homenaje a su patrona y guardiana en las extensas travesías por la geografía nacional, la Virgen del Carmen.
Quizás en esta oportunidad muchos querían ver caras diferentes en el podio y como argumento para que esto sucediera estaba el hecho de que los organizadores no sólo cambiaron el sentido de giro, sino que además sacrificaron un poco de velocidad, añadiéndoles a las pruebas más destreza y habilidad.
Pero no hubo tal y Juan Carlos Galindo, un boyacense que ya había conocido las mieles del triunfo y que en dos oportunidades había saboreado el dulce sabor de la champaña, volvió a ser el mejor y dejó en el camino a los 93 participantes más que llegaron con la ilusión de convertirse en el ‘duro del volante’.
Galindo, nacido en Duitama, ya ha hecho historia en el Concurso Nacional de Tractomulas y se ha ganado el respeto de sus colegas por la forma asombrosa con la que controla su Kenworth (patrocinada por Kenworth de la Montaña). Y nuevamente, en una jornada soleada y en la que las tribunas de Tocancipá se vistieron de fiesta, Galindo sacó a relucir su poderío.
Claro que para reclamar los 10 millones de pesos en premios y el máximo trofeo tuvo que superar a otro de los ‘duros del timón’, Henry Guío, quien estuvo al mando de una International 2008 (patrocinada por Navitrans).
Fue la misma final del año pasado, con los mismos protagonistas y con el mismo desenlace. Juan Carlos Galindo se quedó con el título de campeón y Henry Guío nuevamente tuvo que conformarse con el segundo lugar, mientras que en la definición por el tercer y cuarto puestos el bogotano Juan Carlos Borda, con apenas dos años de experiencia en el evento, venció al experto Sergio Fernando Guío, campeón en 2007 y tercero el año anterior.
Revelación hubo y esta distinción quedó en manos del nariñense José Pantoja, quien pese a su inexperiencia logró avanzar hasta la segunda eliminatoria, situación que le mereció ser considerado como ‘Novato del año’.
La de 2009, podría decirse, fue una jornada en la que se robaron el protagonismo las personas que trabajan por el desarrollo del país. Por un lado los transportadores, los dueños de la fiesta, los hombres que recorren sin desmayo las carreteras colombianas y que con su trabajo son generadores de cosas grandes e importantes para Colombia.
Y, por el otro, los ‘hombres de acero’ del Ejército Nacional, que adornaron con sus piruetas y demostraciones la fiesta, una fiesta que, como siempre, dejará una huella imborrable en los miembros de la familia transportadora colombiana.