Gigantes de la tecnología automotriz, unidos por regulación de carros autónomos
Estados Unidos confía en el aporte de estos vehículos para la seguridad de las personas y la reducción de muertes en accidentes de tránsito.
Redacción Autos
¿Cuántas veces nos hemos imaginado un mundo controlado por las máquinas, en el que se pudieran tener cosas físicamente al alcance con oprimir un botón y en el que los robots y la inteligencia artificial estuviesen presentes en las cosas más sencillas de la vida?
Por supuesto que esa idea hoy no es una exageración y los grandes del mundo automotor y la tecnología han empezado a unir sus fuerzas por un fin en común: presionar para que, más temprano que tarde, se agilice la regulación de este tipo de vehículos, comenzando por Estados Unidos. Se trata de Google, Ford, Volvo, Lyft y Uber, empresas que forman la Self-Driving Coalition for Safer Streets (Coalición de conducción autónoma para calles más seguras), una asociación que a mediados de mayo dejó sentado su interés en el tema durante una audiencia en la National Highway Traffic Safety Administration (NHTSA).
Lo interesante es que esta coalición, a la que varios medios norteamericanos calificaron de inusual, demuestra que varias de las marcas más importantes del mercado automotor sacan sus cartas para apostarle al mercado incipiente de los “carros que se manejan solos”.
Mark Fields, director ejecutivo de Ford, le dijo al New York Times que ya se han empezado a analizar posibles alianzas con otras firmas y es necesario darle prioridad al tema de los autónomos, sin embargo, no se ha realizado aún un movimiento oficial.
¿Cuál es la urgencia para tener pronto la regulación de este tipo de vehículos? A menos de un mes de que se llevara a cabo la audiencia, Google avanza en la búsqueda de personal en la ciudad de Phoenix, Arizona, para que cumpla con una labor que parece sencilla: sentarse en los vehículos Lexus RX450h, de Toyota, que están a prueba, entre seis y ocho horas diarias, durante cinco días a la semana, para observar y entregar información del trayecto a los ingenieros. Un trabajo que se paga a US$20 la hora y en el que no tendrán que manejar a menos que sea extremadamente necesario.
Y como para convencerse de que la cosa va realmente en serio, el pasado 3 de mayo Google y Fiat Chrysler (FCA) llegaron a un acuerdo de colaboración para el desarrollo de los vehículos autónomos (se prevé la producción de 100), convirtiéndose en la primera alianza que el gigante tecnológico realiza con este fin.
Pocos días después, el presidente de FCA, Sergio Marchionne, en una optimista declaración, señaló que no se necesitarán 20 años para poner a rodar estos carros. “Pienso que lo lograremos en los próximos cinco años”, dijo a la prensa. Es así como los ingenieros del grupo automovilístico trabajarán de la mano con los de Alphabet (casa matriz de Google) para tener listo un monoplaza que tenga implementado los computadores y sensores para que sea capaz de controlarse, dependiendo de lo que suceda a su alrededor.
Y como era de esperarse, ya varios expertos auguran problemas. Por ejemplo, que su uso se disparará y llegará a ser excesivo, incluso, su llegada es comparada con la de los teléfonos inteligentes. Sin embargo, en Estados Unidos tienen la esperanza de que estos vehículos sean la fórmula para reducir las muertes a causa de accidentes de tránsito y el impulso para lograr una regulación rápida cuenta con un jugador especial: el gobierno de Barack Obama.
¿Cuántas veces nos hemos imaginado un mundo controlado por las máquinas, en el que se pudieran tener cosas físicamente al alcance con oprimir un botón y en el que los robots y la inteligencia artificial estuviesen presentes en las cosas más sencillas de la vida?
Por supuesto que esa idea hoy no es una exageración y los grandes del mundo automotor y la tecnología han empezado a unir sus fuerzas por un fin en común: presionar para que, más temprano que tarde, se agilice la regulación de este tipo de vehículos, comenzando por Estados Unidos. Se trata de Google, Ford, Volvo, Lyft y Uber, empresas que forman la Self-Driving Coalition for Safer Streets (Coalición de conducción autónoma para calles más seguras), una asociación que a mediados de mayo dejó sentado su interés en el tema durante una audiencia en la National Highway Traffic Safety Administration (NHTSA).
Lo interesante es que esta coalición, a la que varios medios norteamericanos calificaron de inusual, demuestra que varias de las marcas más importantes del mercado automotor sacan sus cartas para apostarle al mercado incipiente de los “carros que se manejan solos”.
Mark Fields, director ejecutivo de Ford, le dijo al New York Times que ya se han empezado a analizar posibles alianzas con otras firmas y es necesario darle prioridad al tema de los autónomos, sin embargo, no se ha realizado aún un movimiento oficial.
¿Cuál es la urgencia para tener pronto la regulación de este tipo de vehículos? A menos de un mes de que se llevara a cabo la audiencia, Google avanza en la búsqueda de personal en la ciudad de Phoenix, Arizona, para que cumpla con una labor que parece sencilla: sentarse en los vehículos Lexus RX450h, de Toyota, que están a prueba, entre seis y ocho horas diarias, durante cinco días a la semana, para observar y entregar información del trayecto a los ingenieros. Un trabajo que se paga a US$20 la hora y en el que no tendrán que manejar a menos que sea extremadamente necesario.
Y como para convencerse de que la cosa va realmente en serio, el pasado 3 de mayo Google y Fiat Chrysler (FCA) llegaron a un acuerdo de colaboración para el desarrollo de los vehículos autónomos (se prevé la producción de 100), convirtiéndose en la primera alianza que el gigante tecnológico realiza con este fin.
Pocos días después, el presidente de FCA, Sergio Marchionne, en una optimista declaración, señaló que no se necesitarán 20 años para poner a rodar estos carros. “Pienso que lo lograremos en los próximos cinco años”, dijo a la prensa. Es así como los ingenieros del grupo automovilístico trabajarán de la mano con los de Alphabet (casa matriz de Google) para tener listo un monoplaza que tenga implementado los computadores y sensores para que sea capaz de controlarse, dependiendo de lo que suceda a su alrededor.
Y como era de esperarse, ya varios expertos auguran problemas. Por ejemplo, que su uso se disparará y llegará a ser excesivo, incluso, su llegada es comparada con la de los teléfonos inteligentes. Sin embargo, en Estados Unidos tienen la esperanza de que estos vehículos sean la fórmula para reducir las muertes a causa de accidentes de tránsito y el impulso para lograr una regulación rápida cuenta con un jugador especial: el gobierno de Barack Obama.