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La seguridad vial y el desempeño de un vehículo dependen en gran medida del estado de sus llantas, un componente esencial que frecuentemente es pasado por alto. Identificar el momento adecuado para reemplazarlas es crucial para prevenir accidentes, garantizar una conducción eficiente y cumplir con las normas de tránsito. Una guía especializada puede orientar a los conductores sobre los factores clave que determinan la necesidad de cambio, como el desgaste, la antigüedad y las condiciones de uso.
Camilo Millán, responsable de Marketing de Producto para autos y camionetas en Michelin, destaca la importancia de identificar a tiempo los signos que indiquen su desgaste o deterioro. “Las llantas de carros y camionetas deben reemplazarse cuando la profundidad de la banda de rodamiento sea inferior a 1,6 mm. Este límite se puede comprobar mediante los indicadores de desgaste, pequeñas protuberancias ubicadas en las ranuras de la banda de rodamiento. En el caso de las llantas Michelin, un muñeco Michelin en el costado de la llanta facilita la localización de estos indicadores”, destaca.
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Además de verificar la profundidad de la banda de rodamiento, existen otros signos visuales que alertan sobre el desgaste o daño en las llantas:
- Desgarros, cortes o grietas visibles en los costados de la llanta.
- Manchas o áreas decoloradas en el caucho.
- Abultamientos o deformaciones en el lateral de la llanta, que pueden indicar daño estructural.
- Exposición de lonas en la banda de rodamiento debido a daños o desgaste extremo.
- Desprendimientos o separación de partes en la banda de rodamiento.
Frecuencia con la que se debe revisar el estado de las llantas
Millán explica que el mantenimiento adecuado de las llantas es fundamental para la seguridad y el rendimiento del vehículo. A partir de los cinco años de uso, es necesario prestar especial atención a ciertos aspectos clave durante cada revisión:
- Presión de inflado: Debe verificarse al menos cada 15 días para garantizar un desempeño óptimo y evitar desgastes irregulares.
- Alineación del vehículo: Es importante revisarla cada vez que se realice mantenimiento general o, como mínimo, cada 10.000 kilómetros. Esto asegura un desgaste uniforme de las llantas y un manejo estable.
- Balanceo de las llantas: Se recomienda realizarlo cada 10.000 kilómetros o cuando se intervengan las llantas, ya sea por rotación, reparación o reemplazo.
- Revisiones anuales: Después de cinco años de uso, Millán sugiere inspeccionar las llantas anualmente con un experto para identificar posibles daños causados por la exposición al calor o la luz.
- Profundidad de la banda de rodamiento: Cuando este alcance los 1,6 mm, las llantas deben sustituirse de inmediato. Este es el límite legal y asegura la evacuación eficiente del agua en condiciones de lluvia, reduciendo el riesgo de accidentes.
Millán también recuerda que las llantas cuentan con la marca DOT, que incluye un código de cuatro dígitos para identificar su fecha de fabricación: los dos primeros dígitos corresponden al mes y los dos últimos al año. Este dato permite determinar si han superado el periodo de cinco años desde su fabricación.
El envejecimiento es un factor determinante en el deterioro de las llantas, con el paso del tiempo, el caucho pierde sus propiedades debido a la exposición al sol, la humedad, el clima y el oxígeno, lo que puede comprometer la capacidad de la llanta para ofrecer un buen agarre, incluso si no presenta desgaste visible. “Por esta razón, los expertos sugieren reemplazar las llantas 10 años después de su fecha de fabricación, independientemente de su estado de desgaste. Esta medida preventiva es esencial para garantizar un comportamiento seguro del vehículo en carretera”, enfatiza el experto de Michelin.
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Factores que afectan la vida útil de las llantas
Según Michelin, el estilo de conducción influye significativamente en la vida útil de las llantas, conducir de manera agresiva o deportiva genera más fricción y calor, acelerando el desgaste, mientras que una conducción más suave y constante puede prolongar su duración. Además, las carreteras empinadas y muy curvas aumentan el desgaste de las llantas, en comparación con las carreteras rectas, que tienen un menor impacto en su durabilidad.
Otro factor importante es la alineación de los ejes del vehículo, si los ejes están desalineados, las llantas se desgastan de manera irregular, lo que puede reducir su vida útil. Michelin recomienda realizar revisiones periódicas de la alineación para garantizar un desgaste uniforme y prolongar la duración de las llantas.
Finalmente, las condiciones climáticas, el tipo de vehículo y la presión de inflado también afectan la durabilidad de las llantas. Las temperaturas altas pueden favorecer una mayor duración, mientras que el frío extremo las desgasta más rápidamente. Además, mantener la presión de inflado adecuada es crucial, ya que un 20% de bajo inflado puede reducir la vida útil de las llantas en un 20%.